Capítulo 2

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Editado el 17 de febrero, 10:59 pm.

—Pero a pesar de todo eso, hay sintonías que vibran muy bonito cuando están juntas. Si no, no tendríamos música.

...

Me miré al espejo por última vez. Todo estaba en orden, mi cabello perfectamente peinado, el rubor seguía en su zona y el labial intacto. Bien, ya estaba lista. 

Sobre el tocador miré unas tijeras, ¿y si me hacía un flequillo? Podría cambiar un poco mi look, he estado con mi cabello corto hasta la clavícula por 2 años y medio, no me vendría mal. 

Tomé las tijeras, acomodé unos mechones de cabello e hice una línea recta imaginaria. Bien, aquí voy...

Unos toques en la puerta me interrumpieron. Seguidamente, entró Cole. 

—¿Qué haces aquí?

Se quitó su chaqueta de cuero.

—Te dije que te vería a las seis en la biblioteca. —sus ojos fueron hasta mi mano derecha.— ¿Qué haces con esas tijeras? ¿Ibas a cortarte? 

Déjame te cuento un poco. Cuando entré a la preparatoria era muy introvertida, la razón: no encontraba un motivo para relacionarme con mis compañeros.

Incluso mi psicólogo me dijo que era muy madura para mí edad. Así que las típicas chicas populares que no tienen absolutamente alguna razón para joder corrieron el rumor de que era depresiva, me lesionaba y por eso no hablaba con nadie.

Patético, ¿eh?

—¿Eh? No, tonto. Iba a ... —me callé. Si se lo decía probablemente se burlaría de mi. 

Cole me miró expectante. 

—¿Te haces daño, Bárbara Camille? —su tono era preocupado, diría que hasta enojado.

No contesté.

—¡Te estoy preguntando algo! —exclamó. Seguidamente me sujetó de los brazos, y en un rápido movimiento safó las tijeras de mi mano. 

—¡Déjame en paz! ¡No me toques!

Me quitó la camiseta que tenía puesta y miró con atención mis costillas, mi abdomen y la espalda. Al ver que no tenía nada, me soltó. 

—¿Contento? Iba a hacerme un flequillo, grandísimo tarado. 

Hice un movimiento brusco con mis manos para recoger mi camiseta. Cole me analizó, avergonzado. Ladeó su mirada. 

—Lo siento, Barbie. Pensé que te hacías daño. Perdón por gritarte. 

¿Pero por qué le importaría? 

—Yo ... ¿Qué te parece si te ayudo con ese flequillo?

Me reí. —¿Enserio? 

Asintió.

No me puse la camiseta, con las tetas al aire me senté en la esquina de la cama mientras Cole se aproximaba con las tijeras. En fin, no había que no conociera ya.

Me miró curioso el cabello, su mirada bajó a mi pecho desnudo y la regresó rápidamente a mi cabello. 

—¿No te la pondrás? —se refirió a la camiseta. 

—No pensé que eso te molestara. 

Tomó mi flequillo con sus largos dedos índices en un intento de peinarlo. 

—No me molesta, Barbie.

Comenzó a cortar. 

—Pero, ¿quieres que me ponga? —lo miré. Carraspeó la garganta y yo dio una mirada fugaz. 

Barbie sucia [Cole Sprouse +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora