Capítulo 17

845 54 2
                                    

Editado el 26 de febrero, 2021.
11:31 pm

—Sé que suena divertido pero ya no puedo soportar el dolor... y te voy a dejar mañana.

...


Justo cuando creí que todo me iba bien, no fue así. Cuando pensé que algo magnífico había pasado en mi vida, que ya no me tenía que preocupar por recolectar dinero porque si no, simplemente desaparecería, la vida  se plantó frente a mí y gritó para recordar lo miserable que era.

El cuerpo me pesaba. Creo que desaparecí por un momento de la vida real y frente a mí colocaron un cuadro mío, me vi en medio de la noche con el viento helando cada centímetro de mi piel.

Bryce se subió a su coche rojo, lo vi alejarse en medio de la acera alumbrada por a penas algunos faroles amarillos, y tan fácil desapareció.

En estos momentos, las personas suelen sentir la vida derrumbarse sobre sus hombros, piensan en tanto y se les forma un cúmulo de pensamientos en la cabeza, como un torbellino.
Y me pregunté por qué yo no sentía nada de eso.
Me pregunté qué se supone que debya hacer, me cuestioné también donde está mi padre y el por qué dejó que mi madre subiera a ese avión embarazada.

Si la hubiera detenido, ese avión no habría explotado con mi madre y mi hermana dentro de el. Yo tendría a alguien a quien aferrarme, aún.

Me llegó un sabor salado a los labios, sin embargo no haice nada por detener las lágrimas.
Dejé que saliera, lloré como un cobarte en medio de un estacionamiento, solo, como siempre había estado. Y dentro de mí, en lo más profundo busqué un poco de valor para ser capaz de dar mi siguiente paso.

Las lágrimas dejaron de salir, los espasmos aún permanecían, la sangre aún corría por mis labios.

Sentía la boca pastosa, y luché contra la enorme jaqueca. La cabeza me pulsaba al mil por hora, los ojos se me cerraban por inercia, la nariz se me hai congestionado por todo el llanto y aún buscaba otra salida. 


Miré la mochila roja con negro sobre mi cama, sentado a un lado de ella, luché por soltar lo único que me impide irme.

Pero no podía. Pensaba en ella a cada maldito segundo y en mis amigos. En mi abuela.
Quisiera irme sin ninguna dificultad, pero no, joder. Ellos habían sido las únicas personas en toda mi vida a las que les había importado.

Irme así de la nada, sería egoísta.

La recuerdé a ella, de doce años viniendo a mí con un diente de león para molestarme. Recuerdé cómo le dije que sus trenzas eran feas, a pesar de que me había parecido una niña muy bonita.
Era difícil saber cómo nos hicimos amigos, pero al final del día ya estábamos jugando en el estante.

Al lapso de tres años ya me había enamorado.

Al final de su cumpleaños número dieciocho ya lo habíamos hecho en mi habitación después de ir a nadar en el estante. Y para mí lo significó todo. Jamás se lo dije. 

Después de un tiempo, ella se mudó y la encontré en la universidad.
Me abandonó y perdió todo contacto conmigo, estuve solo en mis tiempos más difíciles.

Y apareció Dereck junto con Joel. Trataron de decirme que había otras formas, pero para ese entonces yo ya había firmado mi condenada y no había salida.

Me enamoré de Barbie en cada noche que se dormía en mi cama. Ella ya no quería hablarme, me odiaba y a pesar de eso, la seguía frecuentando. Quisiera saber la razón de su odio, hasta la fecha otra vez ese odio se convirtió en algo más profundo para mí.

Quise arreglar todo, quise iniciar algo sano y formal con ella. Quise ser bueno para ella y todos los que me rodean.

Cerré el pomo de la puerta, me dejé caer sobre ella mientras me ergullo sobre mí mismo, abrazando mis rodillas para disipar todo rastro de dolor.     

Sentía la garganta como si hubiese tragado un puñado de pequeños alfileres y los nudillos palpitantes.

Aquí estaba seguro, aquí estaba seguro.

Me dije para calmar la taquicardia.

No me dejó despedirme de nadie, cualquier cosa podría joderlo todo. Lo siento tanto, quise ser bueno.

Estaba a punto de darle en enviar. No lo hice. 
Dejé el celular sobre la colcha a penas alumbrada por una linterna.

Me recuesté sobre la cama y me permití sentir mi propia miseria. 

—Si tan solo la hubieras escuchado, no estaría solo. Maldito egoísta, papá.

Porque, ¿qué clase de padre se quita la vida justo cuando un pequeño de 6 años pierde su madre y su hermana no nacida en un vuelo?

Un monstruo.

Barbie sucia [Cole Sprouse +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora