Barbie sucia [Cole Sprouse +18]

Capítulo 5

Editado el 17 de febrero, 2021.
12:01 am

—Y a mí me gustan como tú, rebeldes y  obstinadas.

...

Mi cuerpo reaccionó antes de que me diera cuenta, salí corriendo como ella lo hizo, y le grité a Derek que me ayudase. Yo tomé de la cintura a Barbie, que estaba sobre Sophia dándole de puñetazos en el rostro.

—¡MALDITA ZORRA!

—¿Yo? Pero si la que se ha buscado que le dé esa paliza haz sido tú. ¿Te gusta mucho el chisme, ah? —le respondió Barbie. —Pero no te preocupes, que a mi también me ha gustado darte de puñetazos en la cara. Y con gusto repetimos.

Se dió la vuelta, me miró y se deshizo de mi agarre bruscamente.

—Y tú suéltame, que esto no habría pasado de no ser por ti.

Tan independiente como siempre. Era era mi reina.
◾

Barbie.

Acuné el agua fría en mis manos, la llevé a mi rostro y lavé con mucho cuidado. Mierda, sí que dolían esos rasguños.

En mis mejillas se trazaban delgadas líneas rojas. Como los de un gato, aunque no había mucha diferencia si es que ninguna.

—¿Todo bien?

Avril se acercó a mí con un paño húmedo y me lo colocó en el pómulo hinchado, seguido me tomó de la cara y me examinó. Frunció los labios.

—¿Cómo pasó?

—Difundió el chisme de que Cole y yo nos liamos por las noches. Ahora todos me tachan de puta. —me quité el paño mirándome en el espejo, el moretón se miraba rojo carmesí, no tardaría en ponerse morado.

—¿Y eso te ha molestado?

—¿Que si me ha molestado? ¡No, que va! Si es un cumplido para mí, me encanta que se metan en mi vida privada, que me juzguen por follar sin compromiso cuando estoy en todo mi puto derecho. —tomé aire.— ¡Avril me pueden quitar la beca si la mesa directiva se entera! ¡O peor aún, podría ser expulsada!

—Vale, perdón. —Avril se disculpó cuando notó que la pregunta quedó fuera de lugar.

Recojí mi mochila, y salí del baño. No quería discutir con ella por algo que sin sentido alguno, prefería estar sola.

Mientras caminaba, noto las miradas que recaían en mí, por un momento sentí como si hubiera hecho un acto heróico, pero todo eso se desvanece cuando me crucé con Cole.

—Oye, escúchame, por favor, Yo no he tenido nada que ver en todo esto.

Me seguí de largo y le ignoré, no quería volver a hablarle.

—¡Barbie! —me tomó del brazo, obligándome a encararle.

—¡Que no quiero hablar contigo, maldita sea!

Se quedó mirándome, con gran pena en los ojos. Tragó en seco, me miró por última vez y cedió a soltarme.

En mi penúltima clase me senté hasta atrás, porque no era capaz de soportar todas las miradas. Pensaba en todo, y todo me carcomía la cabeza, quizás si era una puta que solo se enrollaba con Cole desde los 17 años. Quizá él simplemente merecía algo más y yo solo estaba en su camino siendo un juguete para ambos.

¿Será una falta de respeto hacia mi persona? Pero si era, ¿por qué? ¿Por qué las mujeres no somos vistas del mismo modo que los hombres si solo tenemos sexo casual? ¿Por qué si una mujer practica sexo sin compromiso es vista como una puta? ¿Por qué si los hombres lo hacen son vistos como unos putos reyes y las chicas hasta mojan sus bragas con solo verlos?

Iba haciendo círculos y rayones sin sentido en mi cuaderno cuando algo captó mi atención. Dos chicas sentadas del frente, pertenecientes al grupo de intelectuales me miraron con curiosidad, le sostuve la mirada a una, ella rápidamente se volteó.

Así sucedió conon más de mis compañeros, quizás 5 o 6 cruzaron su mirada por accidente con la mía mientras se reían o cuchichean entre ellos. ¿Qué mierda ahora? ¿Es que Sophia ya ha dicho otra cosa?

Me llegó una notificación en Instagram. Y seguidamente otra, y otra, y otra. Las últimas han sido del sonido de cuando alguien comenta, envía un mensaje, o simplemente te acaba de seguir. Cojo mi móvil, desbloqueo con curiosidad a medida de las notificaciones aumentan, y pronto se me hace un hueco en el estómago.

Me quedé perpleja mirando la pantalla, el corazón me palpitaba en las orejas, sentí un nudo en la garganta que cada vez se hizo más apretado, las manos me sudaban, parecía que me estaban haciendo un hoyo en el estómago y dentro de mí todo ardía con fuego vivo.

Una cuenta había publicado una foto mía, liándome con Cole frente a un espejo, donde nada deja a la imaginación.