Capítulo 11

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Editado el 26 de febrero, 2021.
12:00 pm

—¿Por qué desapareces así mon amoure? ¿Qué acaso no te das cuenta que llevas mi corazón contigo?

...

Cole.

Días sin ver a Barbie. Días sin saber nada de ella, sin verla rondando por el campus, sin saber si estaba bien.

La cabeza me pulsaba cada vez que recordaba nuestra última conversación. Mierda... me dijo que me odiaba. No la culpo, yo también me odiaría si fuese ella. En el campus Barbie se había hecho polémica, su desaparición causó revuelo,  apuesto a que si no fuese por esas fotos a nadie le habría interesado que ella no estuviese en medio de nosotros.

Me llevé las manos a la cabeza, son tantas cosas con las que debía lidiar. Tenía que recuperar ese puto dinero antes de que Bryce regresara de sus vacaciones en Italia, el chico estaba de buenas porque se iría de viaje y se olvidó de su amaneza. No sin antes darme la paliza de mi vida por la valentía de Barbie al subir esas fotos, pues le había arruinado su plan.

A pesar de que ahora me dolían las costillas por las patadas que uno de sus matones me propinó, el pómulo morado y el labio roto no me he podido molestar con Barbie. No, no hay nada más jodido que lidiar contigo mismo cuando haz hechado a perder todo lo bueno que tenías, y justamente cuando al parecer todo iba a tomar un rumbo, uno sano.
Me planteé ir tras ella, como un buen chico. Pero algo me detuvo "No somos nada." No tenía esa valentía de ir tras ella, principalmente porque sabía que la había cagado y para ser sincero no tenía ni una jodida esperanza de que alguien tan inocente que no se merecía eso me perdonase.

—Sprouse —Dereck me sacó de mis pensamientos.— Come algo, ya caso termina el receso.

Miré mi bandeja de comida; un burrito, un jugo de manzana y una gelatina no me resultaban lo más apetitoso en estos momentos.
Dereck suspiró, es uno de los chicos que más se ha preocupado por mí, a pesar de que procuro no estar rodeado de personas por los asuntos ilegales en los que me he metido, él y Joel eran mis únicos amigos.

—¿Cuánto dinero te falta?  —se inclinó hacia mí, hablando muy bajito. — Te puedo ayudar a completar.

Algo en mí se alarma.

—Ni lo sueñes. Lo único que quiero ahora es no meterme en problemas y dejar saldadas todas mis deudas. —me llevé las manos al rostro, es un gesto de irritabilidad. Ya no podía con esto. — Tres mil pesos.

Dereck alzó las cejas, en sus ojos pude ver una chispa de esperanza y quise patearlo internamente. A pesar de que era una pequeña cantidad comparada a la que debía, no quería ilusionarme.

—¡Sprouse!

Pegué un brinco, una punzada en la cabeza se hizo presente.

—Puedes con esa cantidad.  —siguió.

—¿Cuántos días tengo? ¡No lo sé! No sé cuando regrese Bryce de Italia. Es un juego de vivir o morir.

—A ver, imbécil —buscó mi mirada.— Sí va a ser un juego de vivir o morir si no haces nada ahora mismo para conseguir el dinero y solo te quedas pensando en qué hacer. Actúa rápido.

—Lo sé. Pero también me preocupa Barbie. Ella está en alguna parte ahogando su humillación. No puedo interesarme más por salvar mi culo en estos momentos, es egoísta.

Mi mirada viajó hacia la mesita de la cafetería donde se sentaba ella cada día. Ahora solo estaba ocupada por su amiga de ojos azules, y su otra amiga rubia. El asiento de Barbie estaba vacío.

  —A veces es necesario ser egoísta, Cole. Es tu vida, y aunque no lo creas sí es importante para algunos de nosotros.

—Lo sé, gracias. Pero y...

—No puedes ir con ella a pedirle una disculpa si todavía tu culo es buscado.  —me interrumpió con brusquedad.— Eso sería estúpido porque volverías a cagarla si algo sale mal y sería peligroso para ella. ¿Quieres arriesgarla?

Me callé. Maldición, él tenía razón. No sabía qué mierda hacer, no me podía partir en dos y resolver ambos al mismo tiempo, aunque eso quisiera.

—Mira... Joel y yo nos encargaremos de buscar a Barbie y cuidar de ella, tú salva tu culo y cuando esté seguro Joel y yo te diremos donde se encuentra para que arregles lo que jodiste.

Sentí un atisbo de esperanza y salvación. No era tan jodido, tenía que comenzar a actuar ahora mismo.

—Gracias, hermano. —y por primera vez días, sonreí.

Las siguientes horas se pasaron como un rayo fugaz. Tuve que saltarme las últimas dos clases para correr al centro comercial y comprar ingredientes para hacer cupcackes y brownies. Se acercaba Diciembre, el aire fresco corría por el viento anunciando que estaba pronto la noche buena. Por ende, las calles comenzaban a ser adornadas por luces, y la temperatura descendía.

Lo que me daba un punto a favor, pues un cupcacke o un brownie con chocolate caliente es lo mejor para el estómago en esta época del mes.

—¿Es todo?

Asentí. Le tendí la tarjeta de crédito que me proporcionó la universidad para hacer las compras por la beca (que está tambaleándose) y me entregó los productos en dos bolsas de papel. La cajera me lanzó una mirada curiosa.

Sin más, salí del centro comercial y me subí a mi coche.
Una vez dentro, solté un bufido. Ahora venía lo más difícil, prepararlos. Y yo a penas sabía hacer una pasta decente.

Llegué a la residencia en menos de diez minutos. Estaba sacando las compras cuando Joel iba pasando y se ofreció a ayudarme.

—No te imagino a ti haciendo cupcackes. —soltó una risita.

—Lo sé, es extraño. No sé cómo hacerlos.

—Pídele a una chica que te ayude.

Suspiré. Lo que menos quería en este momento era convivir una chica.

—¡Sprouse! —gritó Dereck al instante en el que entré en el apartamento.

—¡Dios! Deja de gritar, cada que lo haces una punzada horrible taladra mi cabeza.

Joel rió.

—Tú también gritarás cuando te lo diga.

Centré mi atención en él. Tenía una estúpida sonrisa adornando su cara.

—Encontramos a Barbie.

 

 

Barbie sucia [Cole Sprouse +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora