Capítulo 18

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Editado el 26 de febrero, 2021.
11:33 pm

  —No me dejes aquí, por favor. Por favor, por favor.

...



Este capítulo contiene escenas y descripciones fuertes. Lee con discreción y sobre todo, reflexiona sobre este jodido mundo y estas jodidas personas con las que coexistimos.


—Aquí estás seguro, Cole. —me repitió, parado frente a mí con un cigarrillo.

El humo inundó la habitación a oscuras, no le veía el rostro, mas no me molesté en encender las luces. Había perdido la noción de cuánto tiempo había estado ahí.

—Te dije que no quería venir contigo.  —le dije, recordando esa llamada en la madrugada.

—Te estoy haciendo un favor, muchacho. Te estoy protegiendo.

Negué con la cabeza.

—Te proteges a ti mismo, imbécil.

Bryce bufó, se movió  a un lado de mi cama y tomó mi celular. La pantalla se alumbró mostrando una imagen de Barbie y yo sonriendo.

—¿De verdad creíste que te perdonaría después de lo que le hiciste? 

No necesité aclaraciones porque sabía exactamente de qué hablaba.

—Eso no te incumbe. No sabes nada sobre nosotros.

—Sé lo que necesito saber, es mi trabajo. Así que no me provoques.

Me levanté de la cama. Apagó su cigarrillo en el cenicero del escritorio antes de encararme. 

—Bryce, me secuestraste. Estoy aquí en contra de mi voluntad, ¡me golpeas sin necesidad!

Uno de sus matones dió un paso adelante, pero el rubio lo detuvo con un movimiento de mano.

—No seas marica, estás exagerando.

—¿Marica yo? —solté una falsa risa.— ¿Me lo dices tú, que te escondes?

Lo siguiente que pasó fue su puño estampándose contra mi rostro. No le devolví el golpe, no tenía fuerza, no tenía energía, no tenía nada. Caí al suelo haciendo a penas un ruido estruendoso.

Bryce se limpió los nudillos con un pañuelo, no me miró. Cerré los ojos, porque estaba devastado. No era la primera vez que me daba na paliza en este día.

—Báñate, tienes trabajo esta noche.

—No.

Le vi caminar hacia la puerta, los dos hombres le siguieron.

—Como quieras, de igual forma pagan por acostarse contigo.

Salió de la habitación con un fuerte portazo. Me mordí la mejilla para no soltar un gemido cuando las lágrimas comienzaron a salir bruscamente. 

En ese tiempo había llorado todo lo que no lloré en mis 23 años.

La mujer con cabello rojo termin9 encajando sus uñas mal cortadas y sucias en mi espalda.
Suspiró, haciéndose a un lado.

Me miró el cuerpo cuando se volteó para comenzar a vestirse, estaba sudado y con marcas rojas en el abdomen, uno que otro hematoma abundaba. Me había mordido tanto los labios para no llorar que a penas los sentía.

Barbie sucia [Cole Sprouse +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora