—Sé que harás cupcackes y brownies para reunir el dinero restante. —me dijo, cuando se separó de mí.— Te ayudaré con eso.
Se le veía emocionada, y tan tierna. Así que solo la seguí.
Mientras caminábamos al edificio de los chicos, Barbie me contaba sobre otras cosas que podríamos hacer para juntar el dinero más rápido, pues aún era incierta la fecha de regreso de Bryce.
—¡Fotografías! —chilló.
—¿Fotografías?
La miré, ella asintió ilusionada. No supe qué decir, aún no captaba su idea. Sabía que Barbie estaba estudiando eso, pero aún me quedaba muy vaga su idea.
—Nena, no te estoy entendiendo.
—Podríamos hacer fotografías, o hasta una promoción. Compra dos cupcackes, y te llevas una fotografía por 100 pesos. ¿Ah? Perfecto.
— No creo que alguien caiga en esa promoción.
Solté una carcajada al ver su rostro arrugado. Pasé mi brazo por sus hombros y le besé la frente.
◾
Barbie tocó la puerta entusiasmadamente de un departamento en el edificio de los chicos. Podía notar su sonrisita emocionada mientras sostenía una bandeja de los bocadillos que hoy comenzamos a vender.
—¿Desde cuándo usas lentes?
Ella me miró, ajustándoselos al puente de la nariz.
—Tengo una infección en los ojos.
No comprendí del todo pero mi boca se vió obligada a callar cuando la puerta se abrió. Un chico de tez morena salió con un pijama y una manta, evidentemente la temperatura comenzaba a descender mucho. Barbie saludó con una sonrisa y le explicó que estábamos haciendo una venta.
Detrás de él se le unió su compañero de cuarto, supongo. Ambos nos miraron atentos, el segundo chico miró atentamente a Barbie. Me sentía como un detective sólo analizando lo que pasaba frente a mí.
Se supone que yo tendría que ser el que promocionara esto, sin embargo ella tiene una gran boca para hacerlo y bastante bien.
El segundo chico alzó las cejas, como descubriendo algo y lanzó una sonrisa.—Oye, ¿tú no eres la chica viral? —me miró a mí. Su rostro se iluminó.— Más bien, ustedes son los chicos virales.
Barbie cayó en cuenta de lo que hablaba. Su rostro formó una mueca incómoda, agachó la cabeza para murmurar algo.
—Michael, tenemos a dos celebridades del campus en nuestra puerta.
Me tensé, sentí vergüenza, pero sobre todo sentí un calor recorriéndome el cuerpo. Mis puños apretaron el agarre de la bandeja, sentí mi rostro endurecer.
—¿No podías hacer un comentario menos estúpido?
Él solo se rió.
—Oye tranquilo, no tienen nada de malo esas fotografías. Es más, si me dan una en físico, les pagaré el doble.
—Justin. —habló su amigo.
Barbie volteó a verme, su rostro estaba en una mueca que no lograba comprender, pero algo se removió en mí.
—¿Para qué querrías esa fotografía? —se adelantó ella.
Michael, el chico de tez morena lo miró con aprendimiento. Al menos él no mostraba ser un idiota.
—Son una celebridad.
Es lo más estúpido que he escuchado, sin duda. Quise romperle los dientes, quise clavarle el puño en el rostro.
Barbie suspiró.—Gracias por abrir. Hasta luego.
Me tomó del brazo, y me llevó fuera de esa puerta.
El viento helado chocaba contra su cabello, haciéndolo hacia atrás. Se mordía el labio, en un intento fallido de dejar fruncir sus labios, de esas veces que el rostro de afloja mostrando la gran tristeza y ganas de llorar que tienes.
Cuando estuvimos lo bastante lejos de ahí, la frené. Su pequeño cuerpo se enterró en el mío, con dificultad, aún tenía la bandeja.—Ey, ey, ey —la llamé.— ¿Qué pasa, nena? ¿Estás bien?
—Sabía que esto pasaría, es tan vergonzoso.
Me sentí mal. La estreché más contra mi cuerpo.
—Tranquila, todo pasará. —susurré contra su cabeza.— No tienes qué hacer esto conmigo, ya me has ayudado a hornearlos.
Negó frenéticamente con la cabeza. —No, esas fotografías ya las vio todo el campus.
—Oye, esas fotografías no tienen nada de malo. Sólo muestra el mundo de la sexualidad, algo que todos los idiotas de este campus viven a diario. ¿Sabes por qué causó tanto revuelo, Barbie? —sus ojos azules cristalizados me miraron.— Porque eres valiente.
Su mirada mostró confusión.
—Eres valiente porque no lo negaste, y porque publicaste todas esas fotografías, sin pensar en nada. Diste la cara.
—Soy una zorra. —mordió su labio inferior.—Yo tenía una imagen de chica normal, inocente, ahora todos saben que no es así. Tengo cola que me pisen.
—No seas tonta. Hasta la persona con la apariencia más inocente, tiene derecho a vivir su vida sexual como se le dé la gana.
Sus ojos me hipnotizaron una vez más, protegidos por ese cristal aún podía ver detrás de ellos. No me había dado cuenta que se le habían salido unas lágrimas.
—No importa qué tan salvaje sea, escúchame bien —acuné su rostro entre mis manos.— Es tu puta vida, vives para ti, no para los demás.
Sorbió por la nariz y me miró. Qué hermosa era, incluso cuando lloraba. Barbie era de esas chicas de belleza pura, era preciosa sin siquiera esforzarse para serlo.
Acerqué más mi rostro al de ella hasta que nuestras narices rozaron. Mi pulso aceleró tremendamente, sentí cosquillas en mi estómago, y una pequeña sensación de levitación en las piernas.
No me detuvo. Así que la besé.
Vivo por ti, respiro por ti.
Mi lengua abrió paso en su boca, buscó la suya y bailaron en una suave sintonía, un pinchazo en mi labio se hizo presente cuando me mordió, sonreí en medio del beso. Me gustaba.
Cuando se separó de mí, fruncí el ceño, quería besarla toda la noche.
—Hay que darle la foto. —soltó.
¿Qué mierda? Mi entrecejo se arrugó más, por supuesto que no. Al parecer se había dado cuenta de mi expresión, se adelantó a hablar; —No me molesta que tenga una jodida foto en físico, todo el mundo podría tenerlas. Están en mi instagram.
No me salió ninguna palabra, no sabía qué decir, pero estaba algo inconforme.
—Puede sacarla entonces.
—Cole —replicó.— Nos pagará por eso. Además, es mi decisión y quiero venderle la fotografía, ya no hay nada que perder.
Bien, si era su decisión no había forma de oponerme, no gozaba de muchos derechos en este tema.
Asentí tratando de ignorar esa aguja en mi garganta, Justin tendría una fotografía de Barbie casi desnuda. Mi Barbie.
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Barbie sucia [Cole Sprouse +18]
Fanfiction-Tú me necesitas en el colegio y yo en mi cama. ¿Trato? Barbie y Cole adoran enredarse en las sábanas unas cuantas horas, cumpliendo el trato que hicieron al reencontrarse en el campus de la universidad. Sin embargo, las cosas parecen dar un giro i...