𝑋𝑋𝐼𝐼

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En cuanto llegaron a la pequeña aldea se dejaron caer desde el lomo del alto animal.
-¡Volveré a por ti!- gritó la chica.
Éste continuó galopando hasta que pudo refugiarse en unos árboles en la otra punta de la aldea, lejos de la batalla.
El mandaloriano e Irina rápidamente se escondieron detrás de las trincheras, seguidos por el caminante.
Pero justo cuando el vehículo iba a caer en la trampa, dejó de caminar.
-¿Por qué ha parado?- susurró la chica.
-No lo sé. ¿Qué hacemos ahora?-
Ambos se miraron pensando en qué hacer, pero tenían que pensar rápido.
Los klatooinianos se acercaban hasta las trincheras.
-Si salimos empezará a disparar.- dijo el guerrero.
-Tengo una idea.- dijo Irina.- Yo me encargo del AT-ST, vosotros deshaceros de las asquerosas criaturas.
Mando, cúbreme.- la chica se levantó y salió de su escondite, empezando a recibir disparos.
El mandaloriano también salió, cubriendo a ésta, la cual se paró entre las dos piscinas.
El vehículo pareció dudar, pero volvió a disparar.
La joven chica alzó su mano hacia él, parando los disparos y reteniéndolos en el aire.
-¡Toma!- gritó el guerrero, lanzándole algo.
En cuanto Irina lo recibió con su mano libre pudo identificar bien el objeto: su sable láser.
Ahora sí que empezaba lo bueno.
Dejó de utilizar la fuerza y empezó a desviar los disparos del vehículo con el sable, matando a algún que otro klatooiniano.
-Te han debido de reconfigurar bien para que no me reconozcas, unidad AT.- dijo la chica, consiguiendo un segundo de tregua por parte del vehículo, algo confundido.
Pero ese momento le permitió al caminante sacar dos cañones más y disparar a la chica.
Irina volvió a utilizar la fuerza para contener los disparos, a la vez que con el sable desviaba otros, pero la rapidez con la que los disparaba el vehículo le hacía a Irina estar más débil cada vez.
La chica estaba exhausta. Sus heridas no estaban curadas al cien por cien y aún no estaba lo suficientemente fuerte como para utilizar la fuerza con tanto poder como le estaba suponiendo luchar contra el AT-ST.
Poco a poco su agarre fue más débil.
Iba a dejar de ejercer la fuerza cuando de pronto unos disparos que sonaban diferente al del caminante se escucharon.
El vehículo cayó al suelo, justo al lado de Irina.
La joven miró el vehículo y la estructura de éste.
Los agujeros de los disparos echaban humo negro y la luz roja se había apagado.
Después se atrevió a levantar su mirada.
Un silenciador TIE.
La nave aterrizó rápidamente y sus compuertas se abrieron, dejando ver a un hombre con máscara bajando por ellas.
Kylo Ren.
Se retiró el casco y corrió a por ella, besándola apasionadamente.
La chica rodeó sus brazos por el cuello del joven.
-Te he echado tanto de menos. Pensaba que no te volvería a ver.- dijo Kylo, llorando y juntando su frente con la de la chica, a la vez que la atraía a su cuerpo.
Irina pasó su mano por el pelo de éste.
-Ya estamos juntos, es lo importante.- dijo ella, sonriendo levemente.
Kylo retiró sus manos de las caderas de la chica con el ceño fruncido. Observó sus manos. Estaban llenas de sangre.
-Estás, estás...herida.- dijo el chico empezando a preocuparse mucho.
-Son las heridas que me hizo la chica aquella. No estaban totalmente curadas y he tenido que hacer un esfuerzo mayor.-
La chica se acordó de por qué estaba luchando. Se giró en busca de los ciudadanos.
Estaban todos vivos.
El mandaloriano se acercó hasta ellos.
-Veo que ya has encontrado a tu familia.- dijo él.
-Me temo que es hora de que me vaya. Gracias por todo, Mando. Cuida bien del niño.- dijo Irina, pero de repente el guerrero cayó al suelo, algo aturdido.
El primer pensamiento de la chica fue que el responsable había sido Kylo, pero no había sido así.
Un francotirador.
-Vienen a por él. Los cazarrecompensas ya saben su localización. Irina, protégelo.- dijo el guerrero, que había podido aguantar el disparo gracias a su armadura de beskar.
Kylo la ayudó a levantarse y corrieron hasta donde estaba la pequeña criatura.
Irina la enrolló en una manta, para que no vieran al pequeño.
Volvieron a donde estaba el mandaloriano y unos stormtroopers le ayudaron a subir al silenciador.
Mientras, la chica depositó al pequeño en su cuna y la cerró para mayor seguridad.
-Irina...no me puedo ir sin el Razor Crest.- dijo el guerrero, aún algo aturdido.
La nave despegó ágilmente y sobrevolaron los kilométricos bosques de Sorgan, hasta localizar un punto donde habían algunos árboles destrozados.
Ahí se encontraba la nave del mandaloriano, el Razor Crest.
Un par de pilotos bajaron del silenciador y arrancaron la nave, dirigiéndose fuera del planeta, rumbo al Steadfast.

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Ya estando en el destructor estelar se le asignó una habitación al mandaloriano y a la pequeña criatura.
Kylo e Irina por fin pudieron tener tiempo a solas.
El chico caminaba delante de ella y justo cuando llegaron a su puerta un escáner de huellas les permitió entrar.
Kylo, algo cansado, se sentó en la cama.
La chica iba a imitar su acto pero sus heridas le impedían sentarse bien, así que él la ayudó.
-Te las tengo que curar.- dijo el chico, buscando algo que le pudiera servir.
Cuando por fin tuvo algo a mano, se acercó hasta la chica y la miró pidiéndole permiso.
Ella asintió y el joven pasó sus manos por las caderas de ella, para después levantar el cuello alto que ella llevaba.
Kylo admiró su torso semidesnudo. Era la primera vez que la veía así.
Aunque su mirada rápidamente se dirigió a los cortes que tenía la zona abdominal.
Como aún sangraban un poco, el chico presionó sobre ellas con una gasa estéril unos cinco minutos, mientras la chica aguantaba un poco el dolor.
Después las limpió un poco y puso antisépticos en el vendaje y lo enrolló por toda la zona desde la barriga hasta las costillas más bajas.
Cuando finalizó, los ojos de ambos se encontraron.
Kylo bajó la mirada al cuello de Irina y empezó a dejar suaves besos sobre éste.
El chico buscó los labios de ella y la besó con pasión.
Pasó las manos por la cadera de ésta y suavemente la acostó en la cama, dándole besos por el canal de su pecho.
La volvió a mirar y besar, para después acostarse a su lado también.
Ambos miraron el techo de la habitación.
-¿Qué es lo que escondéis tú y el mandaloriano?- dijo Kylo.
-Un encargo de un cliente de Mando.
Le pagaron muy bien por él, ¿te has fijado en su armadura?
-Sí.
-La verdad es que no sé a qué especie pertenece. Toqué su mano y algo relacionado con el lado luminoso pasó por mi mente.- dijo ella, mirando a Kylo.
-Necesito verle.


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 𝒅𝒂𝒓𝒌 𝒔𝒊𝒅𝒆 𝒐𝒇 𝒚𝒐𝒖 | kylo renDonde viven las historias. Descúbrelo ahora