𝒅𝒂𝒓𝒌 𝒔𝒊𝒅𝒆 𝒐𝒇 𝒚𝒐𝒖 | kylo ren

𝑋𝑋𝐼

Los dos individuos se dirigieron de vuelta a la aldea.
La oscuridad aún reinaba en el planeta, así que cada uno decidió irse a su cabaña para poder descansar.
Irina encendió un par de velas para organizar un poco las armas que el mandaloriano había dejado a su disposición.
La chica las revisó una a una, repetidas veces.
-No te convence ninguna, ¿verdad?- dijo el guerrero, en un tono bajo y entrando por la puerta de la cabaña de Irina.
-No son lo mío.- dijo mirándolo.
El guerrero se sentó en un pequeño banco hecho de cañas y juntó sus manos.
-Vamos a tener que esforzarnos para salvarlos.- dijo él.
-No es lo que yo haría perteneciendo a la Primera Orden. Pero lo haré. No voy a permitir que les ocurra nada.- dijo ella, acomodando un par de armas en una especie de maletín.
-¿Tienes algún motivo para hacerlo?
-Sí.- dijo ella, volviéndolo a observar.- Es algo personal. Sin embargo, creo que sé cuál es tu motivo.- continuó, señalando con la cabeza hacia la puerta, dónde pudo distinguir una pequeña sombra.
-En parte sí.- dijo el mandaloriano levantándose y cogiendo a la criatura.- Es como yo.
-¿En qué sentido?- dijo la chica sentándose a su lado.
-No tiene padres. O al menos es lo que aparenta.
-Entonces ya somos tres.-
El guerrero rápidamente levantó su mirada hacia la chica. Ahora entendía el motivo por el que lo iba a ayudar.
Irina sonrió levemente al ver al pequeño.
-Cuídalo bien. Estoy segura de que él también lo hará.-
El chico asintió, para después entregarle al pequeño a la chica.
-Descansa con él esta noche. Le has caído bien.- dijo, retirándose de la cabaña.
El mandaloriano dirigió la pequeña cuna hasta situarla al lado de la hamaca donde dormiría Irina.
Ésta, situó al pequeño dentro, tapándole un poco con una manta.
Después apagó las velas y se dispuso a dormir.

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En la pequeña pero polvorienta plaza de la aldea se hizo la reunión con todos los civiles.
El guerrero explicó sin cuidado alguno a lo que se iban a enfrentar.
Si querían sobrevivir, deberían de luchar por ello.
-Tenemos un total de 10 armas. Por tanto, los que hayan disparado alguna vez vendrán conmigo.
El resto irá con Irina. Entrenaréis con barras de madera reforzada.
Ellos tienen un AT-ST, aparte de toda la tropa que son.
El plan es el siguiente: cuando estemos listos para el ataque Irina y yo volveremos a la base.
Entraremos y atacaremos, saldremos rápidamente y nos seguirán hasta aquí.
Habrán unas trincheras justo aquí.- dijo el mandaloriano, señalando el trozo de tierra que había justo antes de las charcas de cría.- Aquí nos esconderemos todos.
Debemos de aprovechar lo que nos da el terreno. En este caso son las piscinas, así que haremos que el AT-ST meta una pata en alguna de ellas, lo que causará que caiga y quede inservible.
Ahí es cuando saldremos y acabaremos con ellos.
Los niños se refugiarán en la otra punta de la aldea.
¿Entendido?- acabó el guerrero.
Los ciudadanos asintieron y se pusieron manos a la obra.
Crearon como pudieron dianas para practicar los disparos, mientras que otros empezaban las trincheras hechas con troncos de madera.
Otros tantos empezaban su entrenamiento con la joven.
-¡Vamos, con más agilidad! ¡Moved la barra sin miedo! ¡Avanzad!- enseñaba la chica.-En batalla tenéis que ser rápidos, solo tenéis una oportunidad. Venid hacia a mi y cuando estéis cerca del enemigo, ¡tirad vuestras barras hacia delante y atacad sin miedo!-

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Tras un mes de exhaustivo esfuerzo y poco descanso los aldeanos estaban lo suficientemente preparados como para atacar.
Irina y el guerrero cogieron un par de armas y cargaron sus mochilas, dispuestos a salir otra vez hacia la base.
-Recordad, todos en las trincheras. En cuanto el vehículo caiga, atacaremos.
Llegaremos por la noche.
Llevad a los niños al refugio, ya.- dijo el mandaloriano.
Una mujer se acercó hasta ellos.
-Tened cuidado, dependemos de vosotros.-
Ambos asintieron y se dirigieron rumbo al bosque.
Los dos individuos llegaron a su destino un par de horas después de que la oscuridad volviera a caer en Sorgan.
Se posicionaron otra vez detrás del inmenso árbol, y observaron.
Los klatooinianos se encontraban comiendo y bebiendo spotchka.
En un ágil movimiento, el mandaloriano disparó a través de su francotirador matando a uno de ellos
instantáneamente.
Rápidamente todas las demás criaturas cogieron sus armas y empezaron a disparar.
Irina y el guerrero salieron de su escondite y en cuestión de minutos mataron a todas las criaturas que se encontraban en las afueras de esa zona.
De repente, vieron como unas luces rojas despertaban enmedio de la negra oscuridad.
Hora de correr.
No dudaron en ningún momento volver a adentrarse en el bosque, rumbo a la aldea.
El AT-ST causó el caos en la base, haciendo que las criaturas empezaran a gruñir y a armarse para seguir a los enemigos.
El vehículo empezó a caminar detrás de ellos, a la vez que provocaba grandes estruendos con cada pisada que daba.
Enmedio de todo aquel revuelo, el guerrero y la chica notaron algo detrás de ellos.
Presencia que duró poco ya que de repente vieron como algo pasaba por encima de ellos, y que tal cual tocó el suelo paró derrapando delante de ellos.
-¡Pequeño!- dijo Irina, eufórica.
Lo conoció al instante, su fathier.
No sabía ni cómo ni cuando había terminado en Sorgan, pero lo importante es que estaba allí.
Rápidamente montó en el animal, dándole la mano al guerrero.
-¡Vamos, sube! ¡Ganaremos una gran ventaja frente a ellos!- dijo Irina, aún totalmente eufórica.
El guerrero subió ágilmente y tal cual estuvo sentado en la criatura, ésta partió a un rápido galope.

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¿os acordáis de este pequeñín? (no tan pequeñín, jejejej)
si no os acordáis de él podéis volver a leeros el primer capítulo, en 2 min ya sabréis porqué era tan importante para Irina.
en fin, espero que os haya gustado esta inesperada aparición.♥️