𝑋𝑋𝐼𝑉

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Los acontecimientos ocurridos marcaron un punto importante en la relación entre los dos jóvenes.
Confiaban entre sí, pero esta vez Kylo había dejado escapar un poco a Irina. La había traicionado.
Ella se limitó a estar los siguientes días lo más apartada que pudiera de él. Le ignoraba por
completo; prefería estar en su habitación a solas que compartirla con él.
La pequeña criatura había entrado en una especie de coma, del cual no sabrían si podría salir, mientras que el mandaloriano estaba herido levemente a causa del ataque de Kylo Ren.
Irina visitaba todos los días al pequeño, el cual permanecía en su cuna envuelto en una especie de aura que solo sensitivos a la fuerza podían detectar.
-Sé que te culpas por ello.- dijo Mando, apareciendo en la habitación donde se encontraba la criatura.
La chica y él aún no habían hablado desde que ocurrió la tragedia. No se atrevían.
Irina giró su cabeza lentamente y observó el plateado casco que relucía en las paredes negras de la Primera Orden.
-No entiendo por qué pudo pasar.
-No aparenta lo que es.- dijo el guerrero, entrando y acercándose a la criatura.- Usa la fuerza, ya lo sabes. Pero no con las intenciones que tenéis vosotros.
-¿Quieres decir que es del lado luminoso?
-Probablemente.-
Irina pareció recapacitar por unos minutos. Tuvo como una especie de visión al tocarle, pero se presentó de forma desenfocada.
Así que volvió a tocar al pequeño con las yemas de sus dedos.

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El ambiente del ajetreado planeta Coruscant se hacía presente. Aunque algo distinto, ya que la ciudad estaba algo cambiada.
Una gran edificación se presentó ante los ojos de la joven chica, y sus puertas se abrieron ante ella.
Algo dudosa decidió entrar, dirigiéndose sin saber porqué hacia una sala acristalada donde habían reunidos unos individuos.
Rápidamente lo divisó sentado en una de las sillas de tapicería roja y de estructura gris.
Caminó por el decorado suelo hasta estar en el centro de éste, y paró en una especie de círculo rojo que estaba dibujado y decorado también.
Alzó la mirada.
-"Esperando estaba yo."
Rodeado de una especie de aura algo azulada y esta vez visible, observó la figura algo transparente de donde provenía la voz.
Era como él.
Pero algo más alto y envejecido.
-"Confundida tú estás. Lo sé."
La joven no quería asimilarlo; estaba hablando con un gran maestro jedi.
-"La fuerza te rodea, Irina. Encontrar la luz has.
Trae el equilibro a la fuerza de vuelta."
Y de repente, entendió porqué el pequeño suponía una gran amenaza.

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Irina pareció volver del trance en el que estaba al notar la fría mano del mandaloriano en su cara, el cual intentaba que la chica reaccionara.
Rápidamente le miró preocupada, puesto que sabía que no iban a durar mucho.
-No os podéis quedar aquí.- dijo finalmente, seria.
El guerrero pareció no entenderlo.
-Me salvas y ahora quieres dejarme por ahí en peligro. Increíble.
-Vas a estar bien.- hizo una pausa.- Vais a estar bien.-
De pronto el pequeño empezó a moverse lentamente.
Irina y Mando se acercaron rápidamente hasta la pequeña cuna para ayudarle en lo que pudieran. La chica utilizó un poco la fuerza para que la gastara y pudiera recuperarse más rápido.
Hasta que por fin, abrió los ojos.
-Hola, pequeño.- dijo Irina, muy feliz.
Observó su cuerpo y vio que no quedaba ninguna herida ocasionada por el sable.
La criatura tenía otra oportunidad de vivir, y esta vez, Irina se aseguraría de que la aprovechara.

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El desequilibrio volvía a reinar en la consciencia de Kylo Ren.
Debía de arreglar su lazo con la fuerza si no quería perder a alguien más.
Y estaba claro que Irina estaba para quedarse, no para irse.
Pero sus impulsos eran incontrolables para él y le llevaban a hacer cosas de las que luego se arrepentía.
Lo peor es que sabía que no había hecho nada malo. Quizás la forma de llevarlo a cabo sí, pero estaba quitándose un obstáculo muy, muy importante de enmedio y solo esperaba que la chica abriera los ojos y se diera cuenta.

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Tras unas rápidas conversaciones con el General Quinn la chica consiguió una serie de coordenadas que le llevarían a un destino perfecto para el guerrero y la pequeña criatura.
Se lo comunicó al mandaloriano y en cuestión de minutos cargó sus armas y se dirigieron hasta la zona de naves, seguidos por la pequeña cuna.
Las compuertas del Razor Crest se abrieron de una forma muy melancólica para el guerrero, que echaba de menos viajar en ella.
Cargaron todo en su sitio e Irina le dejó claro que siguiera sus instrucciones bajo todo concepto.
La chica se dirigió hasta el silenciador TIE y en un ágil movimiento se dirigió hasta el espacio, seguido por el mandaloriano.
-Señor, el silenciador ha salido de la zona de naves.- dijo uno de los almirantes, que controlaba las entradas y salidas.
Kylo observó a través del ventanal del centro de control.
-Que no escape.- sorprendentemente es lo único que la boca de Kylo logró pronunciar, puesto que él sintió por unos segundos un momento de histeria por el simple hecho de pensar que Irina no se encontraba en el Steadfast.

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Felucia era el planeta perfecto para el mandaloriano y el niño.
Un planeta selvático muy colorido y húmedo, lleno de recursos de los cuales se podrían servir y por tanto vivir.
El puesto de avanzada separatista que se hallaba allí se encontraba actualmente abandonado, y las comunicaciones eran inexistentes ya que los granjeros felucianos solo se dedicaban a vivir del planeta.
El silenciador aterrizó elegantemente seguido del Razor Crest.
Irina cubrió su cabeza con la negra capucha y aseguró que su sable estuviera en su cinturón.
Después, abrió las compuertas y bajó, para encontrarse con Mando.
Los granjeros empezaron a salir de sus chozas para averiguar qué es lo que ocurría.
Aunque no tardaron mucho en entrar en pánico al ver a la joven.
-Felucianos, escuchad.- dijo ella.- ¡Atended!- de pronto todos dejaron de correr y se quedaron petrificados en sus puestos.- Vais a tener un ciudadano más. Un protector. O mejor dicho, dos.- Irina mediante la fuerza abrió la tapa de la cuna dejando ver al pequeño.
Rápidamente los nativos se acercaron asombrados, relajándose al ver al niño.
Acogieron al mandaloriano dándole una pequeña casa en el pueblo y le dieron algo de comida.
Irina sonreía al ver a la criatura queriendo jugar con ella.
-No vamos a poder jugar más, pequeño.- dijo, acariciándole la oreja.
El guerrero se acercó hasta ella.
-Eh, Mando. Toma.- dijo Irina, lanzándole una pequeña bolsa.
Éste la abrió y vio dos docenas de lingotes de beskar.
-Acaba de completarla.- dijo ella, sonriendo. Obviamente se refería a la armadura.
-Espero que estéis bien aquí. Si necesitas cualquier cosa en cualquier momento, toma.- continuó, dándole un pequeño intercomunicador.
-Llámame Din Djarin. Din, para los amigos.- le dijo, justo cuando Irina ya se dirigía a su nave.
Ésta se giró y le miró por última vez.
-Este es el camino.-
La chica estaba segura de que el mandaloriano sonrió tras el metálico casco.








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supongo que para cuando estéis leyendo esto la novela habrá llegado a los 20k!me gustaría agradeceros el apoyo por aquí, en un capítulo, por que sé que muchos lo leeréis

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supongo que para cuando estéis leyendo esto la novela habrá llegado a los 20k!
me gustaría agradeceros el apoyo por aquí, en un capítulo, por que sé que muchos lo leeréis.
actualmente en mi perfil es la novela con más visitas que tengo y esto no habría sido posible gracias a vosotros.
de verdad que me dais la vida cuando comentáis o me decís vuestra opinión acerca de la novela.
os aprecio mucho, a todos. ♥️
que la fuerza os acompañe siempre.

 𝒅𝒂𝒓𝒌 𝒔𝒊𝒅𝒆 𝒐𝒇 𝒚𝒐𝒖 | kylo renDonde viven las historias. Descúbrelo ahora