𝑋𝑋𝐼𝐼𝐼

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Kylo se dirigió a un paso apresurado hasta la habitación que se le había asignado al mandaloriano.
Irina le seguía como podía, ya que los pasos que daba él eran más grandes y por tanto más difíciles de seguir.
Cuando llegaron, Kylo llamó repetidamente a la puerta, hasta que el guerrero abrió.
-Déjame ver el encargo.-
El guerrero miró a Irina y dejó pasar al líder.
-No me inspira confianza. Lo he escondido.- le dijo el mandaloriano a la chica, susurrando.
Ambos veían como Kylo se empezaba a poner nervioso al no encontrar a la criatura.
-¿Qué has hecho con él?- gritó, a escasos centímetros del casco del guerrero.
De reojo miró a Irina, que tenía la cabeza baja.
-No os fiáis de mi.- dijo él, alejándose del guerrero y mirando a la chica.
-Necesitamos saber que no le harás nada.
-Y yo necesito saber qué es lo que habéis metido en mi nave.-
Irina y el guerrero se miraron por unos segundos hasta que el cazarrecompensas asintió en señal de acuerdo.
El mandaloriano se dirigió hasta una de sus cajas metálicas donde solía transportar sus armas y la abrió, levantando al niño en sus brazos.
La pequeña cuna se dirigió hasta donde éste estaba y lo depositó allí, para después dirigirla hasta el gran líder supremo.
Kylo pasó su mano por la criatura para retirar la manta que la cubría.
Vio como una alargada oreja verde se asomaba, y más tarde una pequeña criatura con ojos negros azabache le miraba divertido.
El chico cambió su expresión totalmente. Esto no era para nada bueno.
El pequeño aún jugaba con la mano de él, que aún estaba en shock por lo que acababa de ver.
De pronto, un stormtrooper que patrullaba pasó por la puerta y cayó muerto.
-Eso, ¿eso lo ha hecho él?- dijo Irina, observando el cuerpo del soldado.
-Sí. No tiene muy buena experiencia con los soldados blancos.
-Ósea, que ha usado la fuerza.- dijo ella, sorprendida.
Kylo volvió a mirar a la criatura.
Retiró su mano de la cuna y la dirigió hasta su cinturón.
Pasó todo muy rápido.
El sable perforó el vientre de la criatura sin opción a que se pudiera defender.
Pero el líder supremo ya había desaparecido de aquella habitación.
El mandaloriano rápidamente cargó sus mejores armas y se dispuso a seguirle, mientras Irina caía de rodillas en el suelo aún impactada por lo que Kylo había hecho.
-Espera.- dijo ella, con pesadez.- No lo mates.- susurró.
El mandaloriano la miró por unos segundos y empezó su ágil carrera para encontrar al líder supremo.
Irina miró a la pequeña criatura sin vida.
Puso su mano en la cabeza de éste y la otra sobre la herida que le había causado Kylo.
Cerró los ojos y la herida empezó a cerrarse, quedando como si nunca hubiera pasado nada.
Irina abrió los ojos y puso a la criatura en su cuna.
-Vamos pequeño, ahora te toca a ti.- dijo acariciando sus orejas.- Tú puedes.- dijo con una pequeña sonrisa, y rápidamente cerró la habitación y mandó a los soldados a escoltarla.
Corrió por todo el Steadfast en busca de Kylo y el mandaloriano.
Giró por una esquina y vio al guerrero tirado en el suelo.
-Eh, Mando, vamos.- dijo ella, dándole golpecitos en el brazo.
-Estoy bien...- susurró.- Ten cuidado con él.-
Irina asintió y siguió corriendo hasta llegar a la zona de naves.
Rápidamente se percató de que la compuerta que daba directamente al espacio estaba abierta.
Kylo pretendía huir.
Lo visualizó dirigiéndose a su silenciador, y para cuando quiso darse cuenta, su sable láser se encendió, haciendo que Kylo detuviera la marcha y se girara a verla.
La miró por unos instantes y ella también, hasta que la iluminación de la cara de él cambió a ser roja. También había encendido su sable.
Empezó a correr hacia ella dispuesto a atacarla, pero cuando lo tenía a unos escasos metros Irina saltó haciendo un mortal, tal y como hizo con los soldados de la resistencia, esquivando al chico.
Volvieron a mirarse.
Esta vez fue ella quien dio el siguiente paso: levantó su mano hacia el chico y lo empujó contra la negra pared.
Éste se levantó aún más enfadado y volvió a correr hasta ella, empezando a atacarla.
Irina rápidamente bloqueó el sable de Kylo quedando los dos haciendo fuerza y mirándose a través de las dos armas.
Las chispas rojas amenazantes no ayudaban a la situación.
Irina apagó su sable y lo dejó caer, a la vez que se agachaba y en el aire lo volvió a recuperar y a encender.
Retrocedió un poco para ganar algo de ventaja, pero ya volvía a tener a Kylo encima.
La pelea se volvió más rápida. Ambos propinaban ataques todo el rato y a la vez los esquivaban o bloqueaban, era una pelea interminable.
Hasta que en un rápido movimiento Irina logró tirar el sable de él lo más lejos que pudo, dejándolo indefenso.
Lo volvió a tirar al suelo usando la fuerza y consumida totalmente por el lado oscuro se acercó hasta él, sable en mano.
Puso un pie encima de su pecho y preparó el sable.
Los dos se miraron. Irina siempre recordará la mirada asustada del chico.
Cogió aire exageradamente y levantó su sable hacía atrás, dejándolo caer con fuerza.

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Kylo giró su cabeza observando las chispas del sable casi rozándole la cara.
Irina ya se había alejado de él.
Cogió el sable por la empuñadura y lo apagó, para después sentarse en el suelo.
Observó a la chica, que estaba delante de él, de pie y mirándolo.
Rápidamente se fijó en la oscuridad que transmitían los ojos de ella, a la vez que alguna lágrima caía por su delicado rostro.
Kylo se levantó y se dirigió hacia ella, con cuidado.
La miró y le ofreció su sable.
Ella miró el arma y la cogió, a la vez que sus manos rozaron las manos del chico.
Guardó su arma en su cinturón a la vez que atraía el sable de él con la fuerza, devolviéndoselo también.
Ahí fue cuando ella se dio cuenta.
Casi mata a la persona que más quería en toda la galaxia.










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 𝒅𝒂𝒓𝒌 𝒔𝒊𝒅𝒆 𝒐𝒇 𝒚𝒐𝒖 | kylo renDonde viven las historias. Descúbrelo ahora