A la mañana siguiente, salieron de unos cartones, cubiertos con todas sus respectivas mudadas, y comieron un poco de nieve.
-A las chicas no les gusta los vagos -dijo Belíver a sus compañeros-, necesitamos un empleo si es que queremos tener más dinero.
-Podemos formar nuestro circo aquí o trabajar como marineros en el barco de Pulpop -dijo Ortaquiz y, Christian, quien ese día había guardado su disfraz de Pulpop, se le quedó viendo feo.
De pronto, Pernabuco tuvo otra de sus repentinas manifestaciones de locura; empezó a hacer ruidos extraños, manteniendo los brazos flexionados y puños cerrados, mientras sacudía la cabeza con rápidos y cortos movimientos verticales, mientras pronunciaba: "¡Rraaa pa pa pa pa pa pom pom pom pom pam pom pam...!"
Moris lo detuvo pegándole fuerte con el diario sobre su sombrero metálico.
Luego, salieron de desayunar de la cafetería de una estación cercana, rápidamente hojearon un diario en busca de algún empleo pero no escogieron aplicar a ninguno que les interesara, se pasaron el diario de mano en mano, para hojearlo sin interés alguno, y Moris se lo arrebató a Pernabuco, diciendo:
-¡Presta para acá, cuidado con esto!
-¡Si quédatelo, está muy aburrido! -respondió Pernabuco en un tono insolencia.
Pasaban por un suburbio y vieron un papel pegado en un poste de alumbrado anunciando que se necesitaba peones de construcción, se miraron entre sí.
-Estamos de suerte -comentó Belíver y, a su derecha al fondo, había una armazón de madera de una vivienda de 2 plantas en construcción, mientras se oía el incesante graznar de un cuervo. Ahora se decidían quien iba ir hablar con el ingeniero a cargo de la obra.
-Bien -les dijo Ortaquiz-, eso lo decidiremos con un barrigazo.
Moris, blandiendo el diario que sostenía en su mano sugirió:
-Mejor juguemos papel o tijera.
-Mejor iré yo antes que uno de estos inútiles -dijo Christian, y de una vez se dirigió a la construcción a hablar con el ingeniero, más Belíver lo apoyó diciendo: "¡Ese es nuestro capitán!"
El coyote increpó a Belíver:
-¿De qué hablas, enano, capitán de qué? ¿Del club?
-Capitán del Ventanas -contestó Belíver relajado, se miraron entre sí y se rieron al saber que el mencionado navío ya se hundió, excepto Christian.
Christian llegó a la construcción, y el ingeniero salió a atenderlo.
-Mi bien señón, tengo el equipo de lo que necesitabas -le dijo Christian al ingeniero, quien entonces le preguntó si tenían experiencia construyendo en madera.
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Los Imperdonables Colibudentes . La comedia del siglo
HumorUnos 6 chiflados bastante extraños, coincidieron en una taberna en Arizona, un 27 de diciembre de 1998 y algunos de ellos ya se conocían entre sí. A partir de ese momento decidieron formar un club de amigos, al que llamaron el Club Colibo, con el fi...