Corría el día 27 de diciembre de 1998, en el que a comienzos de una tarde, 6 locos se encontraron en un mismo bar, ya que entre ellos se conocían, pero no los 6 a la vez. El coyote había regresado de un lugar llamado País Redondo, al norte de Siberia. Belíver y Pernabuco vacacionaban en el desierto del Oeste Americano al igual que Pulpop. Se encontraban en La Ciudad de los Locos, un pequeño pueblo en algún lugar del desierto de Arizona; de cómo llegaron todos a la vez a ese lugar, es un misterio. Al reconocerse, se hablaron entre ellos, dando inicio a una amistad. Sobre la plaza de ese remoto poblado, se hallaba la casa y circo de Ortaquiz, la cual se describía como una carpa circular, blanca con franjas verdes, techo cónico que culminaba en un banderín con la palabra OZ, que es la abreviatura de Ortaquiz. Ahí dentro fue donde se empezaron a combinar sus locuras y decidieron formar un club.
-Todos son colibudescos -murmuró Pulpop y pensó por unos instantes.
-Queridos amigos colibudescos -anunció Pulpop-, se me ocurre que podemos formar un club de locos colibudescos.
-¡Somos coliputenses! -dijo Ortaquiz.
-Querrás decir colibudentes, señón -respondió Pulpop.
-Podemos llamarle a nuestro club de colibudentes El Colibo -sugirió Ortaquiz, entonces se miraron entre sí y no les pareció mal, luego brindaron con una cerveza.
-¡Por nuestro club! -dijeron los 6 a la vez.
Después Ortaquiz intentaba hacer una pizza del diámetro de la mesa, luego se lanzó al sofá, botando a sus compañeros por el impacto, mientras miraban televisión, luego se les ocurrió ir a L.V., entonces Ortaquiz pidió prestado el auto al alcalde del pueblo, supuestamente porque sus vehículos estaban malos, luego de haberlo pillado tratando de robárselo. Ortaquiz le preguntó si iba a usarlo y el alcalde dijo que no sin querer, Ortaquiz tomó las llaves y el alcalde le pidió que se lo entregue al día siguiente temprano. Era un Fiat Supermirafiori, los colibudentes le hicieron ponkismo, es decir rayarlo con dibujos y grafitis con pinturas aerosoles.
Partieron hacia Las Vegas, de camino, en la radio del auto daban la canción
Don't Dream It's Waiting. Llegaron en unas 6 horas, ya de noche, estacionaron en un callejón y cuando se estaban bajando, Ortaquiz se quejaba chistosamente haciendo hablar su trasero con las manos, cuando iban caminando por la acera e iba molestando y haciendo ruidos flatulentos y cómicos. Luego llegaron a una academia de karate clandestina dentro una bodega, liderada por el coyote y como único discípulo Gericocho. Era una nueva modalidad de arte marcial cómica basada en movimientos torpes y ridículos. Allí primero el coyote los puso a correr en círculos, mientras se tropezaban y otros se cansaban muy rápido, hacían saltos del títere sacando la lengua y soplando con los dientes sobre la lengua y chocando de frente unos con otros. Luego cuando hacían abdominales, los gordos no llegaban a hacer ninguna; Gericocho, estando acostado, sacó una torta de jamón del bolsillo para sentarse y comer con el pretexto de hacer una flexión y el coyote se la arrebató apenas le abría el plástico y se la llevaba a la boca. Cuando saltaban con impulso un cinturón que sostenían el coyote y Ortaquiz a unos 40 cm del suelo, Gericocho tropezó llevándoselos en banda, incluso quedaron patas para arriba y salieron los zapatos volando, el coyote pidió a Gericocho que se levante la camisa, lo golpeó en la barriga, en el costado derecho y le dijo, tal como los personajes del Chavo del 8:
-No le pego otra no más porque estamos en lecciones y la próxima vez tú serás el saco de golpes.
Después Gericocho pateó al frente y accidentalmente su zapato se clavó en el hocico del coyote, quien volvió a castigarlo con un golpe en su barriga y le dijo:
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Los Imperdonables Colibudentes . La comedia del siglo
MizahUnos 6 chiflados bastante extraños, coincidieron en una taberna en Arizona, un 27 de diciembre de 1998 y algunos de ellos ya se conocían entre sí. A partir de ese momento decidieron formar un club de amigos, al que llamaron el Club Colibo, con el fi...