Capitulo 10

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Sufriendo por enamorarme otra vez. Estaba en esos momentos donde quieres apagar tu humanidad para que todo acabe y así no sentir nada, absolutamente nada. No tenía ganas de salir, de hablar, de comer, de nada, solo quería que el mundo se acabase en ese momento de una vez.

-Apaga la- oí una voz que venía detrás de mi.

-No quiero- dije sin girarme- no quiero hacer daño a mas gente.

-Haz lo por mi- me giré y vi el rostro de Steven.

-No entiendo. Nunca querrías que lo hiciera - me levanté y me quedé frente de él.

-No quiero que sufras y menos por él.

-No- acaricié su rostro sorprendiéndome por poder sentirle- puedo sentirte – sonreí- ¿cómo?

-Un hechizo que no durará mucho- apartó mi mano de su cara- haz lo.

-No quiero- aparté mi cara fijada en su rostro.

-Estaremos juntos por siempre- agarró mi cara llevándola hacia su rostro para ver le.

-¿Cómo?

-Solo debes apagar tu humanidad y morir.

-Steven...

-Adiós Judit- se separó de mi y se desvaneció en la oscuridad.

Estaba en mis manos apagar mi humanidad para estar con Steven o seguir con ella y estar con Jaison. Después de razonar decidí apagarla. Cerré mis ojos y la apagué dejando todo mi dolor atrás.

-¿Morir?- reí para mi- mejor vivir.

Salí del edificio. Me metí en la primera fiesta que vi para buscar víctimas, algo de comer. Era una fiesta de disfraces así qué mis colmillos pasarían desapercibido. Me acerqué a un chico y le ordené que no gritara, seguidamente hundí mis colmillos en su cuello dejando caer su sangre por su hombro mientras la lamia desesperada. Sin matarle proseguí a mi próxima víctima y repetí mi proceso. Entre la música y la sangre no noté como alguien me clavó una estaca por la espalda apartándome del mundo hasta la calle fría y mojada que me esperaba afuera.

-¿Qué haces?- me empujó a la acera con brusquedad sacando la estaca de mi espalda.

-¿Jaison?- sonreí con burla mientras mis colmillos se volvían a meter en mi encía y me limpiaba la sangre que goteaba por mi barbilla.

-¿Qué te pasa? No me digas que lo haces por Steven.

-Lo hacía pero me di cuenta que no necesito a ningún hombre en mi vida.

-Me tienes a mi.

-Te tenía- sonreí- antes de que eligieras a esa....- callé- ya no me importas.

Recuerdos del único amor II: En la boca del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora