Me levanté y al ir al salón Tomás no estaba. Supe que se había despertado temprano y se fue para evitar encontrarse conmigo, la verdad era mejor, prefería que se fuera temprano para no tener que toparme con su mirada, con sus hermosos ojos verdes, con su respiración y su perfecto cuerpo ¿qué me estaba pasando? Cada vez estaba mas enamorada de Tomás, aún que no sintiera nada por mi ni por nadie me atraía mas, no se si era por que era el típico chico malo el cual sabes que te llevará a grandes aventuras o porque estaba bueno. Me sonrojé por un momento al pensar en eso. Entré al baño y me bañé, escuché un ruido en el salón, no me asusté ya que a veces entraban gatos a mi departamento, luego un aire frío recorrió mi espalda. Abrí la cortina de la ducha, al asomarme me di cuenta de que la puerta estaba abierta, yo siempre la cerraba porque era mas cómodo ducharse. No me preocupé y me seguí duchando. Cerré el grifo de la ducha, al correr un poco la cortina vi que Tomás estaba al frente mio lavándose los dientes.
-¿Qué haces?- me asusté y cogí rápido la toalla.
-¿Lavarme los dientes?- ni se percató de que estaba en toalla.
-Me estoy duchando, Tomás.
-¿Enserio?- sonrió- pensé que estabas paseando al perro.
-Vete- sonreí.
-Espera- escupió la pasta dentífrica y luego bebió agua para después escupirla. Salió por la puerta y me vestí tranquilamente, me lavé los dientes y luego salí.
-Que no vuelva a ocurrir- sonreí mientras pasaba la toalla por mi cabeza para secar el pelo.
-No me invites mas a quedarme a dormir.
-Lo siento por ser generosa.
-¿Desayuno?-sonrió mientras servía jugo de naranja y abría un pan.
-Está bien.
-¿Cómo dormiste?
-¿Te importa acaso?
-Lo siento por ser generoso- repitió mis palabras anteriores.
-Si- respondí su anterior pregunta- ¿y tú?
-No muy bien- sonrió- me levanté a las ocho porque estaba muerto de hambre- sonrió.
-¿De qué te ríes?
-Bueno- soltó una carcajada- es que ya estoy muerto- sonrió mientras colocaba queso en el pan.
-Volviendo a lo anterior...-sonreí- dime que no mataste a nadie por favor.
-No ¿cómo se te ocurre?
-No lo sé.
-No maté a nadie.
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Recuerdos del único amor II: En la boca del infierno
Hombres LoboSegunda Temporada; Recuerdos del único amor Tras años viviendo y viajando con Steven, deciden ir a un pequeño pueblo pero no saben que eso les cambiará la vida a los dos, especialmente a Judit, quien se volverá a enamorar de uno de los enemigos del...