Capitulo 27

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No quería ni imaginarme lo que se sentía perder a alguien que “te importa”, no otra vez. Ya había superado lo de Steven y lo de mis padres no quería perder o imaginarme perdiendo a mas gente, si, es verdad, Tomás ya no sentía nada, no había ni una pizca de amor en su corazón pero sabía que en el fondo le dolía ver a su amiga morirse, amiga con privilegio. Me aterraba que si recuperaba sus sentimientos sufriera y se hundiera en un abismo del cual no pueda volver, prefería que esté sin sentimientos antes que los tenga y se pase el día llorando por los rincones, a saber cuantas personas había matado, cuantos cadáveres había enterrado a cuanta gente había herido... si recuperaba los sentimientos se derrumbaría por completo. Estaba furiosa con Jaison, tal vez no se pudo controlar, tal vez no tenía la culpa, es mas ni tenía motivos para estar enojada con él, Lina no me caía bien que digamos, pero como Tomás no sentía... me sentía responsable de sentir por él por extraño que suene.

-¡Judit!-tomó mi brazo evitando que me fuera- no me ignores.

-¿Qué no te ignore?- sonreí irónicamente- ¿qué no te ignore?- repetí- mataste a Lina, la novia de Tomás- solté me brazo que aún seguía amarrado al brazo de Jaison- ¿sabes lo qué sufrirá cuando recupere sus sentimientos?

-¿Aún sigues creyendo que los recuperará?

-No cambies de tema- mordí mi labio inferior con rabia- mataste a su novia. Menos mal que no siente porque te odiaría.

-¿Por qué?- sonrió- ¿por qué te pones de su parte?

-Porque...-pausé- porque me importa y se que sufrirá, tu tienes la culpa y...

-¡No lo controlo!-gritó.

-¡Lo se!- le devolví el grito- ¿crees qué eso le importará a Tomás cuando se lo contemos?

-Yo...

-¿Qué pensabas decirle?- reí- “oye, Tomás, ¿sabes qué? no pude controlarme y maté a tu novia. Busca te a otra”

-Solo haces que me sienta mas culpable de lo que me siento.

-Jaison...- pausé- debiste haberte atado bien, eres un hombre lobo, no vas de excursión al bosque- tapé mi cara.

-Lo se, lo se...-sonrió con tristeza-¿tu estás enojada conmigo?

-Yo...-pausé- si.

-¿Por qué?- sonrió- digamos que ustedes no eran las mejores amigas, así qué ¿por qué?

-Pero si soy amiga de Tomás- aparté mi mirada de su rostro- y no quiero ver sufrir a mi amigo.

-Claro- sonrió- amigo.

-¿Pueden dejar de hablar de mi?- apareció Tomás de detrás de la puerta con un baso en la mano.

-¿Cuánto tiempo llevas ahí?- pregunté.

Recuerdos del único amor II: En la boca del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora