Tomás seguía viviendo en mi departamento pero no nos dirigíamos la palabras, no porque le odiase o porque estuviera enojada, sino porque me aterraba que si me hablaba me enamoraría aún mas de él y por raro que sea, funcionaba, cada vez desaparecía todo por él. Pensaba en él y solo veía un monstruo, alguien sin alma, sin corazón, sin sentimientos. Estaba con la hermana de ellos, viendo una película en mi salón, mientras ellos iban en busca de respuestas respecto a la cura por el vampirismo. Ya estábamos en el final de la película y una lágrima recorrió mi mejilla y antes de que Anne la viera me la limpié.
-No hace falta que lo ocultes- dijo- es Tomás quien apagó sus sentimientos no tu.
-Lo se- me levanté del sofá.
-Tarde o temprano tendrás que elegir, Judit.
-No se a quien- me senté bruscamente en el sofá.
-Cuando llegue el momento lo sabrás- rió y comió palomitas.
-No quiero que llegue- la miré.
-¿Por qué?
-Los quiero a los dos pero...- pausé- se que los separaré.
-Eso pasa por jugar con ellos- se levantó enojada del sofá tirando las palomitas.
-No jugué con ellos- me levanté- solo... no controlo mi corazón.
-Como ya te dije- abrió la puerta- tendrás que elegir- la cerró una vez salió.
Me tumbé en el sofá mirando el techo esperando que me ayudara a responder las dudas que tenía mi corazón en ese momento. Llevaba viviendo doscientos años y aún no aprendía a sentir como es debido. Uno nunca aprende.
-Claro- entró Tomás por la puerta hablando con Jaison- tal vez por eso es.
-¿De qué hablan?- me levanté de un brinco.
-De ti no es- me sonrió maliciosamente Tomás.
-De la cura- dijo Jaison por fin- averiguamos que está en el infierno.
-¿Infierno?
-Lo tenían que poner difícil al momento de buscarla ¿no?
-¿Por eso?- me volví a acostar en el sofá.
-Prácticamente ,si.
Jaison se fue a la cocina a cocinar algo para el almuerzo aún que la mayoría prefiriera sangre, teníamos que fingir ser humanos y mas estando caza vampiros por ahí. Tomás se acercó y levantó mis piernas sentándose él debajo, luego volvió a colocar mis piernas sobre las suyas. Me quedé callada.
-Siento haber sido tan dura contigo- dije al fin.
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Recuerdos del único amor II: En la boca del infierno
Lupi mannariSegunda Temporada; Recuerdos del único amor Tras años viviendo y viajando con Steven, deciden ir a un pequeño pueblo pero no saben que eso les cambiará la vida a los dos, especialmente a Judit, quien se volverá a enamorar de uno de los enemigos del...