Eso de los hombre lobo y todas esas cosas extrañas era algo nuevo para mi y algo nuevo que escribir en mi libro de cosas extrañas, metafóricamente. Steven estaba distante desde que pasó aquello intentado buscar la forma de matar a ese hombre lobo. Ya ni hablaba conmigo.
Él único que me entendía y había desaparecido de mi vida. Estaba metido todo el día en libros intentando encontrar respuestas que puedan complacer ese vacío que hay en su interior.
-Llevas días ahí metido- dije al entrar en un cuarto oscuro con solo una luz en el centro con varias hojas tiradas en el suelo.
-Lo se.
-Steven ¿qué pasa?
-Hay una manada de hombres lobo y nos están buscando. Eso pasa.
-No hacía falta que me trates así.
-Estoy asustado Judit- me miró por fin a los ojos.
No sabía que hacer respecto a sus miedos, yo tenía mas miedos que él. Para curar sus miedos antes debía curar los mios. Tenía que matar a ese hombre lobo y así poder seguir con mi vida, por lo que se puede decir normal de alguna manera. En ese momento solo había una pregunta rondando por mi cabeza, dando vueltas casi mareándome y no iba a parar hasta que encuentre su respuesta: ¿dónde se encuentran los hombre lobo?
-Tiene que estar...-dijo Steven observando las miles de hojas que había a su alrededor.
-¿Dónde habitan?
-En bosques o lugares que se parezcan a eso- dijo casi ignorando mi pregunta y respondiendo a la mía. Al terminar de pronunciar sus palabras desaparecí de ahí en un segundo. Corrí por toda la ciudad hasta encontrar un bosque. El viento rozaba mis mejillas haciendo que me sienta libre, al tocar el viento mis mejillas y mover mi pelo tras de mi, era indescriptible. Sabía lo que iba a venir quilómetros antes de que se pusiera delante mio, olía olores que no sabía que existían.
Me detuve en una especie de bosque como si estuviera perdida observé mi al rededor buscando alguna pista y entonces la vi. Observé miles de huellas de personas dirigiéndose a un mismo destino: el interior del bosque.
Estaba oscureciendo y yo estaba en medio del bosque con la luna llena reflejada en mi cara, reflejando el peligro que venía a lo lejos, podía olerlo. Sin darme cuenta había llegado a una cueva llena de cadenas atadas a sus paredes, con rasguños en el suelo y las paredes. Sentí miedo.
-Vampiro- oí una voz tras de mi y sentí un horrible escalofríos.
-Hombre lobo- me giré temblando- supongo.
-Te arriesgas mucho viniendo una noche de luna llena a ver a un hombre lobo transformarse.
-¿Crees que te temo?
-Deberías. Mi mordisco te mataría.
Me quedé callada observando como se sacaba la camiseta y se ataba a la pared con las cadenas.
-¿Qué haces?
-Me voy a transformar.
-Pensé que querías matarme.
-Las cadenas hacen que duela mas. Estaré mas enojado.
Hice una sonrisa burlesca a su comentario y de media vuelta ignorando lo que pudiera salir de su boca en ese momento. Hasta entonces nunca había visto un hombre lobo, quería ver como se transformaba pero podría herirme. Me detuve un momento justo en la salida de la cueva esperando a oír los gritos de aquel hombre lobo.
-Puedes quedarte.
-¿Por qué querría hacerlo? Puedes matarme.
-Harás mas fácil mi caza.
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Recuerdos del único amor II: En la boca del infierno
Manusia SerigalaSegunda Temporada; Recuerdos del único amor Tras años viviendo y viajando con Steven, deciden ir a un pequeño pueblo pero no saben que eso les cambiará la vida a los dos, especialmente a Judit, quien se volverá a enamorar de uno de los enemigos del...