Capitulo 13

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Era uno de esos momentos de tu vida en la que estas confundida pero enamorada y no sabes que hacer, no saber que pensar al respecto de la situación en la que te encuentras, no sabes si rendirte y dejarle ir para no volver a verle o seguir adelante y darle otra oportunidad pero como ya dije, era uno de esos momentos en el que uno está confundido. No tenía motivos para salir ni siquiera para beber sangre, quería olvidar y quitarme ese enorme peso que en ese momento estaba en mis hombros, quería morir como debí hacerlo hace unos años ¿unas mil veces? Pero en ninguna morí, he vivido mas de lo debía vivir y todo por llevar a un vampiro como guardaespaldas, mi hora había llegado hace tiempo pero yo evité a la muerte mas de una vez. No merecía todos estos años de vida, gracias a mi había muerto gente que debía haber vivido mas tiempo. Me culpaba de muchas cosas pero sobre todo me culpaba de enamorarme.

-¿Qué se supone que estamos haciendo Jaison?- reí. Tenía los ojos vendados con un pañuelo que Jaison me había puesto para darme una sorpresa de cumpleaños.

-Tu sigue andando- acarició mi cabello mientras me empuja con delicadeza.

-¿Dónde vamos?

No respondió. Seguimos andando uno tres, tal vez cuatro minutos mas hasta al fin llegar a una especie de cueva totalmente iluminada y con mantas en el suelo, mesas llenas de comida y bebidas. Y como no tenía que estar ahí Tomás.

-Mejor me voy- una sensación de odio recorrió todo mi cuerpo.

-Ignora le- se acercó a mi oído por detrás- él no está aquí- tan solo sonreí.

-¿Qué haremos?

-Nos quedan exactamente- miró su reloj- dos horas y treinta y dos minutos para que salga la luna y ya sabes... me salgan pelos por todas partes.

-Lo se.

-Hasta entonces, beber hasta emborracharse sería lo correcto- sonrió- feliz cumpleaños.

-Gracias.

-No hay de qué.

-Lo digo enserio- miré a Tomás que nos estaba observando sin pestañear un segundo- gracias por estar a mi lado y ya sabes... ayudarme.

-Para eso están los amigos- me abrazó.

Me fui a sentar con un baso de bebida a alguna de las mantas que se encontraban por el suelo. Tomás se dirigió hacia donde me encontraba, yo tan solo aparté mi mirada de donde él estaba y tomé un tragó para disimular que no le había visto.

-Feliz cumpleaños- me dio un pequeño golpe en el hombro.

-Gracias- volví a apartar mi mirada.

-Se que me dijiste que no te volviera a hablar pero no puedo. Cada vez que te siento o te veo siento ganas de be...

Recuerdos del único amor II: En la boca del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora