Capítulo 13

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-Fernanda no estoy segura que seas la persona indicada- dijo dudoso.

-Pero si dijiste que confiabas en mí- dije triste.

-Confío en ti, pero no quiero desepcionarme con lo que pase- dijo mirándome a los ojos.

-Me hubieras dicho esto antes de ilusionarme- dije media enojada.

-Pero si te dije que no estaba seguro po- dijo tomando mi mano.

-No puedes jugar con mis sentimientos como si nada- dije soltadome de su agarre.

-Feña po, no te enojes. No es para tanto.

-¿No es para tanto?- dije ofendida- Ángel, yo quiero que esto funcione.

-Si se, pero no estoy seguro de querer- dijo haciendo una mueca.

-Perfecto, así no se puede- dije levantandome.

-Pero no te vai en esa.

-¿Quieres intentarlo? - dije dando una última oportunidad.

-Pero prométeme que no me harás daño- dijo haciendo puchero.

-Te lo prometo- dije abrazándolo.

Abrí la caja, junté todo como decía en las instrucciones y me puse los guantes.

Le puse crema en la cara, en la nuca y en las orejas. Después le pasé una polera vieja para que no le pase nada a su ropa.

Si, le voy a teñir el pelo con mis propias manos.

Nos comentó que se quería teñir, pero como yo soy toda una profesional le dije que se lo iba a teñir yo.

El Nicolás y la Tania estaban sentados frente a nosotros. Estábamos en el patio por el olor de la tintura.

-Pero weon si te quedó la raja- dijo el Nicolás.

-Si weon, te vei súper bacan- dijo apoyando la Tania.

-¿Viste? Soy seca- dije haciendo una pose de diva.

-Tai da pa peluquera- dijo el Ángel ya conforme con su pelo.

-Ojalá weon, con cuea me alcanza para el doggis- dije haciendo pucherito.

-Me siento tentada- dijo la Tania poniendo una mano en su frente- ahora queiro teñirme pero con esas weas que salen cuando te bañas.

-En el supermercado venden po- dije acordándome de las que vi cuando compré la del Ángel.

-Weona vamos- dijo tomándome de la mano y obligándome a salir con ella.

Llegamos al supermercado y la Tania sacó una rosada. Pagamos y nos fuimos rápido a la casa.

Hice lo mismo que con él Ángel y empecé a jugar de nuevo.

Hice lo mismo que con él Ángel y empecé a jugar de nuevo

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Culia PesáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora