-¿Estaban hablando de mí?- llegó el Cristóbal y me abrazó por los hombros.
-Okey, esto responde a nuestra pregunta- Dijo la Catalina tomando su mochila y los demás la siguieron.
-Pero...- dije intentando llamar su atención pero no lo conseguí- Cristóbal ¿Qué wea?- dije enojada.
-Na po, escuché que estaban hablando de mí y me acerqué nomás- Dijo caminando hacia su puesto.
No entendía la actitud de los chiquillos, ni entendí a qué iba la pregunta. Me sentí mal por la forma en la que me trataron. Empecé a sentir como corrían lágrimas por mis mejillas, así que intenté salir para ir al baño. Estaba caminando hasta que alguien me tomó el brazo y después la cara para hacer que lo mirara.
-Hey ¿Qué te pasó?- dijo con cara de preocupación.
-No te importa- dije soltandome de su agarre- Nicolás, déjame sola porfa.
-Fernanda deja de ser tan testaruda- dijo serio- de verdad te estoy intentando ayudar. A pesar de todo puedes confiar en mí.
En otra ocasión me hubiera seguido negando, pero ahora de verdad me sentía como las weas. Me acerqué a él y le dí un abrazo, el me lo respondio y apoyé mi cabeza en su pecho.
Lo que ocultamos las bajitas.
-¿Quieres hablar?- dijo alejándose un poco de mí.
-Eres la última persona con la que quiero hablar. Pero si, ahora necesito a alguien con quien hablar- dije ya rendida- Es que weon, los chiquillos se supieron super weones conmigo de la nada porque ayer hice la cimarra con la Sofía y piensan que me fui con él Cristóbal y no me dejaron explicar.
-Pero Feñi. Quizá el enojo dure solo un tiempo, porque si de really son tus amigos te van a escuchar, tal vez no ahora pero si en un tiempo.- dijo acariciando mi mejilla- Y mientras eso pase, querida amiga, yo estaré aquí para apoyarte- dijo pasando su brazo sobre mis hombros y haciéndome caminar con él hacia la sala.
Cuando llegamos a la sala me hizo sentarme con él, solo que lejos de los chiquillos. Cuando entraron me quedaron mirando y se fueron a sentar, solo que él Matías me quedó mirando con cara de lastima y me sentí peor.
Día culiao se pasó super rápido. Él Nicolás trató todo el día de subirme el ánimo y no me quiso dejar sola.
Sonó el timbre de salida y tomé mi mochila para salir rápido pero el Nicolás me siguió, no me negué así que empecé a caminar más lento.
-Oye tenía planes hoy ¿Me acompañas?- dijo pasando una mano por su pelo.
-¿Dónde tienes que ir?- dije dudosa.
- Tú solo sígueme ¿Confías en mí?- dijo sonriendo.
-Claro que no confío en ti. Pero ya, vamos- dije rendida.
Cuando nos íbamos caminando me dí cuenta que íbamos al lugar de comida rápida que estaba al frente de él colegio.
Wea rica, wea exquisita.
-¿Te tienes que juntar con alguien?- dije mientras él se acercaba al mesón.
-No, pero podríamos comer papitas bajón- dijo mientras le brillaban los ojitos como un niño pequeño.
-Ay weon eres un sol, gracias- dije sonriendo.
El Nicolás pidió las papas bajón y pago los $5.000. A los 7 minutos después nos llamaron y nos entregaron nuestra orden.
-Pedí para llevar, así que vamos comiendo en el camino- dijo tomando las papas y luego poniéndose su mochila.
-Como tu quieras- dije restándole importancia y sacando una papa de la bolsa- asahas conchetumare está demasiado caliente.
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Culia Pesá
Ficção AdolescenteLa Feña es una weona pesa con quien se lo merece. Pero ¿Qué pasa cuando conoce al weon del almacén?