Capítulo 31

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-Necesitamos un carrete para celebrar cuando el Mauri salga del hospital- miré a la Sofía que dio la idea.

-Weon si, el Mauri ama los carretes- la apoyó la Catalina.

-Dejamos al Santi con mi mamá- el José abrazó a la Cata.

- ¿Tu crees que la tía Andrea me cuide a la Fallon? – asentí a la pregunta de la Valentina- Gracias, la mamá del Nico con cuea la saluda cuando la llevo a la plaza.

- ¿Mi mamá qué? -llegó el Nicolás con un vaso lleno de suflés.

-Que tu mamá ya no pesca a la Fallon po- habló enojada la Valentina.

-Ay Vale no te compliques, no tenemos que forzar a nadie a querer a la Fallon- pasó un brazo por su hombro- Nosotras la amamos y la cachá de tíos que tienen también ¿Pa que necesitai a la demás gente?

-Si po Vale, pa eso estamos nosotros- le sonreí para calmarla- Igual está mi mamá y el Claudio ¿Te acordai que la otra vez se la llevaron 2 días a la playa?

-Ya oh, si tienen razón – nos miró a todos y sonrió- Los quiero chiquillos.

-Mami- llegó el Santi llorando a los brazos de la Catalina- aion pum en cala y me lele muto.

-Fallon ven acá- llamó la Valentina- ¿Por qué le pegaste al Santi?

La Fallon miró a todos y se puso a llorar.

-A ti tenía que parecerse, cualquier wea que hacen y las cachan lloran- webee a la Vale.

Me paré y fui a buscar una bebida, no tomábamos frente a los niños así que a pura coca cola. Estaba toda piola viendo la pelea de mamás hasta que sonó mi celular, era un número desconocido y lo ignoré pensando que era alguna compañía ofreciéndome un plan.

Guardé el celular y enseguida sonó el timbre.

-Yo voy- caminé a la puerta y saqué las llaves.

Abrí y estaba el Arón, rápidamente iba a cerrar la puerta, pero puso el pie.

- ¿Podemos hablar? – se veía cansado.

- ¿Qué wea vamos a hablar? ¿Qué mientras me pedías una oportunidad estabas viviendo y pololeando con la Maite? – me iba a ir, pero me tomó del brazo.

-Escucha, porfa – pidió suplicante.

-5 minutos- me crucé de brazos frente a él.

-Nunca amé a la Maite, desde que me di cuenta de que estaba loco por ti que intenté terminar con ella- intentó tomar mi mano, pero lo evité- Fernanda, yo de verdad te amo. Se que la cagué pero te juro que no te haré sufrir. Me gustai, te amo y no quiero dejarte ir tan fácil.

-Arón nunca me gustaste- reí sarcástica- El Mauricio despertó, erai mi hombro para llorar y consolarme, nunca sentí nada por ti.

Su cara mostraba una mezcla de enojo y tristeza.

-Estás mintiendo por tu orgullo, pero se que sientes lo mismo que yo- se arrodilló frente a mi- Por favor dame una oportunidad.

-No weon, chao- iba a cerrar la puerta, pero me agarró el brazo, esta vez más fuerte que antes- Suéltame Arón.

-No hasta que me escuches- apretó más fuerte mi brazo.

-Arón me estai haciendo daño- intenté soltarme, pero me afirmó el otro brazo, su cara era diferente.

De pronto el recuerdo ya superado de mi violación volvió a mí, en no poder tener fuerza contra él me hizo recordar ese momento. Me volví a sentir débil y con miedo de lo que podría pasar, sentí como me empezaba a faltar el aire y que no podía mantenerme en pie. Pensé que pasaría lo mismo que la vez pasada y que no aguantaría. Mi corazón comenzó a latir más rápido de lo normal.

Culia PesáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora