flayyteculiao: chiquilles,, arregle el problema :)
Narra Nicolás
Estábamos en el auto camino a Antofagasta, siempre era un viaje demasiado largo, pero con la Tania se pasaba bien. Habíamos decidido que seguiría con el nombre Tania ya que todos nos acostumbramos.
Paramos en una copec a cargar combustible mientras la Tania iba al Pronto a comprar weas pa comer. Cuando terminé de cargar me subí al auto y vi la billetera de la Tania sobre el asiento. Cerré los ojos, tiré mi cabeza agotado hacia atrás y respiré profundo. Encendí el auto y me puse justo afuera del local.
En menos de unos minutos la Tania salió con la cara tapada y una bolsa. Se subió rápido al auto y me indicó que empiece a manejar, obedecí y arranqué a toda velocidad.
Fuimos todo el camino discutiendo, estaba super en desacuerdo que siguiera robando. No estábamos mal económicamente como para que siguiera haciendo lo mismo, pero se seguía excusando con que no nos hacía mal tener un poco más de dinero ya que ella no podía trabajar por la falsa identidad y con la real la podían encontrar.
Llegamos a la casa y nos bajamos del auto. La Tania cerró la puerta del auto fuerte y entró a la casa corriendo. Entré y tiró la bolsa del Pronto encima de la mesa.
-Siempre la misma wea Tania- la reté.
-Te pediría perdón, pero ya lo hice más de 10 veces- gritó.
-Puta Tania- puse mis manos en mi cara- ¿Cuándo vas a dejar de hacer tantas weas? Estai grandecita yapo.
- ¿Vai a seguir retándome? No tengo 5 años, Nicolás.
-Entonces deja de hacer estupideces po.
-Solo déjame- tomó la bolsa- ¿Ya?
Se fue a la pieza y dio un portazo, sentí cuando puso el pestillo y eso significaba que me tocaba dormir en el sillón.
-Bonita la wea, te mandai la cagá tú y voy a tener que dormir yo en el sillón- reclamé- Mi almohada.
Pasaron más de 20 minutos y no sacó ni almohada ni manta.
-Iré a un hotel.
Tomé las llaves del auto y salí. Me subí al auto y comencé a manejar, no iría a un hotel, tenía otro lugar en el que me refugiaba cuando tenía peleas fuerte con la Tania. En el camino fui pensando en todas las cagás que siempre se mandaba, intentaba entenderla y tener paciencia, pero ya había pasado más de 2 años y seguía igual.
Estacioné el auto y bajé. Cerré con llave y subí los 4 escalones que había para llegar a la puerta, toqué cinco vences y en menos de 1 minutos salió una mujer de pelo rubio hasta los hombros, ojos miel, piel un poco bronceada por la playa y media más o menos 1,69.
-Hola- sonrió al verme y puso sus brazos en mi nuca en un abrazo- ¿Peleas o me extrañaste?
- ¿Puedo? -señalé a la casa y ella asintió.
Dentro había un living super acogedor, con algunos cuadros que ella misma había pintado. Me senté en el sillón grande.
-Vino o cerveza- se asomó por el minibar que tenía.
-Vino.
Volvió con dos copas de cristal con vino. Se sentó al lado mío y chocamos copas. Siempre que peleaba con la Tania tomaba vino, me relajaba más que la cerveza, que, por el contrario, me ponía peor.
Intentó preguntar por la Tania, pero evité a toda costa el tema, prefería hablar de otra cosa y eso hicimos. Pasaron dos horas hablando de puras weas y logré calmarme y olvidar la pelea que acaba de pasar. Me relajaba tener a alguien acá en Antofagasta para hablar, fue lo mejor conocer a la Luna hace 1 año.
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Culia Pesá
Teen FictionLa Feña es una weona pesa con quien se lo merece. Pero ¿Qué pasa cuando conoce al weon del almacén?