- ¿Se conocen? – preguntó la Daniela extrañada.
-No lo suficiente, nos conocimos hoy en la micro- se pasó una mano por la nuca.
-Pero si tu no tomas la misma micro que la Fernanda- la Daniela estuvo un momento en silencio y creo que recordó algo porque lo miró enojada-Step ¿Viniste a ver a la abue sin mí?
Le pegó en el hombro y después entró, la seguí porque estaba haciendo mucho frío y el Step me siguió.
-Bebé ¿Puedes cerrar la puerta? Que voy a subir- gritó el Nicolás del baño y le hice caso.
Salió solo con la toalla en la cintura y el torso al descubierto, ignoró la presencia de otra persona nueva y subió las escaleras.
-No me dijiste que tenías pareja- comentó Step.
-No tuvimos tiempo de hablar tanto, pero no es mi pareja.
-Te voy a contar la historia de como el Nicolás se metió con todas las minas que viven aquí- rio de nuevo la Daniela.
-Después po ¿No venías a estudiar? – subí a mi pieza y les indiqué que me siguieran.
- ¿Viven todos solos? Es la tremenda casa- la Daniela miró todas las puertas de las piezas.
-Vivía mi mamá, pero se fue a vivir con su pareja- me encogí de hombros- esta es la pieza de la Javi- señalé la primera puerta- La del fondo a la derecha es de la Fallon y a la izquierda la de la Vale. Esta es la mía- entramos a mi pieza y examinaron todo- Igual siempre se queda el pololo de la Javiera y como ahora, el Nicolás con la Tania.
-Igual está super ordenado parra tantos, cuando nuestras mamás se van de viaje queda la casa pa la cagá- la Daniela le pegó un codazo al Step.
Después de un rato empezamos a estudiar, el Step era dos años mayor que nosotras y estudiaba lo mismo, por lo que se le facilitaba ayudarnos. Me explicó weas que no entendía y a la Daniela prácticamente le enseñamos toda la materia del semestre.
Estábamos estudiando lo último cuando una de sus mamás llama al Step diciendo que es tarde y tienen que ir a cenar. Se despidieron y accedí a darle mi número al Step.
- Pásame la palta, Tóbal- el asintió y me pasó el plato.
- ¿Cómo te fue en la prueba? - preguntó el Nicolás con pan en a boca.
-Asqueroso, traga primero- lo retó la Javiera y reímos.
-Me fue bien creo- hice una mueca de disgusto.
-Mientras sea un azul todo bien- sonrió la Valentina- Sopa culia exquisita, así dan ganas de estar enferma po.
-Confirmen si la sopa de enfermo que hace la Feña es la mejor- la Tania levantó la mano seguida de todos.
-Oye aprendan weones, si no soy na la mamá- los reté.
-Nunca te veremos como mamá si eri la menorcita- se rieron de mí.
-Ya weon ¿Vamos al mall mañana? -preguntó la Javiera.
-En patota como siempre si- apoyó el Cristóbal- Le decimos a la Cata, al José, al Fernando y a la Sofi.
-Obvio- sonreí.
-Ya a acostarse- la Javiera se puso de pie y todo hicieron lo mismo- Le toca al Cristóbal lavar la loza.
Todos salieron rápido de la cocina antes de que alegara.
Vi la hora y eran las 8, mañana era sábado y la próxima semana no tenía pruebas, así que después de pensar un rato decidí ir al hospital. No llevé la mochila, solo mi banano con mi cuenta Rut, el carnet, el pase y la licencia. Después guardé mis pañuelitos infaltables y las llaves de la casa.
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Culia Pesá
Novela JuvenilLa Feña es una weona pesa con quien se lo merece. Pero ¿Qué pasa cuando conoce al weon del almacén?