¿Amor?

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Giré y lo vi nuevamente, no podía creer lo real que se veía, como si fuera una persona más, a pesar de que parecía un humano normal, tenía algo que me recordaba a su forma de payaso.

- ¿Qué haces así? -Le susurré enojada y el solo me sonrió con esa sonrisa tétrica clásica suya.

- ¿Te gusta? -Rio de manera burlesca.

Lo tomé del brazo y lo llevé hasta un callejón, nunca entendería las ocurrencias del payaso.

- ¿Que estás haciendo así Pennywise? -Le reclamé una vez dentro del callejón.

- ¿No te gusta? -Se entristeció falsamente.

Tomé sus gafas y se las quité, ahí estaban esos ojos azules, se veía extraño sin su típico maquillaje de payaso, su piel tenía algunas cicatrices cerca de sus mejillas y ojos, pero se veía demasiado humano.

Demasiado.

Toqué su cara para comprobarlo, tenía la misma altura, el mismo color de cabello, pero se veía... Normal.

- Tú me lo pediste -Me dijo. -Dime que piensas -Frunció el ceño. No podía dejar de mirarlo, estuve hipnotizada mirando sus ojos por unos segundos, pasé mis dedos por su mejilla y bajé hasta sus labios, estaban tibios como si de un humano se tratase.

Por la textura que había sentido parecían ser suaves y cálidos también, algo totalmente inesperado.

Retire mi mano de su rostro y me alejé de él de inmediato, no podía estar pensando esas cosas, me comencé a sonrojar al darme cuenta de lo que había pensado, mi mala suerte era mayor que eso, pues la entidad por más humana que se viera aún podía saber lo que sentía si yo sé lo permitía con algo tan evidente como eso.

- Oh -Sonrió para molestarme. - ¿Eso piensas?

Evité su mirada con enojo, ahora que había visto eso me iba a torturar con esa tontería. -Cállate -Le dije. -Te llevaré a Neibolt y hablaremos ahí.

Él soltó una risa. -Está bien, no tengo problema en hablar aquí, podríamos tomar algo y hablar -Dijo con sarcasmo. Me molesté al escuchar su forma de hablar, ahora me había ganado por una estupidez, no es que haya pensado nada muy extraño, solo creía que se veía normal, humano, real. Me enojé durante todo el camino mientras llevaba la bolsa de mis compras.

Caminaba junto a Pennywise en su nueva extraña forma, lo miraba a ratos y vi que no podía dejar de babear del todo, aún unas pequeñas gotas de saliva estaban visibles en su labio inferior. El observaba a la gente con cuidado, como si todos fueran su posible presa.

No quería hacerlo por lo que había pasado, pero tenía que ayudarlo a controlarse. De un momento a otro lo tomé del brazo y le susurré. -Cálmate. -El me miró y no dijo nada, solo se dejó llevar por mí y logró calmarse.

Pasamos por medio de todo el pueblo, a ojos de los demás solo seríamos una... ¿Pareja?

Quise soltar su brazo cuando pensé en eso, seguramente él estaba viendo todo lo que podía pensar, y es por eso que era tan difícil estar con él precisamente, porque cada cosa que fuera a sentir y pudiera aprovecharse de ello él no lo dudaría y tomaría ventaja, tenía que ser decisiva con cada palabra y acción que daba con él, de esa forma no me tomaría desprevenida.

Pero esta vez no podía, la situación era extraña y jamás me había sentido tan incómoda en mi vida, volví a sonrojarme al pensar en todo lo que estaba pasando, sentía mi rostro calentarse y no podía evitarlo, solo deseaba llegar a ese lugar de una vez.

- No es tan difícil -Su voz me sacó de mis pensamientos, lo miré de reojo y estaba sonriendo como siempre.

- ¿Qué cosa? -Le susurré.

- Mezclarme entre los humanos -Rio.

No le respondí, podría recriminarle que no hiciera nada raro con ese nuevo atuendo, pero estaba tan sumida en mis pensamientos que no quería hablar con nadie. Tras unos minutos de silencio, lo vi de reojo y me estaba observando con curiosidad. Volví a girar mi vista e hice como si nada.

- Ya llegaremos -Dije.

Y así fue, un par de minutos más y llegamos a la casa del pozo, nada más entramos el cambió su atuendo al payaso de siempre sin que me diera cuenta. Ambos nos quedamos en silencio, estaba luchando conmigo misma para no pensar nada extraño, por un lado, solo quería irme corriendo del lugar a una zona en donde el no pudiera leer mi mente.

- Lo hiciste bien -Lo animé. -Pero volviste a atacar a un humano, rompiste el acuerdo.

- ¿El acuerdo? -Se molestó. -Dije que lo intentaría y eso hice. -Cómo odiaba su actitud terca.

- Vas a tener que acostumbrarte. Hay cosas que estás aplazando y necesitan una solución.

- También lo hiciste bien, Lei -Tomó un tono de voz más sarcástico. -Parecías cómoda con esa situación... -Sabia por dónde iba, así que comencé a mirarlo con rabia, casi amenazándolo de que no se atreviera a seguir hablando. - ¿No quieres un beso? Así podría ser más real aun-Rio.

Y se atrevió a molestarme, me enfurecí tanto que no sabía si me había sonrojado de la vergüenza que sentía o la rabia. Solo lo miré con el ceño fruncido mientras el disfrutaba de la incomodidad que me había producido, me había ganado y eso me molestaba de sobremanera.

-Creo que se te olvida que puedo matarte y los demás también -Le dije tratando de retomar el control. -Vamos a hacerlo de nuevo, te llevaré a un lugar en donde haya más personas y tendrás que aguantarte ahí en medio de todos, mañana vendré por ti y tendrás que hacerlo. -Lo reté. -Solo así conseguiremos un avance. Sabes que lo que digo es cierto porque ya lo viviste una vez y volverás a vivirlo.

Me miró con una sonrisa desfigurada, siempre que lo ponía contra la pared hacia ese tipo de expresiones. -No te atrevas a manipularme Pennywise -Dije con rabia. -Perderás todo si lo haces.

Él sonrió y me fui del lugar sin decir nada más.

Habían muchas cosas que estaban tomando sentido dentro de mí.

Tal vez iría al parque, quería estar lejos de todo, incluso pensé en salir de Derry por el día, tenía miedo de cruzarme con el payaso o con Mike, necesitaba estar sola.

Quería más que nunca estar lejos de Pennywise y que no viera mi mente, me senté en una banca de un parque que estaba vacío, el día estaba nublado y podría llover en cualquier momento, de un momento a otro el día se había vuelto triste.

Miré al rededor y no había nadie, solo yo y todas mis dudas que se estaban resolviendo.

Y es que en algún momento estuve viendo demasiado tiempo sus ojos o tratando de sentir un poco de calor en su pecho, buscaba rastros de humanidad en donde no había nada.

NADA.

Y sí, cuando me ofreció de forma sarcástica y burlesca aquel beso, si lo quería y sí lo había imaginado.

Y por más que me negara a todos esos pensamientos ya no podía volver atrás y hacer como si no lo hubiera sentido nunca, porque ese tipo de afecto que sentía por él no se iba.

Sentí un nudo en mi garganta que se hacía imposible de soportar, y era todo esto lo que no quería que pudiera leer de mí, si lo llegara a saber estaría muerta, podría manipularme a su gusto, sería el fin de todo lo que había logrado. Comencé a llorar, nunca me había planteado las preguntas que estaba teniendo. ¿Desde cuándo se sentía tan cálido estar con algo tan... malo?

Limpié mis lágrimas a medida que brotaban, no podía controlarme, solo salían al pensar una y otra vez en una verdad inevitable, tenía que aceptar de una vez que me había enamorado de Pennywise en algún momento de mi vida y no lo sabía hasta ahora.

Ya no podía reprimirlo más, ya no podía seguir mintiéndome.

Respiré hondo y aguanté.

Si me dejaba consumir por ese sentimiento estaría perdida.

Verdad o Reto (Pennywise y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora