Omnipresente

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Ya era de mañana, desperté y miré a mi lado, ahí estaba Daniel dormido aún.

Suspiré con pesadez, había estado toda la noche pensando en qué hacer con Penny y como cambiar su alimentación. La única idea más tentadora que se me ocurría era que pudiera adaptarse a una vida más humana y mezclarse con las personas.

Pero era algo que el jamás aceptaría y yo lo sabía.

Me di una ducha fría sin dejar de pensar en él, su definición de afecto también me había dejado confundida, era algo en lo que evitaba pensar cada vez que se venía a mi mente.

Me vestí y al salir del baño me encontré a Daniel.

- Buenos días, Daniel -Le sonreí y me encaminé hasta el closet, Daniel se acercó a mí y sus manos tibias me tomaron por la cintura.

- Buenos días, Lei -Sentí un ligero cosquilleo por mi espalda, eran sus labios que hacían contacto con mi piel y me besaban con lentitud. - ¿Cómo vas con tu investigación? ¿Cuándo podré verla?

- Aún no es tiempo, tengo muy pocos datos aún cómo para desarrollar un artículo completo. -Me alejé un poco de su alcance. -Como sea, debo ir a comprar algunas cosas...

Daniel retomó el contacto y me aprisionó con sus manos nuevamente.

- Deja eso de lado un momento, ¿sabes de qué tengo ganas?

Me asqueé, sabía por dónde iban sus intenciones. -¿De qué?

- Quiero cogerte, eso es lo que quiero ahora y no me lo estás permitiendo, Lei.

- Dijiste que no era necesario -Le respondí en voz baja, sentía miedo cada vez que me retenía de esa manera.

El pareció darse cuenta de mi negativa y dejó de insistir, me soltó y dio una risa. -Bien, no importa, ya tendremos tiempo para eso, te acompañaré, también tengo algunas cosas que comprar antes de irme.

- ¿De irte? -Le pregunté extrañada, no me había mencionado nada de irse a alguna parte.

- Tengo una reunión en unos días, debo estar presente para que puedan aprobar mis futuros proyectos, no te garantizo nada para el beneficio de tus cosas, aún no me presentas tu nuevo material así que...

- ¡No juegues sucio, Daniel! -Le hablé con rabia. -Sabes que llevo tiempo trabajando en esto, no puedes salir con algo así ahora

- Parece que mi linda prometida prefiere perder el tiempo con su amigo el negro ese en vez de continuar con su trabajo -Sonrió de forma sarcástica y eso me hizo explotar.

- ¡No te atrevas a hablar de Mike de esa forma! Él me está ayudando, es mil veces más útil que tú y toda esa mierda que te encanta presumir, es lo único que voy a decirte acerca de la investigación.

El me observó seriamente, pude sentir la rabia en sus ojos hasta que estalló en risa. -Lei, cariño, estoy bromeando -Llevó una de sus manos a mi hombro y me acarició. -Se que me lo dirás, seré paciente.

Daniel era un cínico, sabía que no estaba bromeando como él decía, preferí seguirle la corriente para que dejara de preguntarme acerca de la investigación, porque tenía algo que no le daría jamás a él ni a nadie, todos los datos de Pennywise los estudiaba en secreto y no los revelaría.

Ambos fuimos de compras al centro del pueblo, en un momento decidimos separarnos para ir a tiendas distintas, luego de ese enfrentamiento con Daniel me había desanimado un poco. Estuve deambulando con unas bolsas en mi mano izquierda hasta que pasé cerca de un callejón y una voz conocida llamo mi atención.

- ¿Quieres un globo, Lei?

Miré en dirección al ente y me acerqué a él adentrándome al callejón. -Penny... Puedes elegir quienes pueden verte, ¿verdad?

El asintió con la cabeza. Tomé el globo color rojo que me ofrecía con la punta de mis dedos, estaba algo sentimental por la discusión del día anterior aún, pero ver a Penny en comparación a Daniel me hacía sentir un poco mejor. -Puedo estar en donde yo quiera -Me dijo con su típica sonrisa. -Soy omnipresente.

Pero estaba tan desanimada que no sabía que decirle. -Debe ser genial. -Le respondí sin ganas y él se extrañó. -Iré a verte en unas horas, debemos hablar de muchas cosas...

El ente no me respondió, ambos nos quedamos en silencio observándonos, estuve mirando fijamente sus ojos que permanecían de un bonito color azul, sonreí sin motivo alguno y al darme cuenta de esto me incomodé. Me alejé y bajé mi vista de inmediato, me sentía confundida por alguna razón que no sabía así que preferí retroceder e irme por dónde había llegado.

- Ya me... Ya me voy, hablaremos después. -Le dije con torpeza y me fui.

Salí del callejón solo para encontrarme a Daniel cerca del lugar.

- Lei -Me miró extrañado. - ¿Compraste todo?

- Si... eso creo. -Le hablé desconcertada.

- ¿Quién te dio ese globo?

Lo miré sin entender lo que sucedía hasta que volví a la realidad. -Un payaso.

Y se lo di para adelantarme a él y que de una vez dejara de hacerme preguntas. Después de ese encuentro me había sentido un poco enferma, no en cuanto a malestares físicos, pero sí noté que algo no andaba bien. 

Y tenía razón, muchas cosas no estaban bien. 

Verdad o Reto (Pennywise y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora