Verdad o Reto (Pennywise y tu)

Días felices 1/2

Así pasaron tres días, le había pedido a Pennywise que se quedará conmigo, de esa manera no desaprovecharíamos ni un minuto.

Eran más de las 10 de la mañana. Abrí mis ojos lentamente, miré a mi lado y lo vi, ahí estaba él, parecía dormido porque tenía los ojos cerrados, o muerto porque no sentía su respiración, cosa que no se escuchaba con facilidad. Me apegué a su pecho para escucharlo, sentía esa leve vibración dentro de su pecho junto a la calidez que emanaba de su interior. Una mano se posó sobre mi cabeza, había despertado.

- Buenos días -Le susurré con mi voz ronca producto de que había despertado hace solo unos minutos.

El solo me observó con su rostro inexpresivo, se acercó a mí tomándome por la cintura y escondió su rostro en mi cuello, escuché cerca de mi oído como me olía y se notaba cierta vibración en su respiración.

Lo rodeé con mis brazos y cerré mis ojos mientras todo acontecía, se sentía tan cálido estar de esa manera tan cercana y personal, pero dentro de mi sabía y aún era consciente de lo mal que estaba, había perdido la razón y no quería hacer nada contra eso, tenía que evitar ser consumida por todos los sentimientos confusos que tenía por Pennywise y no podía mentirme a mi misma. Estos días parecían ser parte de un sueño, todo era tan perfecto y jamás me había sentido tan bien.

Se alejó de mí cuello y abrí mis ojos, me estaba mirando con sus ojos amarillos y brillantes, pasé mis dedos por su rostro acariciando sus mejillas y luego sus labios, estaban un poco húmedos gracias a su saliva incontrolable, lo tomé del rostro y no lo dudé más, posé mis labios sobre los suyos sintiendo todo de él, desde el sabor dulce de su saliva que había modificado para mí hasta su aliento tibio que no debería tener una entidad como él.

Me adentré más y más hasta convertirse en un encuentro apasionado, no me di cuenta cuando ya estaba encima de él, aferrándome a su cuerpo como si fuera lo único que necesitara.

El me siguió y estuvimos besándonos de esa manera tan pasional por varios minutos, cuando me alejé y nos quedamos viendo a los ojos de nuevo, le hablé.

- ¿De verdad no puedes sentir nada? -Le susurré aferrándome a la esperanza de que sí podía sentir, aunque sea lo más mínimo.

- No, no soy humano y nunca lo seré. -Me respondió bajándome de las nubes. Sentí algo en mi pecho que dolía, me negaba a aceptar la realidad por cada tontería que sentía por él.

- Ya lo sé, solo pensaba que... tal vez podías.

- Soy eterno, no tengo esos límites, esas cosas para los humanos cambian, como los miedos, por eso cambio, el hambre que siento no cambia, mis necesidades no cambian.

- ¿Ya pensaste que pasará con tu hibernación? ¿Cuándo quieres volver hibernar?

- Nunca. -Y se produjo un silencio, me sorprendió su respuesta pues no esperaba que estuviera tan decidido sobre eso. Me abrazó y volvió a refugiarse en mi pecho. -No volveré a hibernar, no quiero.

Parecía tan real cuando lucía de esa manera diciendo esas palabras, aun teniendo ese aspecto de payaso tétrico me resultaba un poco "dulce".

- Estúpido Pennywise. -Susurré mientras llevaba mi mano hacia su cabello para acariciarlo con suavidad.