Capitulo 1: Premonición

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Todo esta oscuro, ni un sonido se puede escuchar,  lo cual es demasiado desesperante. No sé donde estoy, y la angustia se empieza a apoderar de mi. La escena frente a mi comienza a aclararse lentamente, surgiendo de una bruma, unos ojos brillantes  de color rojo me miraban fijamente. El ser a quien le pertenecían tiene  una sonrisa malvada y victoriosa, burlándose de mi. Ahogo un jadeo de desesperación. Todo se mueve a cámara lenta.

Puedo observar como la  niebla gira en remolinos, los cuales surgen de aquel corpulento hombre.  Una carcajada  retumba en aquel espacio, sonando como a cristales rotos y gemidos de personas moribundas, la cual continua dentro de mi cabeza, aun después de haber terminado, haciéndome temblar. Alrededor de donde él se encuentra,  hay miles de cuerpos,  gravemente heridos o muertos.

Al fin presto atención a todo el escenario.  Nos encontramos en un bosque. La luz pasa con dificultan entre los muchos árboles, que siguen consumiéndose por el fuego, el cual les va quitando lentamente la vida, haciendo que todo luzca mucho más tenebroso. Un escalofrío me recorre la espalda al comprender que  él es el  causante del incendio, de aquellas muertes.

Se respira sufrimiento, desesperación y agonía. De los cuerpos salen gemidos y jadeos, formando una palabra -un nombre- uno que solo aquel ser termina de pronunciar: Kiara.

Me quedo paralizada mientras él camina lentamente hacia mi, con una determinación que promete el fin -mi fin- y no hay nada que pueda hacer...

De pronto, ya no hay más ruido, el silencio lo invade todo otra vez, solo a  lo lejos se alcanza a escuchar un grito, uno que me pertenece.

Por un momento creo estar muerta, que aquel ser de cabello blanco ha terminado con mi vida, pero no es así.

Siento como las sábanas me aprisionan en un nudo que yo misma hice de tanto moverme en mi cama. El sudor me perla la cara y la espalda. No comprendo nada. Entonces lo descubro: solo ha sido otra pesadilla.
Enfoco mi vista para encontrar mi teléfono, el cual esta sobre mi buró.

El reloj marca las 3:30 de la mañana, todavía me queda tiempo para dormir antes de prepararme para ir a la escuela, sin embargo no consigo cerrar mis ojos y descansar. Las imágenes del sueño se arremolinan en mi cabeza, cada vez con más insistencia.

Así me paso las dos horas que siguen,  tratando de entender el sueño, y  descubrir por qué me asusta; sé que algo se me escapa, un detalle que lucha por surgir dentro de mi mente, y una vez que estoy a punto de descubrirlo, se me escapa, como el agua entre los dedos. No sé que significa. Al principio pensé que las pesadillas eran algo normal, algo causado por el agotamiento, el estrés, por una película o así, pero no, después de soñar lo mismo mas de quince veces en un mes, descubres que no es normal, es extraño. Después de un rato ya no puedo más, estoy agotada y me empiezo a quedar dormida. ¡Si!  En eso alguien toca la puerta fuertemente.

—¡Levántate! No querrás llegar tarde a la escuela una vez más.

Con mucho trabajo consigo salir de la cama. Me siento exhausta, como si la pesadilla me hubiera drenado toda la energía. A tientas meto mis pies en las pantuflas, pero no calculo bien y toco con mi pie descalzo el suelo, el cual esta helado, por lo que supongo que hará mucho frío el día de hoy. Me dirijo al cuarto de baño y preparo mis cosas para tomar una ducha, que medio consigue despertarme. Me pongo lo más rápido que puedo los jeans y un jersey de color azul agua.  Cuando miro al espejo me doy cuenta de que tengo ojeras, no he descansado bien y eso me preocupa, pues no quiero dormirme en clase una vez más. Me coloco los lentes de contacto, para poder ver bien lo que hago. Con el maquillaje trato de cubrir las ojeras, pero aún así se siguen viendo y no sé que más hacer para ocultarlas. Como si unas ojeras pudieran hacer que las personas centren su atención en mis extraños ojos, que hoy están entre un azul verde con algunas vetas grises, en vez de en mi cabello blanco. Y no, no tengo el cabello de ese color porque sea alguien de edad avanzada, pues apenas voy a cumplir los 17, tampoco me teñí el pelo, simplemente así nací.

Archai: El OrigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora