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-¡No quiero ir!- gritó el peli negro.

-¿Pero por qué no?- Taehyung perseguía a su pareja por toda la habitación- ¡mi madre ha insistido y sabes que tenemos que ir!

-¡Pues porque estoy seguro de que nos oyó aquel día en el baño!- Yoongi se paró en seco y miró a Taehyung con una mirada amenazante- cuando estábamos tomando el desayuno no paraba de guiñarme el ojo.

-Bueno tienes que admitir que aquel día en la ducha fue bastante intenso...

-¡Tae!

-¡Perdona pero tú accediste aquella vez!

-Fue una mala idea- le contestó Yoongi mientras se frotaba las sienes, cansado.

Tae se sentó en la cama de Yoongi y le hizo una señal al chico para que se uniera a él. El cambia formas se sentó a su lado y apoyó la cabeza en el hombro del moreno.

-Solo está emocionada amor, eres la primera pareja que tengo y ella está muy feliz por nosotros... Además quiere que vayamos a probar unas galletas nuevas, ¿no te gustaban sus galletas?

Yoongi asintió con tristeza. Las galletas eran su perdición.

-De acuerdo, pero debes estar mínimo a seis metros de mi.

-¡Seis metros son demasiado!- se quejó Taehyung.

Yoongi le pegó en la cabeza y colocándose bien el abrigo, salieron. 

No paraba de nevar, la nariz del peli negro estaba roja como una fresa y a Taehyung le parecía la cosa más adorable del mundo. Entrelazó sus dedos cubiertos por los guantes con los de su novio y caminaron felices hasta la casa del moreno. 

Una vez en ella estaban en la cocina ayudando a la señora Kim con las galletas. Ambos estaban en silencio, con las manos dentro de la masa, cuando Tae preguntó aquello que hace tiempo quería preguntarle a Yoongi:

-¿Echas de menos a tu familia?- preguntó de repente.

Yoongi le miró con los ojos muy abiertos y un poco de harina en la mejilla. 

-En ocasiones- luego se lo pensó mejor y volvió la mirada a la masa- todos los jodidos días.

Taehyung asintió.

-¿Puedo preguntarte por qué no vuelves con ellos?

En ese momento el peli negro dejó la masa y le miró seriamente.

-Lo he pensado, pero no creo que me vuelvan a aceptar, Tae. Verás, yo decidí abandonar la manada para venirme a la ciudad y comenzar una nueva vida. En la manada no era feliz, en ese momento solo querían que yo encontrara un omega. Yo... no tuve el valor suficiente para decirles que era un Delta. Un asqueroso Delta, esos son la reencarnación del demonio.

Tae dio un golpe a la mesa y cogió la cara de Yoongi con sus manos llenas de harina.

-No eres asqueroso mi amor- los ojos de Yoongi comenzaron a llenarse de lágrimas- eres precioso y nunca me cansaré de decírtelo. Yoongi, eres valiente por tomar todas esas decisiones, pero también eres un cobarde, echas de menos a tu familia pero no intentas explicarles qué pasó. 

Yoongi escondió su cabeza en el cuello de Taehyung para calmarse con su aroma.

-Mi cuerpo está cambiando, lo noto cada día y duele. Me está quemando por dentro Tae...- las lágrimas de Yoongi mojaban la ropa de Tae, que solo le rodeaba la cintura escuchando al peli negro. 

-No estás solo- le susurró Tae- no tienes que sufrir ese cambio solo. Cuando te duela, dímelo. Yo siempre estaré ahí para calmarte, mi gatito gruñón. 

AlwaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora