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Jimin vio su sueño interrumpido por un cosquilleo que le molestaba en la nariz. Se rascó pero aún así le picaba.

Abrió los ojos con pereza y vio que lo que provocaba el picor era el rebelde pelo de Jungkook. El lobo tenía una mano en la cintura del cazador mientras Jimin dormía pegado a su pecho como ya era costumbre.

Jimin suspiró y besó con cariño la piel desnuda del moreno. Jungkook se removió al sentir los húmedos labios sobre su pecho y abrió los ojos.

-Perdona, no quería despertarte- susurró con voz suave el cazador.

Jungkook soltó unos cuantos gruñidos mientras se estiraba, pero nunca apartaba las manos del cuerpo del más bajo. Cuando sus estiramientos matutinos acabaron, volvió a su posición inicial, con Jimin entre sus brazos.

-Lobito no puedo dormir, tu pelo me hace cosquillas- dijo Jimin mientras tocaba la nariz de Jungkook.

-Shhhh, intento dormir- el cazador nunca se acostumbraba a la ronca voz de Jungkook cuando éste se despertaba. Era demasiado sensual.

Jimin repasó el rostro de Jungkook con su dedo índice, rozando las cejas, su nariz y pasándolo por encima de sus labios.

-Lobito malo, no me dejaste dormir- le susurró en el oído.

Si Jungkook tuviera las orejas de su forma lobuna, Jimin sabría que estarían agitadas.

-Te estás pasando- le contestó con los ojos cerrados.

-Cachorro malo.

En menos de lo que canta un gallo Jimin estaba revolcándose por el colchón riendo como un loco mientras Jungkook le hacía cosquillas en su torso desnudo.

-¡Para por favor!

-¿Cómo me has llamado sinvergüenza?

Jimin reía mientras veía los ojos de Jungkook desaparecer tras su largo flequillo, que se balanceaba por los movimientos del chico.

-¡Jungkook por favor me hago pipí!

Y ahí el lobo paró, derrumbándose sobre el cuerpo del cazador como un peso muerto. Jimin recorrió la estrecha cintura y la ancha espalda del moreno con sus dedos. Olió el suave pelo de Jungkook y supo que su vida era maravillosa.

El moreno fingió roncar, haciendo que Jimin volviera a reir. Jungkook haría lo que fuera por escuchar su aguda risa.

El cambia formas se incorporó para ver el rostro de Jimin. Su frente despejada, sus mejillas ligeramente sonrosadas y sus pequeños ojos brillantes. Sus mullidos labios le invitaban a abrirse paso entre ellos, y eso es lo que iba a hacer.

Pasó su mano por el pelo claro del más bajo. Con la otra mano, alzó el mentón de su pareja para hacer que sus labios se tocaran. Un simple beso que les dejó con ganas de más. Jimin capturó los labios de Jungkook entre los suyos y los repasó con su lengua. Se separaron lo suficiente para que Jungkook sonriera y recuperara el aire.

Sus narices se rozaron en un beso esquimal mientras Jungkook deslizaba sus ásperas manos por la suave piel de Jimin. Al cazador le fue imposible no rozar su pelvis con la del moreno, provocando que Jungkook gruñera.

No hacían falta palabras, Jungkook se lanzó a los labios del chico una vez más, zambulléndose en ellos, notando lo húmeda que era su lengua. Jimin movia las caderas totalmente fuera de sí, sintiendo al cambia formas por todas partes, en su pelo, en su boca, en su cuerpo.

Se volvieron a separar por culpa del aire que se veían obligados a tomar. Los labios de Jimin más rojos y mojados que de costumbre, fueron la mejor vista que podía tener Jungkook esa mañana.

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