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Habían pasado dos semanas desde el ataque de los cazadores. La manada estaba en un profundo luto por aquellos que habían caído. No había ni rastro de sangre y cadáveres, pero los cambia formas no podrían recuperarse con rapidez de esa batalla.

Yoongi volvía de casa de los Kim. Iba todas las mañanas a comprobar cómo estaban Namjoon y SeokJin, los lobos más valientes de la manada. A pesar de las balas, con los conocimientos del omega y de otros médicos de la manada, la mayoría de los lobos heridos estaban en proceso de recuperarse. Aún así el número de bajas era aterrador. Por eso se consolaba mirando la sonrisa de Baek, el cachorro que había nacido segundos antes de que se desatara la batalla entre cazadores y cambia formas. 

Abrió la puerta de su casa y vio a su madre haciendo la cena junto con su hermana pequeña. La omega le dirigió una mirada y volvió a cortar verduras. Yoongi notó algo raro.

-¿Ocurre algo?

Su madre le miró con cierta, ¿tristeza? en los ojos. Miró a Iseul y le empujó con delicadeza hacia su él.

-Dile lo que me has contado a mi- le susurró.

Yoongi se agachó para quedar a la altura de su hermana.

-Yoongi, creo que deberías hablar con Taehyung oppa- le susurró con voz calmada- no quería preocuparte pero he percibido algunas malas emociones al estar con él.

Su hermana será una gran jefa de la manada.

-Muchas gracias por decírmelo, Iseul- el peli negro revolvió los cabellos de la niña y miró a su madre con una sonrisa. Ambas habían pasado mucho miedo durante el ataque y necesitaban algo de calma.

Yoongi no pudo evitar preguntarse por qué no había recibido ninguna sensación negativa con el vínculo que le unía al humano. 

Subió a su habitación y encontró al moreno mirando por la ventana. Cerró con cuidado la puerta y se sentó en la cama.

-Hay algo que no me estás contando- le dijo.

Taehyung no le miraba.

-Qué bien controlas tus emociones, que ni las siento a través del lazo- Yoongi no pudo evitar enfadarse un poco, Tae le había estado ocultando algo.

-Yoongi no quiero que te enfades- le dijo el moreno sentándose a su lado. Taehyung cogió la mano del peli negro entre la suya.

-¿Cómo no voy a hacerlo si me ocultas cosas y me tengo que enterar por mi hermana?

-Yoongi tenemos que separarnos.

El cambia formas dejó de estar enfadado el instante. Su corazón se paró al escuchar lo que dijo el humano. 

-Qué dices...

-Yoongs, tú deberías estar aquí. Debes quedarte con tu familia y la manada, necesitan tu apoyo. Pero yo debo volver con la mía. Hace demasiado tiempo que no veo a mi madre y se me están acabando las excusas, además quiero ver a Suni. Pero tú debes quedarte aquí, puedes ser Delta sin tenerme a mi, eres fuerte y sé que lo conseguirás. No quiero que dejes a tu familia...

Yoongi no pudo evitarlo y comenzó a llorar. 

-¿Y yo qué? Te necesito a ti...

-No Yoongi no, no saldría bien.

-¡¿Por qué no!?- le gritó.

-¡¡Porque no soy un alfa!!- el cambia formas nunca había visto tan alterado a Taehyung- ¡Nunca podré darte lo que quieres! No podré marcarte, seguramente no podremos tener hijos y yo no puedo ver cómo no te puedo dar las cosas que te mereces...

AlwaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora