Capítulo 2

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Supe que algo iba mal desde el momento en que mi mente decidió cruzar ese delicado hilo que separaba nuestros mundos, hilo que él siempre se empeñó por dejar muy bien delimitado, pero que poco o nada me interesó que realmente existiera.

-Error 2: ser mala para la filosofía-

- ¿estás reprobando filosofía? -chilló mi mamá alterada al ver el comunicado y yo bajé la cabeza al escuchar su regaño

- en mi defensa -empecé a hablar

- nada -intervino mamá- tu única obligación es estudiar y aunque no te guste la filosofía tienes que dar lo mejor de ti ¿acaso no es tu sueño entrar a esa universidad tan prestigiosa? -dijo mamá enfadada- Eliza tienes meses para graduarte y no puedes tener calificaciones tan bajas -suspiró frustrada- mira como tu hermana ha dado todo de sí y ahora está en la mejor escuela de psicología ¿acaso quieres quedarte atrás y no ser exitosa?

- cariño no seas tan dura -dijo papá- ella no tiene la culpa de haber terminado en una materia que no le tocaba y..

- No hables -gritó- esto es tu culpa, por consentirla tanto ¿ahora que piensas hacer Elizabeth? -llamó mamá

- tomar... tutorías -balbuceé con temor

- ¿y de dónde demonios crees que sacaremos un profesor de filosofía que venda sus tardes por tu vagancia? -chilló y me miró molesta- sabes, no es mala idea, búscate un tutor y que venga aquí porque yo tengo trabajo que tomar dos turnos en el hospital para que una señorita vaga malgaste mi dinero

- bien -suspiré aliviada mientras la vi entrar a la cocina

- Elizabeth -llamó papá y lo miré con temor- concéntrate por favor, tu mamá y yo estamos haciendo un gran esfuerzo por darte la educación que mereces y sabes que la universidad es cara, aún más los materiales de tu carrera -suspiró- busca un tutor que no cobre mucho

- bien -dije apenada y mi papá se fue a su estudio

Sabía que a ellos les desagradaba el hecho de que mis notas no fueran excelentes, porque ellos habían sido los mejores del salón, pero vamos, los tiempos cambian y yo era una estudiante promedio.

Una estudiante como que como todos, odiaba los números y filosofar, pero prefería memorizar fechas o huesos del cuerpo humano, aunque un error me había dejado en esa aburrida clase de filosofía en la que muchos compañeros entendían todo y otros, como yo, no entendían nada de lo que el profesor Kim explicaba.

[...]

- señorita Evans -saludó el profesor Kim en cuanto me vió cerrar mi casillero- ¿ya tiene el comunicado firmado? -asentí con la cabeza y abrí nuevamente mi casillero- ¿Qué le han dicho sus padres?

- además de matarme viva, nada del otro mundo -le entregué el comunicado y cerré nuevamente mi casillero

- bueno, me alegra que estén al tanto de lo que sucede -gruñí internamente y fingí frotar mi ojo- bien ¿Cuándo necesita que le de sus tutorías? -lo miré sorprendida

- ¿p-perdón? -pregunté anonadada

El sonrió y negó con la cabeza- ayer me pidió las clases de tutoría, pero debe decirme que tiempo tiene disponible y es necesario que también coincida con mi tiempo libre

- pues... tengo que hablar con mis padres

- en ese caso no se preocupe, yo hablaré con ellos -dijo animado y mentalmente empezaba a desear saber acerca de magia negra para que se enfermase y no fuera a mi casa nunca, porque el comunicado firmado no significaba que ya me agradaba la filosofía y mucho menos significaba que me agradaba el profesor Kim- bueno, que tenga un buen día señorita Evans 

No es para Eliza® || KNJ | KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora