Finalmente, había tomado la decisión de ir con ayuda profesional porque llegó el momento en el que sentí que todo se me iba de las manos y mis peleas con mi entorno social empezaban a causarme una incómoda sensación de que realmente el problema estaba solo en mí (lo cual no eraa del todo falso, en realidad tenía un problema).
Lo había conversado seriamente con mamá, ella lo meditó durante bastante e investigó algunos lugares, me ayudó muchísimo y nunca dejó de apoyarme para que saliera adelante.
Cuando estuve en la sala de espera para que me atendieran pensé que había exagerado demasiado con mi decisión de asistir a un psicólogo, por lo que empecé a pensar que toda la sesión sería un gasto de dinero innecesario y una pérdida de tiempo en el que podía procrastinar en mi celular en la comodidad de mi hogar, pero claro está que ese pensamiento quedó atrás en cuanto entré al consultorio y la psicóloga me saludó con una amabilidad envidiable.
- hola –saludé regañándome mentalmente por haber entrado en lugar de resignarme
- ¿es tu primera vez? –preguntó y yo asentí provocando otra sonrisa en ella- bueno, no quiero que pienses en esto como una consulta médica –dijo y se acomodó en su silla- piénsalo como una charla normal, con una amiga ¿ok? –asentí nuevamente- bien ¿cómo te llamas?
- Elizabeth –dije y ella lo anotó en su computador
- lindo nombre, yo soy Peggy –dijo y me miró- bueno, cuéntame sobre ti ¿a qué se debe tu agradable visita? –preguntó y por unos segundos dudé
Con mis nervios ahogándome y un nudo invisible atando mi cuello empecé a hablar, mi mirada no podía despegarse de mis dedos al narrar cada cosa había pasado y me sentí nuevamente con esa efímera libertad que sabía pronto regresaría a ser un modo de atormentar mi cerebro.
Mencioné cada hecho evitando omitir algún detalle, hablé hasta que no pude más y simplemente me dediqué a llorar sintiéndome patética, nuevamente quería escapar de mis problemas, pero sabía a la perfección que no tenía otra opción más que hablar y por fin, solucionar mis problemas de raíz.
- entiendo que esta persona es muy importante para ti –me dijo extendiendo un trozo de papel higiénico- pero es bueno saber que tu haz tomado la iniciativa de cambiar y que tu madre no te haya obligado –asentí limpiando mi rostro- eso significa que eres muy valiente y realmente quieres mejorar por ti -sonrió con dulzura mientras yo masajeé mi sien en un intento fallido de relajarme- entiendo que es duro sufrir una decepción amorosa, pero el amor siempre viene con obstáculos y uno no siempre será correspondido –habló comprensiva y yo la miré- aunque también veo que generaste un tipo de dependencia emocional hacia él, además de el gigante pedestal en el que lo has puesto –empezó a explicar- por eso, te voy a pedir algo muy pequeño, pero que sé que es la mejor medicina para ti –dijo con una sonrisa- escribe un diario, anotar tus emociones y pensamientos del momento realmente te ayudará a despejar tu mente y mantenerte en una increíble calma interior, también podrías aprender a meditar
Un diario, no me parecía la mejor solución, pero mi hora de cita había terminado y ella me había dado miles de explicaciones de la terapia del cuaderno que era la mejor solución para mí, se lo comenté a mamá que con alegría me llevó a comprar una agenda para empezar la supuesta "terapia".
Una vez llegamos a casa, me senté en mi escritorio frente a ese cuaderno con un panda en la portada, con mi cerebro completamente en blanco.
Pasé horas y horas frustrando mi cerebro porque no tenía idea de que narrar o por donde comenzar hasta que a mí llegó el borroso recuerdo de la boda de Nam Joon, seguramente mi mente me llevó a ese momento porque fue donde perdí gran parte de mi "alma", aquel perfecto momento en el que perdí parte de mi cabeza y no hice más que meter mis dedos en aquella herida tan profunda.
Pasé encerrada en mi habitación toda esa tarde hasta que finalmente mis manos se cansaron de escribir y por simple curiosidad decidí revisar lo que había escrito, parecía que había quitado cada capa que me cubría, me sentí vulnerable y expuesta ante mí, fue quizá la primera vez que leí a consciencia algo que había escrito y eso no hacía más que provocarme una extraña sensación de desnudez.
Era como si desnudara mi alma para abrazar mis errores y aprender de ellos en lugar de sentirme miserable y victimizarme cada que podía.
Cada palabra narrando mis emociones, cada letra danzando al compás de mis recuerdos, se sentía como un momento mágico sacado de una película.
Al final, pude ver el momento en el que me perdí mi y apenas llevaba hojas, pero mis recuerdos llegaban para recorrer junto a mí cada momento, cada maldito error y mi poco interés en buscar mejorar para mí en lugar de buscar aceptación, la reflexión había servido, aunque después de leer mi diario solo deseé continuar sumergiéndome en el mar de experiencias y emociones que necesitaba narrar.
Quería plasmar todo dentro de las hojas de aquel cuaderno.
Sé que no descansé muy bien aquel fin de semana, pues distribuía mi tiempo entre tareas y aquel diario, que seguía llenando con recuerdos e imágenes que parecían dolorosas y llenas de nostalgia durante aquellos momentos
Sentí que nuevamente tenía control sobre mí, pero control verdadero y no algo efímero como de costumbre, aunque eso seguía sin ser una garantía de que finalmente podía estar junto a Nam Joon sin deprimirme o seguirme victimizando o seguirlo culpando de todo lo que había pasado y mucho peor después de pasármela tirando leña en el fuego que habitaba en mí.
De todos modos, yo debía extinguir ese fuego si quería pasar de capítulo, debía salvarme a mí antes de seguir llorando por alguien y debía dejar de sentirme tan miserable por su felicidad, siempre repetí las mismas palabras para mí cuando me regañaba al sentirme patética por llorar pero, el mundo entero me gritaba que era momento de parar.
En serio debía empezar a darme valor y tenerme aprecio para dejar de lastimarme por cosas que realmente no valían tanto como yo quería creer.
Para la mañana del lunes, sentí mi cuerpo tan ligero como una pluma y a pesar de no haber descansado para nada, sentía mi rostro más radiante de lo común, me sentí dichosa de las cosas que pasaban y estaba segura de que quería alejarme de Nam Joon e Isabelle por algún tiempo por bienestar común pero principalmente propio, porque esa mañana sentí que era libre, creí que podía volar y mi humor durante el resto del día fue igual de bueno a pesar de que sentía demasiada pena y vergüenza cuando Tae pasaba cerca de mí.
Él se había portado bien conmigo y yo había sido tan egoísta usándolo como mi lugar seguro, él también debía tener muchos problemas en su vida y yo me la había pasado pensando solo en mí, algún momento se lo compensaría pero quería asegurarme de que me había ayudado a mí antes de extenderle mi mano a alguien más.
Sabía que faltaban muchísimas cosas que resolver, pero tenía que dar pasos pequeños hasta que me sintiera realmente lista para reparar el daño que causé y eso no iba a ser algo sencillo, mucho menos algo cercano porque solo el tiempo diría que sucedería conmigo y el mismo decidiría que hacer con mi futuro que nuevamente parecía sonreírme.
La vida volvía a tomar sus colores naturales.
Volé cerca del sol, sentí su calor bañarme al igual que el ardor de mi piel quemarse y como todo ser no lo toleré más y mi caída fue estrepitosa, maldije a quien amé hasta que el mundo me demostró que el único problema y la única villana de mi historia había sido yo, al no notar mis altas expectativas en un mundo que no podía hacer que las cosas pasaran como yo quería.
Momento de redención.
Momento de perdón.
Tenía que culparme y pedirme disculpas por las estupideces que me obligué a vivir, por el poco amor que me tuve y por la forma en que me humillé.
Tenía que culparme y disculparme a quienes hundí en el infierno en que vivía.
A fin de cuentas, si estaba aprendiendo de mi error y estaba más segura de que no caería dos veces en el mismo pozo sin fondo.
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No es para Eliza® || KNJ | KTH
FanfictionEl amor siempre es algo complicado, aún más cuando quien te gusta es muchos años mayor a ti y parece no querer hacer nada para pasar ese límite que los separa. Y aún peor, cuando ese amor parece ser en realidad una obsesión Advertencias: - hetero...