Capítulo 36

72 10 2
                                    

Ese día decidí llegar a la universidad más temprano de lo usual, me sentía muy nerviosa gracias a que me la había pasado pensando muy bien todo, Tae me gustaba muchísimo (me encantaba) y me emocionaba la idea de ser su novia.

Sentía mariposas en mi vientre de tan solo pensar en su reacción frente a lo que tenía que decirle y por eso decidí llegar temprano y comprar café para ambos, era una costumbre encontrarnos en la cafetería antes de empezar el día y ya sabía que él llegaba antes para conseguir una mesa buena junto a balcón.

Como esperaba, llegó bostezando con su cabello desordenado, levanté mi mano y me miró sorprendido.

Sentí todavía más nervios cuando lo tuve frente a mí, no sabía por dónde empezar y todas las ideas que tenía de la forma para decirle como me sentía simplemente habían escapado dejándome en blanco y sin poder formular una oración.

Ahí estaba Elizabeth Evans sentada frente a Tae Hyung Kim, llena de nervios y apunto de temblar porque no sabía que hacer, gracias a dios que él si sabía que hacer, siempre sabía que hacer.

- Liz –me llamó con una sonrisa y yo le entregué su café con mi mano algo temblorosa

- lo compré para ti –dije fingiendo estar tranquila y él rio bajo porque me conocía a la perfección y seguramente ya había notado mis nervios

- ¿pasa algo? –negué con la cabeza- estás temblando

- ¿yo? Para nada –dije y él rio nuevamente y me regaló una sonrisa cariñosa que terminó por derretir mi corazón

- dame tu mano –dijo y yo le di la mano, la acarició suavemente y tímida tragué mis nervios en un sorbo de café- no quiero sonar insistente, pero ¿lo pensaste?

- lo hice –dije respirando profundo- estoy muy nerviosa por eso ¿sabes? –él asintió con una cálida sonrisa- yo estuve pensando demasiado desde que te fuiste de mi casa, no creo poder explicarte a la perfección como me sentí –suspiré y sentí que mi mano empezó a temblar otra vez (me sentía como un perrito chihuahua emocionado por la llegada de su dueño)

- hagamos esto más fácil –dijo mirándome con ternura- ¿sientes algo por mí? ¿algo como lo que yo siento por ti? –asentí con la cabeza al no poder emitir una sola palabra y él me miró anonadado- Liz, hablo en serio –apretó mi mano

Respiré hondo y acaricié el dorso de su mano con mi pulgar- me gustas mucho Tae –dije finalmente y él me miró con su típica sonrisa cuadrada- me gustas demasiado

Él sonrió y se levantó de su silla emocionado, para sentarse junto a mí.

Sentía mi corazón latir desembocado y parecía, en mi mente, que todo era simplemente un sueño, él me abrazó y yo correspondí, quería estar muy cerca de él tanto como mis brazos me lo permitieran.

La sensación era inefable, mis sentimientos seguían siendo una montaña rusa que me confundía y lo único que atinaba a hacer era aferrarme al pecho de Tae lo más que podía, hasta que él decidió apartarse para mirarme a los ojos, me sentí como un manojo de nervios y eso aumentó cuando acunó mi mejilla con su mano.

Admiré su rostro a detalle, cada uno de sus lunares, cada centímetro de su piel, sus cejas, sus ojos que tenían un brillo intenso que me demostraban que estaba tan feliz como yo, todo en él era fascinante y ya me era imposible salir del trance en que lo observaba embriagada.

Tae Hyung era una obra de arte. 

Bajé mi mirada nerviosa al notar que su mirada se estaba centrando en analizarme del mismo modo en que había hecho con él y rio suavemente, nunca lo había escuchado emitir algo tan melifluo (su risa había sonado como el sonido más dulce existente en el universo) así que sentí mis mejillas empezar a arder- Liz –me llamó ronco consiguiendo derretirme aún más (pensé que si fuera un helado, seguramente sería uno de esos que se derriten rápido con el sol, Tae Hyung era el sol derritiéndome en ese preciso instante), pero no quise mirarlo, estaba hecha un desastre mental y a duras penas lograba pensar bien en cómo me llamaba- mi chica –dijo dulcemente y besó mi mejilla 

No sabía si estaba lista para dar un beso (que iba a ser el primero para mí), no creí estar lista para vivir una de esas escenas de romance en las que los protagonistas se besaban y todo se resolvía, pero si no lo estaba en ese momento ¿cuándo lo estaría? 

Quería demasiado a Tae, sabía que quería que me fuera mi primer beso y tampoco era algo para lo que realmente debía partirme el cerebro, era algo común que yo no había experimentado y me tenía algo nerviosa.

" las primeras veces son las más raras "

De un momento a otro mi mirada se fijó en sus labios

las primeras veces son lo peor "

Parecían lo más llamativo en aquella cafetería, algo tentador y deseable si es así como pensaba describirlo, aunque todo en él se veía así de llamativo.

los primeros besos siempre son por lástima "

Aquella mañana el sol empezaba a salir muy vagamente, la luna parecía observarnos curiosa respecto a lo que iba a suceder, los pájaros cantaban en espera a la escena y la helada brisa de la mañana simplemente me empujó hacia él.

Mi primer beso sabía a café pasado, tenía aroma a vainilla mezclada con el perfume de Tae, sentía mis manos aferrándose curiosas a su brazo y la suya atrayendo mi rostro más a él, sus labios acariciaban con dulzura los míos, sentía mi corazón latir fuertemente por la emoción, pero se alejó de mí, yo acaricié su mano en mi mejilla y lo miré con algo de timidez.

Me regaló una tierna sonrisa y besó mi frente- me encantas demasiado Liz –dijo con una voz dulce logrando desarmarme completamente

Besé su mejilla y él bebió de su café con una sonrisa, platicamos durante un tiempo y luego fuimos a nuestras clases, pero era claro que en mi mente seguía esa extraña idea de que tenía pareja.

Muy a pesar de haber pensado bien mi respuesta durante una semana seguía sin comprender en que momento del tiempo me había enamorado (mis diarios no habían ayudado demasiado porque en serio que fui muy despistada para darme cuenta de lo que sentía), en realidad ni siquiera terminaba de comprender como Tae se había convertido en alguien tan importante para mí, porque cuando me di cuenta él ya estaba compartiendo mesa conmigo en la cafetería, comiendo sus galletosaurios y preguntándome por algo que no comprendía, habíamos pasado tantas cosas juntos que parecía difícil creer que algo así no llegaría a suceder.

- Eliza –me llamó una voz masculina que como pensaba, era la de Nam Joon, lo saludé con una sonrisa y él imitó mi acción

- ¿qué tal? –saludé

- bien –sonrió- estaba camino a mi clase y te vi –dijo y yo sonreí- ¿puedes hacerme un favor? –preguntó y yo asentí- me gustaría invitar a tus padres y a ti a una parrillada el domingo, es que va a ser el cumpleaños de Isabelle y me pareció bueno que los volviera a ver

Asentí animada y él sonrió- ¿tienes alguna invitación o me das tu número para comunicarnos?

Él rio bajo y me entregó una tarjeta- ahí está mi número, yo les envío la dirección por mensaje –me dijo y yo asentí- nos vemos –se despidió y empezó a caminar nuevamente, pero una idea en mi cabeza me obligó a detenerlo

- Nam Joon –lo llamé y abrí mis ojos como plato- quise decir, profesor Kim –me corregí y él rio

- dime

- ¿habrá algún problema si llevo a alguien más? –pregunté y él negó con la cabeza- gracias, nos vemos el fin de semana

- nos vemos Eliza –se despidió

- saluda a Isabelle –le dije y él asintió

No es para Eliza® || KNJ | KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora