Capítulo 33

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Recuerdo a la perfección que ese día parecía que el cielo se caía, la lluvia caía a cántaros y mi única motivación era seguir recostada en la cama aprovechando mis vacaciones.

La casa estaba vacía y mi habitación se sentía congelada a pesar de tener miles de sábanas que cubrieran mi cuerpo, la mañana de ese día solo me pedía descansar, me imploraba volver a dormir, pero por muchos esfuerzos que hice no conseguí nada, entonces la puerta principal sonó y yo la ignoré (porque no planeaba congelarme solo porque algún niño me quisiera molestar).

Tenía demasiado frío como para salir a la sala y muy pocas energías para bajar las escaleras, nuevamente la puerta sonó y esta vez Laika ladró así que vagamente me dirigí a la sala, abrí la puerta y vi a Tae empapado por la lluvia, lo hice entrar y bajé toallas para que se secara.

- dios mío, Tae ¿cómo se te ocurre venir cuando cae lluvia? –lo reñí y él abrió su chaqueta dejando salir a Yeontan- y con Tannie

Él no me miró y simplemente dejó que secara su cabello después de sentarse en una silla de la cocina, algo no estaba bien y lo sabía, porque no había mediado palabra y ni siquiera me había visto a los ojos, me preocupaba, pero no quería hacerlo sentir incómodo.

No sabía que hacer para ayudarlo cuando ni siquiera me decía nada.

- puedes ir al baño del cuarto de huéspedes si necesitas tomar un baño caliente –le dije y él me agradeció, finalmente despeiné su cabello consiguiendo una mini sonrisa como respuesta- ¿pasó algo malo Tae? –pregunté y él negó con la cabeza- sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, estoy para ayudarte –dije y él tomó mi mano

- ¿soy un fracasado? –preguntó apoyando su frente en mi brazo

- no lo eres

- lo soy –dijo y yo lo miré con mi ceño fruncido, lista para decirle que no era ningún fracasado y que en realidad era todo lo opuesto- mamá y papá vinieron durante esta semana, están muy decepcionados de mí

Mis ideas estaban algo disipadas al escuchar eso así que me senté junto a Tae y empecé a acariciar su mano en señal de apoyo- no creo que sea así Tae, son tus padres

Levantó sus hombros restándole importancia a la idea y me miró, su rostro me demostraba que había pasado una mala mañana y que estaba extrañamente harto de su familia o tal vez de la semana junto a su padres- nunca los había visto y cuando finalmente pueden venir, no hacen más que quejarse de mí, odian mi carrera, odia a Tannie, me odian a mí por no haber conseguido una beca como mi hermano, odian que no sea él –suspiró agotado y apoyó su cabeza en mi hombro- soy un fracasado por estudiar una carrera que ellos no quería, soy un fracasado por tener una mascota, soy un fracasado por no ser como mi hermano

Acaricié suavemente el cabello de Tae y sentí como mi hombro empezaba a humedecerse, lo abracé para reconfortarlo y sus brazos se aferraron a mí- entiendo que estés frustrado Tae –hablé comprensiva- los padres buscan lo mejor, pero a veces nos lastiman sin notarlo –él negó con su cabeza- pero tal vez tus padres estén así porque no se han dado el tiempo de compartir más contigo, ellos vivieron con tu hermano pero a ti no te conocen mucho, no saben que eres muy listo y que eres habilidoso para todo lo que haces –elogié mientras él seguía con su cabeza en mi hombro- todavía no aprenden que eres la persona más valiosa que pudo llegar a sus vidas -murmuré

- ¿puedo quedarme un rato? –preguntó y asentí sin pensarlo dos veces- no me siento muy dispuesto a regresar a casa por el momento –murmuró secando sus ojos con los puños de su suéter

Suspiré preocupada- quédate lo que necesites –murmuré y él me regaló una sonrisa cansada

- a veces siento que eres lo único que tengo Liz –dijo y yo negué con la cabeza a lo que él suspiró- bueno, puedes no ser lo único que tengo, pero me haces bien -susurró lo último y yo limpié las lágrimas que aún rondaban por su rostro

- ¿te parece si hacemos chocolate caliente para subir tus ánimos? –pregunté y él asintió todavía algo decaído

Ambos fuimos a la cocina y yo empecé a preparar el chocolate caliente, platicamos durante un tiempo hasta que la bebida estuviera lista y Tae gradualmente olvidó su tristeza al observar a Laika lamer la cara de Yeontan por la alegría de verlo otra vez.

Nos serví el chocolate y seguimos platicando durante un tiempo, realmente quería que él se sintiera mucho más animado así que hice mil cosas para que olvidara todo, a fin de cuentas, estábamos en nuestra burbuja de confort en la que no podíamos sentirnos tristes por demasiado tiempo gracias a que nos teníamos el uno al otro.

La lluvia empezó a disminuir, pero el ambiente seguía helado, podía sentir el olor de la humedad y observaba vagamente por la ventana como el barrio estaba cubierto por una espesa neblina.

Tae y yo estábamos arropados en la sala, viendo televisión y riendo de vez en cuando por alguna broma, parecía un día de invierno que amenazaba con durar semanas.

Apoyé mi cabeza en el hombro de Tae y él rodeo mis hombros con su brazo, estaba muy inmersa en lo cómoda que me sentía que cuando menos lo noté cerré mis ojos quedando dormida.

El frío se había disipado para mí y en su lugar el ambiente era cálido y dulce, tenía aroma a canela y clavo de olor, tenía la reconfortante sensación de que acariciaban mi cabello con cuidado, sentía que todo era un sueño del que despertar no era mi opción principal o al menos no era una que pensara en elegir.

- nunca te cansas de dormir –bromeó Tae y yo lo miré vagamente

- es que nunca dormimos y yo si aprovecho mis vacaciones –dije y él rio, miré la televisión y sonreí- nunca pude ver esa película completa

- peor yo, mi hermano siempre cambiaba de canal cuando aparecía alguna película de Julia Roberts, la detesta a ella y a las películas de romance

Reí bajo y me estiré un poco- La boda de mi mejor amigo –dije acomodándome en el sofá- ¿me invitarías a tu boda?

Lo miré y el fingió pensarlo muchísimo- solo te invitaré si piensas detenerla –dijo en referencia a la película y yo reí- si entras en la iglesia diciendo que te opones y me rescatas, definitivamente te invitaré

Reí a carcajadas y negué con la cabeza- eso no pasa en la película –él sonrió juguetón

- ¿cómo sabes si no las has visto?

- tú tampoco –me quejé y él rio

- bien –dijo rendido- pero sigue siendo la única forma en la que te invitaré a mi boda

- imposible –dije riendo- en las películas detienen la boda de sus amores verdaderos, de sus almas gemelas, además –miré la televisión- tú ni siquiera tienes una novia

- entonces si detendrías mi boda –afirmó mirándome y yo reí incómoda por su pregunta (¿qué tipo de pregunta era esa?)

- ¿qué clase de pregunta es esa?

- no la es, es una afirmación –comentó y yo lo miré a la cara, notando la extraña expresión en su rostro

Sus ojos se veían grandes y parecían brillar de una manera que nunca había visto y eso me provocaba una sensación extraña, algo que no sabía precisamente como explicar pero estaba presente y temía que tardara demasiado en abandonar mi cuerpo.

- Tae, no 

- Liz, necesitamos hablar –dijo tomando mis manos, sentí mi corazón latir como idiota porque veía por donde iban sus palabras y sabía que no tenía una respuesta para eso y quizá nunca la iba a tener

Mis pensamientos empezaban a enredarse y realmente no sabía como abrirle camino a esa sensación tan extraña que se estaba empezando a apoderar de mí.

No es para Eliza® || KNJ | KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora