Capítulo 16

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- Error 12: dejarme en sus manos (Parte 2) -

Cualquier otro día hubiera tenido idea de la fecha, pero esa vez la había perdido completamente, no tenía noción del tiempo que había pasado y no podía decir con seguridad si era un sábado o un domingo. 

Lo único que podía decir es que me sentía terrible y tampoco es como que mi menstruación hubiera mejorado el caso.

Había pasado todo el día oculta tras las sábanas con Nam Joon sentado a mi lado mirando una película mientras acariciaba mi cabello en un vago intento de consolarme, pero lejos de sentirme acompañada y enternecida por su acto, yo ni siquiera sentía que mi ser estaba presente, no comprendía porque mi alma parecía haber abandonado mi cuerpo.

Me sentía como una extraña marioneta

- Eliza -Nam Joon murmuró mi nombre, obligándome a mirarlo- ¿te sientes mejor? -preguntó mirándome a lo que yo negué con mi cabeza y él hizo una pequeña mueca para después acomodarse en mi cama y cubrirse la cabeza con una manta que había encontrado

Mis ojos se centraron en sus acciones y es que ahora incluso su cercanía había perdido la importancia (que en cualquier momento le hubiera dado).

Mi corazón se había apresurado, no podría negarlo, pero no me sentía nerviosa por lo que él haría.

- no es solo tu vientre -dijo jugando con mi cabello con delicadeza y negué con la cabeza- confía en mí

- me siento harta -murmuré

- ¿de qué? -me miró curioso

- no lo sé -dije completamente fatigada- me siento harta de algo que no comprendo, siento cadenas invisibles que me hieren y matan lentamente

Nam se sentó en la cama aun estando cubierto por la manta y yo imité su acción quedando frente a él, podía ver su rostro lleno de preocupación y eso me hacía sentir bastante afligida,  tomó mis manos y las acarició cuidadosamente.

- me siento impotente -hablé nuevamente- supongo que eso es lo que me está torturando de esa forma tan profunda

- no soy bueno para las palabras -mintió mirando mis manos (él más que nadie sabía que hablar era su don)- ni mucho menos con las cosas de la mente, pero sé que tienes miedo por tus papás y sé desde que te conozco siempre me has dicho que tienes una vacío que nunca has podido llenar, lo miro en tus ojos Eliza, sé que tu alma pide ayuda a gritos y créeme cuando te digo que siempre he hecho lo posible para alegrarte, sé que este es un bajón y alguna memoria vino a ti haciéndote este daño

Reí melancólicamente, por sus vagos intentos de animarme y limpié las lágrimas que empezaban a recorrer mi mejilla- ¿Cómo puedes saber todo eso?

Él rio y acarició mi mejilla- porque yo también he pasado por eso, aunque no parezca, soy mayor ¿lo recuerdas?

Lo abracé y negué con la cabeza- gracias

- no hice nada -murmuró y acarició mi cabello- pero si quieres llorar sabes que siempre tendrás mi hombro para apoyarte en él

A mis padres siempre les había fastidiado un poco la idea de verme decaída, por eso siempre me había prohibido a mí misma llorar ya de ahí, la razón de que nunca llorara cuando algún familiar fallecía o mucho menos en una situación como la que vivíamos (aunque la realidad es que el impacto de las noticias eran tan fuertes para me costaba mucho reaccionar en ese momento).

Tal vez por eso las palabras de Nam Joon se habían sentido como una puñalada directa a mi corazón, la señal de que podía sentirme frágil y tener un poco de pena por mí y las estupideces que pensaba.

No es para Eliza® || KNJ | KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora