Trabajar como detective en el Departamento de policía de Detroit era algo difícil, debido a los acontecimientos ocasionados por los divergentes.
Hank Anderson, mejor amigo y figura paterna de Tn, es su compañero de trabajo, con el cual seran asigna...
Ya había despertado, me senté en la cama, agradecía que las cortinas estuviesen cerradas. Pero me dolía la cabeza como el infierno. Mi garganta estaba seca, mis ojos dolian al igual que mi cabeza, me sentía mareada. Estaba en mi habitación, tenía puesto una camiseta de manga corta color amarillo que me llegaba hasta la mitad de los muslos, estaba en ropa interior aún.
¿Como mierda llegue aquí? ¿Que mierda hice ayer?
Me levante con cuidado de la cama, mis piernas temblaban, pero hice caso omiso, camine al baño que estaba en mi habitación, abri la puerta y entre.
Jodida mierda. Mi rostros estaba horrible, mis ojos estaban inchados y rojos, mi piel estaba más pálida que de costumbre, y mi cabello estaba enredado, mechones de cabello castaño claro enredados y revueltos por mi rostro.
Respire hondo, tratando de calmarme.
Lave mi rostro y cepille mis dientes. Debía recordar que había hecho ayer para terminar de esta manera. Solo recordaba haber ido a buscar más de ese líquido dulce, dejar a Connor con Hank y... Nada más, solo recuerdo hasta esa parte.
Decidí que lo mejor sería darme una ducha. Me quité la ropa y abri la llave del agua. Espere a que calentara y luego entre.
Luego de unos minutos, salí de la ducha, envolvi mi cabello en una toalla, hice lo mismo con mi cuerpo con una toalla más grande.
Abri mi armario, busque algo que ponerme, se que llegaría tarde al trabajo, pero no importaba ahora, ya pondría alguna excusa.
Me puse una polera de rayas negras con rojo con cuello de tortuga, un pantalón negro con las rodillas rasgadas, un abrigo negro y unas botas con plataforma del mismo color.
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Abri la puerta de mi habitación y salí de esta. Pero me quedé inmóvil al ver a Hank sentado en una de las sillas del comedor junto a Connor, ambos conversando tranquilamente.
- Oh, Tn ya despertó. - habló con una pequeña sonrisa, Hank volteo a verme y yo ladee la cabeza.
- Si... Amm, ¿que pasó ayer? - camine hacia ellos y me senté con cuidado en la silla cercana a Hank - Me duele demasiado la cabeza, ya se como te debes sentir siempre. - di unas palmadas en el hombro de mi amigo el peli-blanco quien me respondió con un gruñido.
- Ayer tomó demasiado alcohol, por eso el teniente Anderson y yo la trajimos a casa. - se puso de pie y camino hacia el mesón de la cocina.
Tomó un plato con panqueques y lo colocó frente a mi junto a una tasa de café.
- Como era ya muy tarde, insisti al Teniente en quedarse aquí espero no le moleste. - dijo de manera gentil para luego volver a sentarse.
- Yo uh, gracias, espero no haber hecho nada estúpido... - dije apenada, Hank asintió y volvió a tomar su café - Gracias por la comida, Connor.
