Trabajar como detective en el Departamento de policía de Detroit era algo difícil, debido a los acontecimientos ocasionados por los divergentes.
Hank Anderson, mejor amigo y figura paterna de Tn, es su compañero de trabajo, con el cual seran asigna...
Despertaste de a pocos, trataste de estirarte pero te de tuviste al sentir algo, mejor dicho a alguien, abrazandote; abriste los ojos de golpe.
Connor estaba frente a ti, rodeandote con sus brazos y manteniendote muy muy cerca suyo, dstaba en ese modo de reposo del cual antes te había comentado; no recordabas como es que acabaste dormida en el sofá junto con Connor a tu lado.
Con cuidado acercaste tu mano hacia su rostro, su piel se veía tan real, tan suave, tan tersa, tan pálida que tenías unas inmensas ganas de acariarla para comprobar su autenticidad, pero te arrepentiste.
Alejaste tu mano de su rostro con cuidado, te levantaste con cuidado tratando de que Connor no se diera cuenta de que ya estabas despierta.
Una mano se aferró a tu muñeca con fuerza, Connor estaba despierto, mirándote fijamente.
- Buenos días. -habló con cierta rigidez, como en un discuto prefabricado. Soltó tu muñeca y se puso de pie.
-Buenos días. -correspondiste a su saludo con amabilidad, imitaste su acción, poniendote de pie.
Te estiraste, dormir en el sofá era algo incómodo, tronaste los huesos de tu cabeza y espalda bajo la mirada atenta de Connor, quien creía que eso no era bueno para tus huesos y articulaciones.
- ¿Que hora es?
-Son las siete y cincuenta de la mañana. - respondió con tranquilidad, abriste los ojos como platos, ibas a llegar tarde.
-Mierda, mierda, mierda, mierda. -Caminaste rápidamente hacia tu habitación- ¡Connor ve a cambiarte, vamos a llegar tarde! -le avisaste, no esperaste respuesta y entraste en tu habitación cerrando la puerta con fuerza detrás de ti.
Te quitaste la ropa rápidamente y entraste al baño, abriste la llave del agua sin importar la temperatura, preferias enfermarte a tener que escuchar muchos regaños por parte de Fowler.
Te diste una ducha rápida y luego saliste envuelta en una toalla, secaste tu cabello rápidamente y lo peinaste dejándolo suelto; te maquillaste un poco para así evitar verte como un mapache a causa de las pequeñas pero notables ojeras que tenías.
Abriste tu armario y sacaste rápidamente tu ropa interior, tirandola hacia tu cama sin cuidado alguno.
Tomaste un polo a rayas color negro y crema de cuello alto, un jean negro junto a un abrigo del mismo color y unas zapatillas blancas.
También tomaste un bolso pequeño marrón en el cual poner tu billetera, celular y cargador, no querías cargar con todo eso en tu abrigo.
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Cuando saliste de tu habitación Connor te esperaba ya vestido con su característico uniforme de Cyberlife, con una pequeña bolsa en una de sus manos, en la otra tenía un termo.
-Como se nos hará tarde al llegar, decidí prepárate algo para que puedas comer allí y así no saltarte el desayuno. -habló con tranquilidad, sonreíste y te acercaste a el, plantaste un beso en su mejilla y tomaste las llaves de tu auto.
