「3」

5.8K 1K 316
                                    

No era como un brillo artificial, solo como un destello apenas visible en su piel que siguió sucediendo constantemente sobre todo cuando él la tocaba durante un rato. No sabía si era normal pero tampoco iba a preguntar y correr el riesgo de que lo llamaran raro.

El miércoles llegó y Minho despertó nervioso al instante, tenía que ir a estudiar en la mañana pero para su suerte solo tenía unas pocas clases de diseño y pudo volver antes del mediodía, almorzó y se bañó solo porque seguramente olía a cigarrillo y recordaba bien las palabras de Eun Hye. Pensó mucho en qué ponerse, aún si Jisung no lo podía ver sentía que debía esforzarse. Se puso su colonia favorita, peinó su cabello aunque no pudo hacer nada ante el alboroto que ya tenía en la cabeza.

Eran las tres cuando terminó y aún faltaba una hora para conocer a Jisung, se sentó en su cama y encendió el televisor solo para llenar el silencio en el que se sumía. Se llenó de pensamientos rápidamente, quería de manera desesperada gustarle a Jisung, no sabía si le creería que sus tatuajes eran idénticos, incluso si su madre le había contado pensó en cómo sería si no pudiera ver la marca de Jisung ni la suya propia. Perdía relevancia de repente.

A las tres y media Minho decidió salir de su casa aunque no tardaba ni dos minutos en llegar al café montado en su skate. Estaba temblando, y se maldijo a sí mismo, parecía una adolescente desesperada. Se obligó a sí mismo a relajarse mientras el viento golpeaba su cara y avanzaba hacia el parque, llegó y examinó las mesas una por una buscando la adecuada.

Jisung ya estaba allí, y Minho quiso matarse, se veía precioso, tenía las gafas de sol puestas, los cabellos ligeramente más lisos que la vez anterior, usaba una camiseta negra de los Rolling Stones desgastada y un poco doblada en las mangas, una de sus manos sobre la mesa y la otra en su pierna. Caminó con el skate en la mano hasta la mesa y se aclaró la garganta antes de hablar.

—Hola, ¿Jisung? Soy Minho —Jisung giró la cabeza hacia él y levantó su mano esperando para que Minho la estrechara. La mano de Jisung era pálida, con dos anillos respectivamente en el dedo índice y anular.

La mano de Jisung era pequeña y cuando Minho la tomó sintió como la suya envolvía casi completamente en la de él, sus mejillas se sonrojaron y miró a Jisung solo para comprobar su reacción, estaba sonriendo, dos hoyuelos profundos en sus mejillas y Minho pudo jurar que su corazón se detuvo.

—Siéntate —Dijo Jisung, soltándolo.

Minho puso el skate debajo de su propia silla y se sentó, casi al instante una chica de su edad se acercó a la mesa.

— ¿Que desean tomar? —preguntó aburrida, Minho frunció el ceño molesto, la chica masticaba goma de mascar demasiado ruidoso.

—Quiero un latte con canela, y un sándwich —Jisung pidió y la chica anotó.

—Sólo un té de manzanilla. Sin azúcar. Gracias —Minho trató de sonar amable, la chica se retiró.

— ¿Llegaste hace mucho? —preguntó Minho más suave, tratando de formar una conversación con Jisung.

—Un poco, como diez minutos — Jisung respondió —Sé que es temprano, pero mamá tenía que irse y juro que ella cree que aún tengo cinco años y no he memorizado el camino hasta aquí. ¿Cuál es tu excusa?

Minho evitó decirle que había avenidas, y carros, y personas malas. Se encogió de hombros.

—Estaba nervioso no podía solo quedarme sentado a esperar.

Las mejillas de Jisung enrojecieron.

— ¿Estabas nervioso por verme?

A Minho le costó escucharlo, aunque la voz de Jisung era gruesa y lenta, el chico apenas había susurrado bajito.

—Sí, —respondió honesto. En otra ocasión Minho habría bromeado, pero no quería imaginar cómo se tomaría Jisung una broma sin ver la sonrisa sarcástica en su cara, sin embargo, no le costaba nada ser honesto.

—Yo también —dijo Jisung suavemente, Minho sonrió y se fijó en las manos de Jisung sobre la pequeña mesa, subió la mirada por su torso hacia los labios del chico, su nariz, sus mejillas y sus cabellos, le costaba creer que este hombre no sabía lo bello que era.

— ¿Es diferente para ti? Ya sabes... Por no poder... verlo —se atrevió a preguntar. Jisung se llevó la mano hasta donde sabía que tenía el tatuaje.

—No —respondió —Puedo sentirlo, a veces sobretodo la última semana, como un cosquilleo... como si mi cuerpo... supiera, qué estás aquí.

Minho tocó su marca igual, preguntándose porque él no sentía ese cosquilleo.

— ¿Estás haciendo algo ahora? —Jisung preguntó.

— ¿A qué te refieres? —Minho frunció las cejas en duda.

—El cosquilleo, lo siento ahora. ¿Estás haciendo algo?

—Yo... estoy tocando mi marca, justo como tú —Minho susurró fascinado —Jisung, destellan.

— ¿Como? —La cabeza del menor se inclinó en duda.

—Brillan, como... deslumbrando... como dentro de la piel, cuando ambos las tocamos.

Fueron interrumpidos por la misma chica de antes, dejando lo que pidieron en la mesa frente a ellos, se fijó en las marcas del cuello en inmediatamente dejó de masticar con los ojos muy abiertos.

—Gracias —dijo Minho esperando a que la chica se marchara y así lo hizo pero aún los miraba con atención.

Minho jugueteó un poco con la bolsa de té antes de sacarla y dejarla sobre el plato, dejó salir un gemido de aprobación. Desde que Minho vive solo se había sumido en un mundo de sodas y comida chatarra, hacía más de dos meses que no probaba un té a pesar de lo mucho que le gustaba.

— ¿Esta bueno? —preguntó Jisung divertido y Minho bajó la mirada a su regazo con vergüenza.

—Si —Respondió — ¿Qué hay de lo tuyo?

—Olvide decirle a la chica que no quería tomate en el sándwich, pero por lo demás está bien —Jisung sonrió.

— ¿Quieres que lo saque para ti? —preguntó Minho. No consideró estarlo ofendiendo, sabía que Jisung probablemente era capaz de sacarlo, pero para eso tendría que manosear todo el sándwich.

—Sí, —respondió Jisung casi aliviado —Si no te molesta, gracias.

Minho se estiró con cuidado, quitó el pan de arriba y con facilidad sacó el tomate, dejándolo a un lado y volviendo a tapar el sándwich.

—Ya está.

—Gracias —Jisung sonrió.

—No hay de qué —se limpió las manos con una servilleta antes de volver a su té.

Minho no tenía idea de donde había salido este ángel con lindos ojos y sonrisa perfecta pero deseaba con todas sus fuerzas que se quedara.

INKED ♡━мιиѕυиg.|| αdαpтαcιóɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora