「13」

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Sana y Jisung caminaban lentamente, disfrutando del suave sol que brillaba sobre sus cabezas, lo suficientemente cálido para no tener frio, pero no tanto para que fuera molesto el calor.

Minho le había dicho a Jisung que estaba trabajando, y cuando el rubio le preguntó a su hermana si conocía alguna biblioteca cerca, ella lo hacía.

Jisung escuchaba con atención lo que le contaba Sana sobre su jefe, que era un idiota. Era rutinario, a decir verdad, Sana se pasaba la vida quejándose y Jisung ya estaba acostumbrado a escuchar sus grandes discursos.

—Estamos aquí —ella anunció y el corazón de Jisung latió más rápido.

Había escaleras antes de la entrada, luego una puerta que sonó un poco al abrirla, olía a café, y un aroma que se podría decir que eran libros, pero en realidad no sabía. Un libro solo no tenía el aroma pero todos en conjunto... Bueno.

Jisung escuchó la suave risa de Minho, y Sana lo guió entre estanterías hasta llegar un escritorio, la voz de una chica también se podía oír.

La risa de Minho se detuvo, y la voz de la chica también.

—Jisung —Minho dijo sorprendido.

—Hola —Jisung saludó nervioso, no había consultado con Minho si estaba bien que le visitara en su trabajo.

No lo escuchó ponerse de pie, porque el suelo estaba alfombrado, hasta que sintió un pequeño abrazo y un beso en su mejilla.

—¿Qué haces aquí? —la voz de Minho no era con el fin de reclamar, simple curiosidad.

—Quería venir, y Sana sabía de una biblioteca cerca, y dimos por supuesto que era aquí tu trabajo —Minho sonrió.

—De hecho, hola —dijo Sana entre ambos chicos —Yo lo traje.

Jisung la empujó levemente y Minho rió.

—Hola, Sana —Minho tomó la mano de Jisung y lo guió detrás del escritorio —Aquí, siéntate.

Jisung lo hizo, lentamente.

—Ella es Minju, mi compañera de trabajo —Minho presentó, la chica miraba todo con los ojos muy abiertos.

—¿Él es... ¿Él es... ¿Él es...? —ella murmuró en shock y Minho rió de nuevo.

—Sí —Minho dijo simplemente.

—Un gusto conocerte, Jisung, deberías saber, Minho no deja de hablar de ti ni un segundo —ella dijo y ambos se sonrojaron.

Minho se aclaró la garganta. —¿Alguien quiere café?

INKED ♡━мιиѕυиg.|| αdαpтαcιóɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora