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「45」

Jisung y Minho bajaron las escaleras justo a tiempo, se sentaron en la sala y un segundo después la puerta se abrió, entró Joongi y detrás de él una mujer rubia, cuidadosamente peinada en una cola de caballo, Minho escuchó a sus madres quedarse calladas y luego fue solo Jieun quien salió de la cocina.

— ¿Llegó? —preguntó Jisung bajito para que solo Minho escuchara.

—Sí —murmuró Minho.

La mujer sonrió nerviosamente, sacudió la mano de Jieun.

—Hola, Jieun, Soy Boram.

Minho podía ver a su madre temblar ligeramente, pero nadie más lo notaba, excepto Joongi que puso un brazo alrededor de sus hombros.

—Puedes decirme Jieun —dijo su madre y creía que todos en la habitación soltaron aire contenido ante esto.

Rápidamente, Jieun volvió a la cocina y empezó a poner platos en la mesa del comedor, mientras Boram hablaba con Shuhua.

Pasaron a comer, Minho ayudando a Jisung a llegar hasta allí y luego sentándose a su lado.

—Está delicioso, mamá —dijo Minho tratando de dar final al silencio incomodo que se formaba.

—Gracias, cariño —respondió Jieun.

—Es una pena que Miyeon no esté aquí, estaría hablando de maquillaje, lo cual a nadie le importa pero no estaríamos en silencio al menos —Minho mencionó haciendo a Shuhua reír, luego le siguió Jisung, y luego Sana.

—Mi esposa es igual, trabaja como maquilladora y cuando hay una nueva línea de cualquier cosa nadie puede detenerla —dijo Boram, Jieun le sonrió, Minho pudo ver que Jieun no sabía que Boram era casada.

La conversación se dio más fácil desde allí, más que todo entre Jieun, Eun Hye, Joongi y Boram. Shuhua y Minho se encargaron de rememorar buenos tiempos, haciendo bolita una servilleta y jugando encima de la mesa, aunque esto se arruinó cuando le cayó a Chaeryeong.

—Mamá, Minho y Shuhua están jugando en la mesa —dijo ella y Shuhua la miró mal.

Jieun giró a verlos, enojada.

—Perdón, mamá —dijeron Minho y Shuhua al mismo tiempo y Jieun les dio una mirada severa antes de girarse de nuevo, y ambos rieron silenciosamente.

—Gracias, Chaeryeong. —dijo Shuhua con fingido enojo.
Minho rió. —Si, Chaeryeong.

Dejaron de jugar, y Minho se concentró en la conversación de los adultos sin decir nada, hasta que vio a Jisung llevarse el tenedor a la boca.

—Amor, eso tiene tomate —dijo Minho y Jisung le sonrió, bajando el tenedor.

—Gracias.

Minho se estiró para sacar la ensalada del plato de Jisung, y la cambió por algunas de sus papas a la francesa.

—Ya está —murmuró y Jisung tuvo que contenerse demasiado para no besarlo.

—Te amo —dijo y Minho notó que todos los miraban, sus mejillas estaban rojas.

—También te amo.