CAUTELA

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Buenas mis queridos escuchas o lectores, el día de hoy les traigo el gran problema que me surgió mis queridos suegros de los cuales no tenía idea llegaban de visita sí, ¿Qué peor que un matrimonio falso? los suegros reales.

Así es como salido de una historia de terror mis suegros llegarían ese día, comencé de manera completamente normal, el típico beso de buenos días, ayudé con la limpieza, no quería que Charlotte se esforzara tomando en cuenta el estado en el que mi dama se encontraba

Cuando estaba en mi trabajo con ese horrible malestar en la cabeza, sentía como si me hubiese pasado de tragos la noche anterior pero no, no pude dormir teniendo ese horrible pensamiento en mi cabeza.

Si pudiese decir que nuestro matrimonio no era real y que con eso desaparecieran mis suegros sería lo ideal pero no, tenía que hacerme a la idea de que mi "esposa" era la hija del peor alcalde del mundo, menos mal solo sería un día o eso esperaba.

Pasaban las horas demasiado rápido, debía ir a recogerlos en la estación del tren, maldecía para mis adentros, lo peor Charlotte tenía un día de vacaciones con tal de recibir a sus padres.

Rápidamente terminé labores e iría por los padres de Charlotte, me quede esperando cuando finalmente los divisé y ellos a mí, por lo menos me conocían de vista, tomé la mano de la madre de Charlotte y besé el dorso de esta.

-Bienvenida hermosa dama-

Y extendí mi mano al padre de la chica, pero esté la ignoro por lo que me vi forzado a hacerlo estrecharla.

-Un gusto sr, espero comprenda solo son modales, ahora permítanme escoltarlos hasta mi casa. -

Comenzamos el viaje hasta la casa que compartía con la hija de ese par, aunque en definitiva ya sabía que Charlotte tenía un poco de ambos, la belleza de la madre, la estatura de su padre además de su mal carácter, cosa que solo sale a flote de vez en cuando; la chica nos abrió siendo recibida por el abrazo de su madre y esa cara de su padre, yo solo rodé los ojos con impaciencia.

-Y bien Charlotte ¿dónde está tu esposo? -

Intentaba mantener la calma no quería ser grosero, aunque deseara serlo, todo por ella.

-Padre es quién los trajo hasta aquí-

Dijo levemente nerviosa.

-Pensé que era el criado, jamás hubiese pensado que te casarías con el afamado locutor apodado como demonio radio-

Reí con sorna casi que en un tono burlista.

-Oh, pues ya ve las vueltas que da la vida, tampoco imaginé enamorarme de su hija, curioso que ella nunca menciono que el peor político de la nación era su padre-

Sé que Charlie y la sra Morningstar podían sentir la tensión en el aire.

-Es una tremenda decepción pequeña, lo peor es que te dejaste embarazar por este perdedor-

La vi contraer sus labios, la pequeña Charlie estaba a punto de llorar.

Me dispuse a preparar una muy buena cena, fuese como fuese ahora eran mis suegros y aunque su hija ya era "mi esposa" quería ganar puntos con ellos, solo para pasar un rato más ameno sin el deseo de asesinar a su padre.

Cuando estuvo lista la cena la serví, Charlotte siempre me sonreía sinceramente, le besé la mejilla y continue sirviendo la cena.

- ¿No hay beso para mí? –

Me reí de manera discreta, mientras pude sentir un leve beso sobre mi mejilla.

- ¡Mamá! -

Escuché a Charlie refutar ante la acción de su madre.

-Oh, no estarás celosa ¿verdad mi pequeña? -

Reía divertida la dama, ahora le servía al miserable de Lucifer

-Ni se te ocurra besarlo, Luci-

Seguía riendo ante la mala broma de la madre de Charlotte, él y yo cruzamos miradas, no nos soportábamos era más que claro, me senté al lado de Charlotte a disponer de mi cena

-Mm está deliciosa la comida-

Sin duda la dama era mi favorita.

-Umm para mi esta insípido, creo que tienes un mal cocinero-

Dijo si hay algo que hace ofender a quién cocina es que digan que tu comida no es buena.

-Yo no tengo cocinero sr, yo fui el que preparo la comida-

Un silencio incómodo inundo la sala.

-Querido, a mí me parece excelente, me encantó-

Era hermosa intentando de calmar mi creciente ira.

- ¿Enserio?, ¿tú cocinas? ¿así o más gay? -

Mi paciencia estaba terminándose poco a poco.

-Papá él había vivido solo antes de que yo llegase, es natural que sepa cómo subsistir-

Definitivamente estaba llegando al punto final esa conversación no me estaba funcionando.

-igual, no esperaba nada de ti mi niña, pero de igual forma llegas a decepcionarme, ¿por qué no aceptaste tu compromiso como todas las chicas de tu edad?, no, Ella tenía que huir a revolcarse como una mujerzuela, con un fantoche de locutor. -

Sería su padre y de todo, pero eso no lo iba a tolerar, no el que llegase a mi casa a pisotear mi honor, y mucho menos a insultar a Charlotte.

-Sr Morningstar, de la manera más cortés que se me pueda ocurrir le pido por favor, que, si va a seguir insultándome a mí o mi esposa, se retire de mi casa. -

Tanto Charlie como su padre me miraban con desaprobación.

-Está bien, vámonos cariño-

Dijo levantándose de su asiento, mientras notaba como Charlie corría hacia la habitación a llorar.

-Lo siento señora Morningstar-

Me levanté de mi asiento y fui tras "mi esposa", solo para encontrarla llorando a todo pulmón abrazando la almohada, me acerqué a ella y la abracé.

-Solo quería que papá te aprobara, que se llevaran bien, pensé que lo harían tienen un carácter similar-

Me decía entre sollozos, la amaba, pero nada iba a cambiar el hecho que su padre no me agradara ni yo a él.

-Cielo, yo lo intente cariño, pero tu padre me odia, lamento no ser lo suficientemente bueno para ti o para él-

Dije si su actitud a veces lograba herirme.

-Oh no, no dije eso Al, perdona, aunque sea un matrimonio falso para mi tu eres muy buen prospecto. -

La abracé y ella rebuscó mis labios solo para besarlos, la dama empujaba mi cuerpo sobre ella, pero la detuve.

-No, cariño, tus padres están aquí, lo menos que quiero es que te escuchen con tu voz cargada de lujuria, eso solo debemos conocerlo tú y yo.

Dije intentando de calmarle, luego se quedó dormida, menos mal que no podía oír el cómo discutían mis suegros sobre los malos modales al llegar acá, al menos me podría sentir tranquilo de que si le agradaba mi suegra.

La acurruque contra mi pecho y coloque mi cabeza contra la suya, quedándome dormido al lado de ella.

Bien hasta aquí el relato de hoy

Sigan sintonizados

Para que me quierasWhere stories live. Discover now