GLOOMY SUNDAY

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Buenas queridos lectores continuamos nuevamente con el relato.

Como saben el día anterior Alastor se había quedado a pagar su apuesta, después de una deliciosa y pecaminosa noche, tocaba despertar con alguien que te consideraba como un completo extraño, me supuse que realmente a él no le importaría quedarse, hasta que vi que no estaba a mi lado como la noche anterior, hubiese pensado que se había marchado así sin más pero el olor inconfundible de su cocina me dijo lo contrario, me puse encima una bata y cubrí mi cuerpo desnudo y salí hacia la sala, solo para encontrarme con él mientras, observaba ya despierto y sonriente a Artemis, además de recién bañado, se veía impecable.

-Buenos días, cariño, estaba a punto de despertarte-

Pude notar que traía una vestimenta distinta a la del día anterior, me senté a la mesa mientras veía como traía mi comida.

-Ya sabes siempre se necesita un buen desayuno para comenzar un gran día asi sea un día de descanso-

Antes de comer o cualquier otra cosa me quede mirándolo unos segundos.

-Podrías quedarte si quieres por lo menos hasta la noche, para que pases algo de tiempo con Artemis-

Me sentía desesperada, realmente no quería que se fuera, quería que se quedara así no fuese por mí.

-claro, me encantaría pasar un lindo día con mi querido hijo-

Sonrió genuinamente, muy pocas veces lo hacía al parecer ser padre era algo que, si lo motivaba.

-Me parece bien-

Sonreí mientras fui a tomar un baño, sabía que él no entraría conmigo era demasiado, además que bueno no podría dejar a un bebé solito a su suerte, terminé de bañarme, para verlo jugar con el bebé definitivamente, él era el marido perfecto, una lástima que lo hubiese visto hasta ese momento en vez de ir tras Vaggie, yo lo sabía y aun así me marché esperaba el me detuviese pero no hubo respuesta, tal vez mi error fue esperar una palabra sin ver tantas acciones y detalles que él habría tenido conmigo, es decir me entrego a mí su primera vez a pesar que él tema no le gustase mucho, descubrí junto a él algunas cosas que hasta aquel momento no sabía que podía sentir, lo amaba y no lo sabía hasta el momento en que volví y quise volver a ser algo con él y ahora era él quién se mostraba tan lejano, pasó rápidamente la mañana, pasamos la tarde, mientras el arrullaba a Artemis cantándole, jamás había escuchado a Alastor cantar, tenía muy hermosa voz a decir verdad, tal vez solo Artemis tendría ese honor de escucharle, luego de ello, se sentó del otro lado del sofá completamente lejos de mí, el de verdad no quería nada con mi persona lo podía notar, pensé que el aceptaría que me amaba pero no era así.

-Es un buen niño Artemis, se porta muy juicioso-

Dijo mientras leía el periódico, aun sin mirarme a los ojos.

-Sí, es un hermoso y buen niño-

Suspiré, el me volteo a ver.

- ¿Por qué no me has pedido ayuda monetaria? Es decir, querida, mantener a un niño no es barato y también tienes cuentas que supongo debes pagar, yo puedo darte soporte, después de todo estamos hablando de mi hijo-

Lo miré aletargadamente, no quería molestarle, ni tampoco que pensara que lo necesitaba como soporte económico.

-No hace falta, yo puedo darme soporte sola, Alastor. -

Me miro un poco enojado, costaba mucho que frunciera el ceño, pero lo vi hacerlo.

-Cariño, no se trata de que pueda o no pueda, querida es mi hijo y quiero responsabilizarme de él, te guste o no y quieras o no tendrás que aceptarlo, el que no quiera nada contigo no influye en lo que quiero a mi hijo, es lo único bueno que surgió entre tú y yo. –

Para que me quierasWhere stories live. Discover now