MOVIENDO EL ESQUELETO

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Buenas queridos lectores, el día de hoy les traigo un acontecimiento algo bobo ya saben por lo de la coquetería de parte de Alastor y de parte de Valentino.

Bueno este se enfoca en un sábado en común, Alastor me invitó a salir a tomar un café con él, obviamente me pidió que trajese a Artemis conmigo, no le gustaba dejarlo con cualquier persona ni sobre cargar a Niffty con más trabajo, no fue un café cualquiera, hasta tenían una rockola, tomamos un café, atendimos a Artemis, hasta que sonó una canción en aquel aparato que nos hizo levantarnos y comenzar a bailar, debo decir que me sorprendió que Alastor fuese tan bueno bailando, bien dicen que el que se mueve bien en la cama, se mueve bien la pista pero jamás lo había comprobado hasta esa tarde, terminando volvimos a una conversación completamente normal y tranquila donde hablábamos de nuestras cosas, además de Artemis, era oficial Alastor amaba a Artemis, siempre lo sacaba a relucir en cualquier conversación, incluso Angel a mencionado que siempre es Artemis esto, Artemis lo otro, que ya lo tenía cansado, pero supongo que en ese ámbito ambos éramos iguales ya que para mí Artemis era prioridad y lo amábamos aun si no estuviésemos juntos concordábamos en el amor a nuestro hijo, decidí tomar un paso y preguntar algo que deseaba saber desde aquel día.

-por cierto, Al, ¿Qué paso con Rosie?, pensé que salían-

Lo vi escupir el café, ¿tan tonta fue la pregunta?, se limpió con una servilleta y se me acercó demasiado, sentí su mano sobre mis mejillas.

-oh cariño, no éramos nada más que amigos, acaso ¿estabas celosa querida? –

Levantó mi rostro con su mano, me deposito un beso suave en los labios, aún tenía ese sabor del pastel de limón que hacía unos minutos estaba tratando de comer, luego se separó y tomo su distancia normal.

-No son celos, solo quiero ver que no estás en alguna clase de juego enfermizo contra Valentino-

Lo vi reír al parecer mis reacciones le divertían.

-Cariño, no me gustan los juegos, solo las apuestas y me alegra decir que no te considero un premio, cariño el que me elijas o no es completamente tu decisión no te forzaré a tomarla ni tampoco a jugarme el chance de tener la oportunidad de seguir conquistándote por un estúpido juego o apuesta. –

Me sentí más tranquila a lo poco que le entendí quiso decir que no estaba jugando en cuanto a sus intenciones conmigo, se veía tan apuesto con esa sonrisa que me volvía una completa tonta.

Luego del café caminamos un poco por el parque, nuevamente Alastor se mostró romántico, algo que no demostraba con todos, pero si conmigo, jamás me hubiese imaginado que él pudiese ser así aquel día que le conocí en el bar.

Paso la tarde y con ello mi tiempo con Alastor o eso suponía yo, cuando él estaba por marcharse, escuchamos la puerta, abrió para toparse con Valentino, quién sin percatarse tomó a Alastor de la mano, el mismo rejego se soltó.

-Oye imbécil que creo que tendrás que empezar a usar gafas normales-

Vi la cara chistosa de Valentino al oír la voz de Al.

-Oh disculpa es que tienes manos femeninas-

Vi a Alastor tensarse, a él no le gustaban ese tipo de insinuaciones, pero siempre lo cubría con una sonrisa e ignorando.

-Val por cierto ¿Qué intentabas de hacer? –

Le pregunté a Val mientras este me miro recordando porque el entusiasmo.

-Oh, claro, déjale el niño a este enclenque nena, tú y yo vamos a ir a mover el esqueleto.

Yo y Alastor nos miramos sin lograr comprender hasta luego de unos minutos en el que respondimos al unísono un ¿qué?

Para que me quierasWhere stories live. Discover now