PELEA DE CUPIDOS

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Buenas mis amadísimos lectores me alegra decirles que Charlotte Morningstar está de regreso con más energías y ánimos, gracias a todos por sus palabras de aliento, Al me ayudo a leer algunas de las cartas y Valentino a responder algunas otras, bien ¿quién es Valentino? se han de preguntar, es mi jefe y el dueño del Daily Nueva Orleans bueno como han de saber, Al decidió continuar su cortejo conmigo, no sería tan idiota como para rechazar la oportunidad, ya saben aún me hace temblar solo con su voz, pero resulta que al parecer Valentino, mi jefe tiene ese mismo interés, ¿Cómo lo supe? Pues fácil no era normal que después de tu accidente, el jefe te visite con Flores, o incluso que se preocupe que tu hijo y tú estén realmente bien.

Bueno en cuestión de días tenía a ambos intentando de conquistarme mediante algunos regalos, Alastor siempre era muy sencillo, pero detallista, no cosas llamativas ni muy llamativas, además que buscaba como pasar también tiempo con Artemis, él lo intentaba de manera suave, reservada además de sin prisas, lo demostraba con cada sonrisa, caricia o beso.

Mientras Valentino era todo lo contrario, en nuestras salidas no gustaba llevar al niño, me sentía mal, como si abusara de la bondad de Alastor, ya que él se quedaba a cuidar a Artemis sin ningún problema o queja, siempre me decía que era responsabilidad de él velar por el cuidado y salud del niño ya que también era su hijo, siempre me detenía a preguntarle si no tenía inconveniente y siempre me respondía que no, yo intentaba reprimir un poco a Val obviamente mi hijo debía ser prioridad, solo por un hombre no iba a cambiar, así que una semana Val se encargó de cuidar conmigo a Artemis, Alastor no se mostró muy a gusto con aquella decisión, pero bueno logré que se tomara una semana libre, él dijo que no quería ser mal tercio.

Estábamos completamente solos yo y él, me sentía demasiado observada por Valentino, por lo que deje mi libro parar darme cuenta que, en efecto, me estaba mirando.

- ¿Sucede Algo Val? -

Le pregunté y noté como acortó la distancia en aquel sofá, sentándose demasiado cerca de mí, colocando una de sus manos sobre mi regazo.

-No, querida solo pensaba que tenemos un muy buen tiempo juntos, podríamos aprovechar el momento a solas-

Sentía como cada vez más se acercaba a mí, aprisionándome contra el sofá, mientras sentía su respiración chocar contra la mía, sus labios cada vez se acercaban más, me sentía cada vez más confundida con respecto a lo que sentía por Valentino, dejé que besara mis labios, si sentía una emoción al ser besada pero no como lo sentía con Alastor, pronto sentí las manos de Valentino subir lentamente la falda de mi vestido, tuve que detenerle, no me sentía preparada para entregarme a ninguno de los dos.

No vengan diciendo que con Alastor no sería igual porque se equivocan, pero bueno seguiré con lo de Valentino, el mismo se había molestado un poco por detener su libertino avance sobre mis piernas.

- ¿Qué pasa nena?, ¿acaso no merezco un poco de tu piel? -

Me ruboricé, y me aparté poniéndome de pie, coloqué mis manos sobre mis caderas y lo miré severamente.

-Sr Valentino, lamento decirle que por ahora no me siento lista para intimar con nadie, estoy un poco ocupada en otras cosas, como por ejemplo mi hijo, si desea puede seguir hasta que esté lista para esto, y si no es así puede desistir-

Él me miro algo sorprendido ante mi "sermón" supongo esperaba solo me abriese de piernas después de todo llevaba más de la tercera cita.

-Lo comprendo linda, entonces continuare mi cortejo, esperando en algún momento estés lista bombón-

Me dijo mientras comenzaba a hablarme de otras cosas, cuando fue suficiente su compañía el simplemente se marchó dejándome a solas, mi corazón latía de manera calma, todo era tan diferente cada reacción y acción, ¿cómo se suponía debía escoger?, ambos eran atractivos y muy atentos conmigo.

Para que me quierasWhere stories live. Discover now