PROBLEMAS

401 43 68
                                    


Buenos días nueva Orleans, nuevamente les saluda su locutor favorito, para los que preguntan por Charlotte, debo indicarles que ella se encuentra muy bien y le agradece que se preocupen por ella, también les agradezco, claro que estoy bien, si no entonces no relataría con tanta tranquilidad un momento tan traumante como tal, bueno les cuento lo que paso al día siguiente, me alegra saber que hay alguien que me escucha, claro por eso soy locutor.

El día siguiente me costó bastante levantarme, me dolía demasiado el cuerpo ya saben el golpe y lo demás al bajar la adrenalina empieza a doler, así como las marcas de la osadía de Vox ya eran más visibles, termine de asearme y vestirme, desayunar y preparar mi almuerzo.

Salí con la esperanza de llegar a laborar con tranquilidad, solo para ver la limosina del tarado, pelón de Valentino, lo ignoré y me dirigí a mi oficio, no tendría por qué molestarme, después de todo es decisión de ella ¿no?

Llegué completamente bien a mi oficio y comencé con mi rutina de todo el tiempo, el clima de mi ciudad a veces es impredecible y ese era de esos días en los que la mañana era hermosa, mientras la tarde y noche se sumía en la lluvia, realmente no me molesta la lluvia, pero odio cuando no estoy prevenido para ella.

Pasaron las horas y esperaba que cuando terminara la jornada dejase de llover, ya me imaginaba el frío de la lluvia calar mi piel, maldecía el momento en el que no quise portar mi sombrilla, ni mi abrigo.

Llegó la hora del fin de mis labores del día, me quedé esperando a que dejase de llover, cosa que no iba a suceder eso estaba claro, tomé un respiro profundo y me aventuré a caminar bajo la lluvia, no iba nisiquiera a los 200 mtrs de la estación y ya estaba empapado, la ropa se apegaba a mi cuerpo, decidí descampar un poco frente a la entrada de un restaurante, del cual salió Vox, me sentí nervioso intenté de huir nuevamente estaba acorralado entre el cuerpo de Vox y la pared.

-Quería disculparme por lo de ayer Alastor, pero no puedo resistir más de solo observarte y no tomarte, siempre recibo bien tus negativas, pero te entregaste tan fácil a esa chiquilla que se me hace difícil aceptar que perdí frente a ella-

Rosaba sus labios a los míos, sentí el calor emanado por el cuerpo de Vox, deje que se confiara solo para darle un rodillazo en su entrepierna y poder alejarme de Vox, cuando lo perdí y me sentí más seguro, baje el ritmo de mi paso, comenzaba a tener frío, sentí como unos tipos me tomaron de los brazos haciéndome entras a una limosina, una que ya conocía.

-Ho hola joven Alastor, hace un buen rato que lo estoy siguiendo, quería ofrecerle mi servicio para llevarle a su hogar-

Miraba su sonrisa llena de cinismo, sabía cómo trabajaba la mafia no era estúpido, me dio una mirada muy rápida.

-Veo que está lloviendo en demasía allá afuera, bueno dejemos los formalismos, si espero que sepas cuales son mis intenciones con Charlotte-

Se quitó esas horribles gafas contra la luz del sol, me miraba directamente a los ojos yo solo sonreía con mi acostumbrada autosuficiencia.

-Oh, claro que sé, no soy estúpido, es obvio que compartimos el mismo interés en Charlotte-

Inmediatamente su sonrisa se borró, sabía que había dado en el clavo.

-Es decir, ¿no se te hacía algo extraño que aún no haya hablado de divorcio con ella? Es obvio que ella me interesa, es difícil negar que la amo, ¿no lo cree? -

Tenía que estar loco para desafiar a un jefe de la mafia, proxeneta y mayor inversionista de Nueva Orleans.

-Oh, claro lo sabía, por ello quiero pedirle que la liberé de su muerto matrimonio, en cualquier momento lograré entrar al corazón de Charlotte y tal vez también a su cama querido y tal vez tu hijo me llame a mi papi, mientras que bueno tu puedes desaparecer de la manera normal, te doy dinero y te desentiendes o te hago desaparecer mágicamente de nueva Orleans-

Para que me quierasWhere stories live. Discover now