MIO

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Buenas tardes queridos lectores, nuevamente yo quiero contarles sobre el primer intento de volver con Alastor.

Buenos comenzamos con el día siguiente, me desperté después de un excelente y delicioso sueño con mi Locutor favorito, sí, pensé tanto en lo que deseaba pasar la noche con él que fue lo primero que proyecto mi burdo cerebro, me levanté de la cama y me dí un buen baño, alisté mi desayuno y le dí de comer a mi Arte querido, le bañé y luego cambié su pañal, sin la ayuda de mamá era un poco menos sencillo ser madre, extraje un poco de mi leche para la tarde, debí buscar con quién dejar a mi nene, en cuanto salí a recoger el periódico lo vi, es obvio que el también volteo a verme, cruzó la calle, solo para hablar conmigo, por todos los dioses, se veía tan en cantador cuando vestía de esa manera, una camisa implacablemente blanca, pantalones café y chaleco a juego además de su respectivo abrigo.

-Buenos días, querida te puedo preguntar lo que acordamos, es decir en la tarde estaré libre y puedo disponer de mi tiempo para el niño-

Se veía tan encantador y el que fuese responsable con nuestro hijo lo hacía ver todavía más irresistible para mí.

- ¿Quieres pasar Al? -

Le dije, sin querer sonar muy seductora, el problema era que cada fibra de mi cuerpo pedía la pronta atención del demonio Radio, el olor de su perfume me atraía a su cercanía invadiendo descaradamente su espacio persona.

-Umm no, querida debo ir a trabajar, pero en la tarde vendré a cuidar de Artemis-

Quedé en Shock, él estaba huyendo de mí como lo hacía con cualquier acosador o acosadora, en ese momento en el que me carcomía la vergüenza, Artemis me salvó con su llanto.

-Ok, bueno entonces nos vemos Al-

Antes de que entrara, me tomó de la muñeca.

-Em supongo entonces me dejaras tu horario -

Me ruboricé, claro que tonta había sido él me había reiterado que era por el horario, pero me puse a divagar demasiado.

-Claro, te lo dejo en la puerta de la nevera, bien debo atender a Temis-

Me despedí de él torpemente y me quedé observando cómo se marchaba, lo amaba y me daba cuenta de lo tonta que había sido, era una belleza de persona y yo le había herido, comenzaba a cuestionarme si era lo correcto intentar de conquistarle, me había comportado como una reverenda idiota todo el tiempo junto a él y ahora que no era mío me encontraba lamentándolo, alisté absolutamente todo lo necesario para que Alastor, no tuviese que correr a buscarlo, comencé a escribir mi horario y se lo dejé junto al horario de comidas para Artemis, tomé luego a Artemis entre mis brazos para que no llorara, amaba a mi pequeño, además de ser frágil y dependiente, era adorable, aun si no volvía con el padre de ese niño, me alegraba de tener aunque fuese una parte de él, pasé, limpiando mi hermosa casa y alistándome el almuerzo antes de irme a laborar, obviamente tomé un pequeño tiempo para arreglarme quería que Alastor no dejase de mirarme, llegó la hora en la que él llegó a mi puerta, le abrí dejándole entrar, cerrando la puerta tras él, deseaba lanzarlo al sofá y lanzarme hacia sus brazos como una fiera hambrienta pero cuando fue a ver a Artemis, se me bajó todo, se veía totalmente adorable, la sonrisa que le dedicaba a nuestro hijo estaba llena de amor y ternura.

-Emm, al, el niño tiene horarios de comida, en la refrigeradora hay leche, es materna ni se te ocurra tomarla ¿ok? -

Noté que se sonrojó levemente.

-Emm ¿por qué lo haría?, ¿Qué más debo saber? -

Se sentó esperando instrucciones.

-Emm, ¿si sabes que debes averiguar qué quiere cuando llora?, puede ser desde hambre hasta sueño o incluso que requiere un cambio, lo baño en la tarde con agua tibia para que pueda descansar tranquilo, sus cosas de baño están en la parte el arriba del cajón y la ropa está en las demás, si quieres algo te sirves, igual puedes prepárate café si lo deseas.

-ok, ¿solo eso? –

Me miró parecía que era demasiada información solo esperaba que la retuviese.

-Sí, solo eso-

Lo miraba pensando en que deseaba besarlo, sus labios me invitaban a hacerlo.

-Bien, prometo que seré responsable y cuidaré muy bien de mi hijo-

Se veía entusiasmado con el niño, bien ahora toma mi rumbo al trabajo, no me gustaba dejar a mi hijo con alguien más, pero bueno era su padre después de todo, caminé normalmente hacia mi trabajo, observé mi alrededor, vi mi antiguo empleo donde conocí a Alastor, solo para toparme con Angel.

-Oh cariño, tanto tiempo, me alegra verte-

Correspondí al cálido abrazo de mi amigo gay.

-Angel, ¿cómo va todo con Husk? -

Se rio y comenzó a caminar conmigo.

-Vaya, sí que le rompiste el corazón a Al y yo que pensé que carecía de uno, por cierto, ¿cómo es el niño? y ¿dónde está? -

Me sentí un poco mal por el primer comentario.

-Em no sabía que el sentía algo por mí y pues el nene lo está cuidando Alastor, dijo que me ayudaría cuando yo trabajara-

Me ruboricé, él lo notó.

-Así que pasaron un momento los tres, a que ya le saltaste encima-

Dijo con suma seguridad.

-No Angel, aunque lo desee no pude. -

Nos reímos y él me puso al corriente, llegué a mi trabajo y nos despedimos, cuando terminé mi turno, salí a toda prisa quería ver a mi niño, al llegar me encontré al niño durmiendo pacíficamente en su cuna y a Alastor dormido en el sillón, me acerqué a él sigilosamente, al tenerlo más cerca me incliné levemente a besar sus dulces y cálidos labios, un suave pero delicado roce, me separé al ver que comenzaba a reaccionar, por lo que tomé una distancia prudencial.

-Oh, ya has llegado Charlotte-

Dijo tallándose los ojos del sueño, se acomodó el cabello y los lentes.

-Perdón al parecer Arte tiene más energías que yo-

Sonrió y me robo el alma.

-Dejé comida lista para que comas y lavé la ropa del niño y terminé de lavar tu ropa también-

Me ruboricé, el me observo.

-Oh lo lamento ahora caigo en la cuenta de que no debí lavarlo-

Me dijo excusándose conmigo torpemente, se puso en pie y se dirigió con el nene, le dio un suave beso en la frente, tenía que hacerlo, deseaba hacerlo, me quemaban los labios por intentarlo, así que ignorando sus negativas o su pronto odio, lo besé aprovechando nuestra cercanía, para mi suerte fui correspondida, dándonos besos suaves y dulces, lejos de la pasión, no separamos.

-Espero que eso no sea tu az bajo la manga, porque no me vas a hacer volver con un par de besos-

Me dijo dejándome con la palabra en la boca, claro que no era mi az bajo la manga, lo deseaba, pero sabía que necesitaba más que eso para reconquistarlo.

-No Al, sé que necesito algo más, pero deseaba un beso de tus labios, ahora quiero algo más que un beso-Lo vi acercarse rápidamente a la puerta.

-Me temo que es una gran tentativa, eres encantadora y créeme que si fuese como antes no lo habría pensado y te hubiese hecho mía, y tal vez no la veas, pero yo te haré notar que entre nosotros ahora existe un espacio que nos divide-

Se fue dejándome atrás con esas ganas locas de saltarle encima y devorarlo, nuevamente tendría que calmarme sola, como tantas noches en las que soñaba que me toma entre sus brazos y me hacía suya o en las que recordaba nuestra noche de bodas.

Sabía que sería difícil que Alastor me volviese a amar, así tuviese que rogarle, lo haría ver que yo lo amo y que no lo hago por segunda opción si no por algo de lo que me di cuenta en el momento desde que salí del que era mi hogar

Para que me quierasWhere stories live. Discover now