VALENTINO

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Buenos días mi querida nueva Orleans, le habla Alastor su locutor favorito, inicio el día con malas noticias para los que siguen a la escritora Charlotte Morningstar, la chica se encuentra en un tiempo de recuperación tras haber sido herida hace tres días, la razón la explicó ella misma en la edición del día lunes dado a que una de sus compañeras editoras decidió ayudarle a dar el comunicado, de parte de sus lectores gracias srta crimini.

Bueno ahora les traigo otra parte del relato, si ¿cómo me enteré lo de Morningstar? sencillo, supongo que esta semana hemos compartido demasiado tiempo juntos y está bien lo admito, a veces solo por excepción leo parte de su columna es un poco extraño los sentimientos de los que escribes, pero no expresas o tal vez no los trasmites de manera adecuada, bueno como ya todos suponen, si hubo una excepción ese día sobre lo de tener sexo, pero en el fondo realmente lo deseaba, claro ella posee un no sé qué, adictivo que te hace desearla con solo mirarla, es coqueta sin quererlo y atractiva sin saberlo, el problema es que al parecer no solo yo tengo esa visión de ella.

¿Cómo se los explico? Sencillo, hace tres días que ella y yo dejamos todo en claro, que realmente no quería absolutamente nada con ella, pero bueno, luego llego Rosie, ella me pidió que le ayudase con algunas cosas en su taller y bueno es mi amiga no puedo decirle que no ¿cierto?, al llegar a mi casa me encontré con Angel quién me estaba informando lo que ocurrió mientras no estuve, ¿por qué mentir?, claro que me preocupó lo que pasaba con ella, sentí mi corazón latir fuertemente, le pedí el favor Niffty de que cuidase de Artemis, llegué rápidamente al hospital, pasó mucho tiempo hasta que despertó, Rosie llegó unos minutos antes de que ella despertase, la vi levantarse, le pedí se volviese a recostar, no quería que se hiciese más daño, bueno me fui a cuidar a Artemis, ahora que sabía que estaba bien, además que Niffty necesitaba un descanso.

Al día siguiente le vi llegar, de la mano de un tipo Alto, moreno, era claro que sabía quién era, y algo se removía en mi interior.

-Oh, muy buenas tares joven, vine a acompañar a mi escritora favorita, espero no le moleste-

Se veía la arrogancia en su andar y en su habla, ¿sentía celos?, tal vez, pero no se lo haría saber.

-oh, buenas tardes-

Sonreí con suficiencia, estaba en mi territorio y se lo haría saber.

-claro, no me molesta me alegra ver que alguien le ayudase-

Tomé la mano de Charlotte ayudándola a tomar asiento en el sofá, sentía un tipo de mirada fulminante de su parte, era más que obvio que comenzaba a detestarme, ¿pero hey de eso vivo no?

-Veo que te consiguieron un niñero, no sabía que los varones también ejercían ese empleo-

Sentí el sarcasmo en cada una de sus palabras.

-oh, veo que posees buen sentido del humor mi estimado, pero no soy niñero, soy el padre del niño-

Vi con agrado como aquella asquerosa sonrisa disminuía, era obvio que no iba a dejar que me intimidase, no lo permitía aun de Vox menos de él, un estúpido proxeneta.

- ¿Podrían no pelear por favor? -

Dijo nuestra querida rubia, por ella dí un paso atrás.

-Bueno, Val él es mi exesposo Alastor, él es Valentino, dueño del Daily Orleans, en otras palabras, es mi jefe-

No podía creerlo, el dueño del peor burdel de la ciudad, resulto el dueño del periódico donde trabajaba mi dulce Charlie.

-Oh, veo que le gusta mucho el trabajar con las damas-

Para que me quierasWhere stories live. Discover now