Cap.3

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Todo había pasado muy rápido. Al enterarse Sein de lo acontecido, se dirigió al lugar en donde depositaban el cuerpo inerte de su hijo, tenía una profunda herida de espada en el pecho,su expresión era triste.

Al Rey se le rompió el corazón en mil pedazos, se desmoronó al lado del cuerpo y abrazándolo lloró como si fuera un niño pequeño, los ahí presentes lloraban en silencio,algunos no querían ver la escena.

Tae fue junto a su padre, quien lo recibió con los brazos abiertos, más se mantuvo firme, no permitía que su dolor le hiciera ver débil.

No se supo cuando… pero el rey levantó la vista y pudo vislumbrar a Jungkook, quien estaba siendo cargado  por Hoseok, él niño tampoco lloraba, su mirada lucía apagada y sumamente distante, lo que sucedió a continuación los dejó a todos boqui abiertos.

El rey se puso de pie, se acerco rápidamente a Hoseok, tomó al pequeño lo puso en el suelo y sujetándole el mentón para que le viera, dijo.

-¡Estas feliz! ¡ESTO ES TU CULPA… TODO ESTO… ESTÁS MALDITO… TODA PERSONA QUE AMO MUERE POR TU CULPA! ¡DIME!... ¡ESTAS FELIZ! – rugía Sein.

Mientras que Namjoon se alejaba de su hijo en dirección a ellos, Tae ni siquiera se había percatado de la acción de su padre,  pues estaba perplejo, no esperaba una reacción así.

- ¡TÚ DEBISTE MORIR!-

-¡SEIN! – Namjoon intentaba alejarlo del pequeño, al que parecía estar a punto de golpear - ¡CALMA POR FAVOR…NO SABE LO QUE DICE!-

Jungkook pareció despertar de su estado, miró el cuerpo de Sik y luego a su padre, quien era sujeto por Namjoon.

El pequeño no se inmutó por los alaridos de su padre en contra suya, se aproximo nuevamente al cuerpo de su hermano y tomo una de sus manos.

-¿Hermano? – lo llamó susurrante – ¡Despierta! ¡¿Sik?!-

Al no obtener respuesta, el menor se incorporó, Sein había soltado el agarre de Namjoon luego, tomó al pequeño por el brazo, zarandeándolo.

¡Ya, padre! – susurró Jungkook - ¡Si quiere puede acabar con mi vida, alfin y al cabo le pertenece!-

Esas palabras detuvieron al hombre, quien soltó al pequeño y lo miró perplejo, Jungkook no había cambiado en ningún momento su expresión.

Los sabios se aproximaron a su rey, y cargando en brazos se lo llevaron de ahí, dejando a Sein aún impactado por las palabras que le había obligado a decir a su hijo.

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Los funerales fueron realizados con solemnidad del reino aliado, toda la familia real había asistido,  el rey Minho no se había apartado ni un segundo de Sein, Sasha y su hermano Jimin, caminaban junto con los guerreros más fieles de Sik.

Fente a ellos se hallaba Tae, quien caminaba orgulloso, más una parte de él deseaba matar ahí mismo a Jimin, pero otra, le obligaba a respetar la memoria de su amado.

En el castillo, más específicamente en uno de los cuartos, un pequeño niño miraba por las ventanas, no le habían permitido asistir, unas silenciosas lágrimas caían por sus mejillas.

Por más que lo intentara, no podía recordar que había pasado aquella mañana,su mente simplemente había bloqueado el recuerdo; un joven le agarró del hombro, Jungkook lo miró un tanto sorprendido.

-¡Tranquilo! – dijo Keun - ¡Puedes llorar, prometo no decirle a nadie!-

Parecía que un gran peso había sido sacado de sobres sus hombros, se acurrucó en esos jóvenes brazos y lloró, lloró como nunca antes había llorado, le dolía tanto el alma, no era cualquiera al que estaban enterrando,era la única persona que lo quería y lo protegía.

-¿Qué voy a hacer? – dijo entre suspiros.

-¡Descuida!.... ¡No te dejaré!-

Mientras que en el lugar de reposo de Reyes y Príncipes de la noble familia regente de Tierra, eran depositados los restos mortales de Sik.

-Es una pena… verdad Tae...Justo cuando iban a casarse– Jimin hablo suavemente al oído del pelinegro, quien sólo lo miró con odio.

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Cuando todos llegaron al castillo… bueno casi todos, pues Tae se había quedado aún frente a la tumba.

Namjoon, fue a descansar a su cuarto, donde ya lo esperaba el menor de sus sobrinos,mientras Minho intentaba convencer a Sein de que lo mejor era romper lazos con Averno, ahora que Sik estaba muerto y más prudente aún que comprometiera de inmediato a Jungkook, con alguien muy fuerte, que le garantice seguridad, pues siendo débil como era, sería presa fácil de cualquier atentado en su contra.

-Ahora no amigo… necesito descansar, poner en claro mis ideas - decía Sein dirigiéndose a sus aposentos… “todo ha sido mi culpa,no debí… no debí desobedecer a mis dioses”- No debí.

Mientras en el cementerio; Tae se encontraba recostado por una lápida mirando a una pequeña distancia la tumba de Sik, él había ocupado el lugar de prometido de Sik,lugar que ya no le correspondía aunque nadie lo sabía, él si poco antes de ser asesinado.

El propio Sik se lo había confesado que ya no lo amaba, que le gustaba Jimin, el miserable parecía burlarse de él, eso lo estaba enloqueciendo lo llenaba de ira.
 
No se percató cuanto tiempo estuvo perdido en sus pensamientos, pero cuando despertó, pudo ver a una figura frente a la tumba  de su amado, era pequeña se imaginó quien podría ser,por lo que se aproximo sigiloso.
 
-¡No debería estar aquí! – dijo el mayor - ¡Es tarde y  peligroso!-

-Yo quería - susurró, dejando sobre la tumba una rosa blanca – ¡Adiós!-

Se volteó dirigiéndose a la salida, más no dio tres pasos, pues al intentarlo simplemente perdió el sentido.

Jungkook tenía mucha fiebre, por más que lo intentaban nada podían hacer los médicos y sabios, su condición era muy delicada, su padre no quiso estar con él, se sentía culpable.

El que si estuvo a su lado, pues él mismo tenía conocimientos médicos y místicos era el Rey Namjoon.

Minho miraba impotente esta situación,si Namjoon ayudaba a sanarlo,quedaría muy bien con Sein, y eso iba en contra de sus planes,cuando el sol estaba casi saliendo.

Namjoon, acompañado de su sobrino Keun, Yoongi y Delios, salieron de la habitación del príncipe menor.

Todos tenían un semblante cansado, más las novedades eran buenas a Jungkook le había bajado la fiebre, ahora dormía placido.

Sein se conformó con ver a su hijo a la distancia, agradecía a Namjoon, dejándole claro que estaba en deuda con él.

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