Prologo

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Los preparativos para la celebración habían comenzado… cada Lord de las tierras que comprendían el reino se hacían presentes… el señor de todos ellos había sido bendecido con el nacimiento de un primogénito varón… al ser presentado ante la corte, conocieron su nombre…

-¡Saluden todos a mi hijo, Sik ! – exclamaba dichoso el Rey… - ¡Gran sabio!... acérquese y dígame, ¿qué le deparan los dioses a mi hijo… será un buen rey?

El sabio se acerco, tomo al pequeño en brazos, y este comenzó a llorar a todo pulmón, los ahí presentes vitorearon el poder de ese llanto ,eso demostraba que sería un poderoso guerrero.El sabio lo miro detenidamente sonrió y  entregó al pequeño a su padre,profirió un sonoro suspiro antes de decir.

-¡Será un poderoso guerrero, su Majestad!... su fuerza no tendrá igual en el reino… y a corta edad demostrará que nació para combatir a su lado en el campo de batalla – todos aplaudían la predicción y felicitaban al rey – Pero… los dioses no permitirán que sea Rey.

-¡Pero, QUE DICES ANCIANO! – rugía el soberano.

-Que el príncipe Sik deberá abdicar ante el menor de su línea, mi señor…  veo en un futuro… que el reino de Averno y este reino de la Tierra gozarán de paz, solo cuando sus herederos se unan en matrimonio – terminó de decir el sabio, inclinando la cabeza frente a su soberano en muestra de sumisión.

El Rey se sentía sumamente contrariado… con el paso de los años, pudo notar que su primogénito era todo lo que él deseaba, un niño saludable, fuerte, diestro con la espada y con una visión muy aguda sobre el arte de la guerra.

Después de la predicción del sabio había decidido no traer mas vástagos a este mundo, con Sik le era suficiente, su esposa que sentía verdadera adoración por su marido estaba de acuerdo… bueno eso en un principio… 

La verdad era que muy en el fondo ella ansiaba volver a ser madre,en sueños veía a una hermosa criatura entre sus brazos, por lo que intentaba por todos los medios convencer a su esposo de tener otro hijo,aunque siempre aclarando.

-¡Es tan bello, mi amor… se que será una dulce niña! -

El Rey, que por cierto se llama Sein, adoraba a su esposa Mel, y por lo general era incapaz de decirle que no, por lo que después de nueve años al fin accedió a traer otro hijo, o más bien, una hija al mundo…

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Por esos tiempos el Rey de Averno, había pactado un encuentro con Sein, el objetivo… encontrar el medio para la ansiada paz, en esos años habían sacrificado demasiadas vidas por cuestiones territoriales y diferencias de ideologías ,aunque el deseo de los reyes era compartido por la gran mayoría, había otro reino, aliado del de la Tierra que no estaba nada feliz de que se lleve a cabo ese pacto.

Pues en este tiempo… son tres Reinos los de mayor importancia… por un lado; 

El reino de Averno, lleno de exuberantes riquezas minerales, donde se conoce el verdadero invierno y con costas al mar Egeo, este reino era bien gobernado por el Rey Kim Namjoon, quien ya tenía asegurado su legado, pues se conocía de las impresionantes hazañas de su primogénito Kim Tae Hyung.

Además estaba; 

El reino de la Tierra, colmada de abundancia, pues sus tierras eran sumamente fértiles, conocida como “La tierra de la eterna primavera”, su invierno era bastante más llevadero que en otros lugares, no poseía costas marítimas,  por lo que para salir a mar abierto, necesariamente debía pasar por Zonas pertenecientes a Averno, estaba gobernado por el Rey Jeon Sein, quien también sentía asegurado su legado, con su poderoso hijo Jeon Sik… 

Y por último estaba; 

El reino de Atlantis, en un principio este pertenecía a Averno, pues sus gobernantes provenían de la misma familia, más después de una cuenta guerra, un nuevo rey se hizo al trono, y el reino se hizo enemigo acérrimo de Averno, sus tierras eran una extraña mezcla de territorios, pues por ella transcurrían inviernos muy severos y primaveras muy fértiles,  también poseían amplias costas marinas, aunque el reino no poseía riquezas minerales, de ser bien explotada la tierra podría salvarse, más debido a las constantes guerras esto era casi imposible.

El Rey que gobernaba con mano dura era Park Minho, y para su desgracia su primer hijo había sido una mujer, la princesa Park Sasha, más pasados unos tres años, su esposa pudo darle el ansiado varón a quien nombro Park Jimin, quien era un prodigio en las batallas…

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Durante la reunión, que se había realizado luego de mucho pensar, y debido que en el otro reino era invierno, en tierras pertenecientes al Rey Sein, ambos reyes acompañados de sus primogénitos, discutían en qué podían consistir las clausulas del tratado, ambos reyes habían llevado consigo a sus respectivos sabios para que les aconsejaren.

La reunión se había alargado más de la cuenta… fuera de la tienda, los príncipes sostenían una entretenida plática… tenían muchas cosas en común, y a pesar de los rumores que de ambos corrían, no pudieron negar sentir atracción el uno por el otro… 

Los reyes lo habían decidido… ¡Un compromiso es la mejor opción!... a pesar que Sein fue advertido por su sabio de que no era conveniente comprometer a Sik, el rey no lo escuchó, llamaron a ambos jóvenes y les preguntaron su opinión… pues ningún rey quería imponer nada a sus hijos… 

“No había presión alguna… únicamente continuaría el río de sangre ocasionada por la guerra, si se negaban”…

Luego de pensarlo… ambos aceptaron…

Un soldado fiel al rey Sein se hizo presente… estaba sumamente agitado…

-¡Su Majestad!... ¡Su esposa ha entrado en trabajo de parto! -

-Ja ja ja ¡Qué maravillosa noticia! – comentaba Sein - ¡Mi pequeña al fin va a nacer!

-¡Muchas Felicidades! – acotó el otro soberano.

-¡Como muestra de nuestras futuras buenas relaciones, les invito a participar de este momento tan feliz para mi familia! – dijo el Rey Sein con una amplia sonrisa…

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Tanto Sik como su padre estaban sumamente preocupados, los médicos reales habían informado hacía unos momentos que se había complicado el parto, la reina y el bebé corrían peligro.

La única posibilidad que dieron fue la de salvar solo a uno… más debían escoger si madre o hijo… el rey se encontraba desolado, entró al cuarto donde su mujer se debatía entre la vida y la muerte… 

-¡Mi amor!... – Sein tomó sus manos y las apretó con fuerza…

-Te ruego… que lo salves… no podré volver a ser madre… y… no seré feliz si me escoges… en vez de…  nuestro hi..jo… ¡Jamás te perdonaría algo así!... – decía la mujer con dificultad… el rey derramaba amargas lágrimas… salió de la habitación.

Minutos después se escucha un suave llanto… los presentes miran a su rey…

-¡Se cumplió la voluntad de la Reina! – fueron sus únicas palabras.

La matrona ingresó al salón, el primero en acercarse fue Sik, su mirada era triste más al ver a la criatura se le iluminó, el bebé poseída más belleza de la que su madre le aseguraba tendría.

-Su majestad – dijo la mujer entregándole la criatura…

-Es una hermosa niña… - susurró mientras los presentes bajaban la cabeza en señal de respeto…

-¡Es un niño, mi señor! – dijo la mujer bajando la cabeza… - Su majestad, la reina, deseaba que le ponga por nombre… ¡Jungkook!

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