Cap.29

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-¡Me dijeron que no se sentía bien! - Osiris ingresó al cuarto de Jungkook, quien en ese momento se hallaba comiendo algo en la cama - ¿Por qué estuviste llorando? - el mayor pudo notar esos casi imperceptibles rastros sobre esas pálidas mejillas, lo que le ocasionó un gran disgusto.

Jungkook lo miró fríamente aunque, más bien era perdidamente, eso notó el mayor ya que la mirada del más joven parecía vacía.

-¡Estoy bien... sólo cansado! - Jungkook volvió su atención al plato de sopa que intentaba ingerir.

-Con respecto a lo que pasó anoche... - comenzó a decir el peli oscuro mirando tiernamente a Jungkook.

-¡No volverá a pasar...!... ¡Usted hizo una promesa y espero que la cumpla! - el joven príncipe, volvió a mirar a los ojos a Osiris.

Su corazón latió con violencia, y sintió el terrible deseo de arrojarse a sus brazos para rogarle que no le deje ir, aunque en lo más profundo de sus anhelos, lo que realmente quería es que ese fantasma sea real.

-¡Bueno... lo dejaré descansar! - Osiris no se mostró nada feliz por las palabras del niño y más, por la soberbia con la que las decía.

-¡Tae! - Jungkook llamó al hombre que estaba por retirarse , lo miró casi suplicante.

-¡Si le hace feliz... puede llamarme así! - Osiris dijo eso sin voltearse a mirar... "¿A qué estás jugando, Jungkook?"...

-Descuide, Osiris... no volverá a pasar- sólo fue un segundo de incómodo silencio que Jungkook rompió con esa afirmación.

Cuando el mayor hubo salido, dejó el plato sobre una mesita que se hallaba próxima se levantó del lecho, se miró al espejo y con una de sus manos acarició el medallón en su cuello... "Adiós Tae"...

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Ya había anochecido, el Rey Namjoon preocupado por la salud del pequeño, envió a Keun a ver si se encontraba bien, considerando que él y el príncipe eran amigos desde siempre, Keun había aceptado gustoso ir, se metió al cuarto encontrando al menor sujetándose los cabellos en una cola baja.

-Parece que ya te sientes mejor, Jungkook! - Keun se acercaba al menor y le acomodaba el cabello, cuando le volteó para verlo a los ojos los vio hinchados, de todos los guerreros él era el que mejor reconocía cuando el príncipe lloraba además le preocupó verlo tan pálido, cuando intentó tocarle la frente el menor se alejó.

-¡Tengo una orden que darte! - dijo sin ánimo el más joven.

-¿Qué ocurre, Jungkook? - Keun empezaba a preocuparse, su niño nunca le hablaba así.

-Quiero que le entregues esto a tu primo- Jungkook extiende su mano, y le entrega a Keun el medallón.

-¡¿Pero... por qué te lo quitas...?! - Keun no pudo terminar la pregunta, con un certero golpe en su espalda.

Sehun lo había noqueado, cuidadosamente lo sostiene para que no caiga al suelo y con la ayuda de Hoseok, quien también había llegado sin ser notado colocan a Keun en la cama de Jungkook.

-¡Es hora! - dijo el rubio firmemente.

Jungkook asintió, pero antes de irse, coloca el medallón nuevamente en las manos de Keun junto con una nota... "¡Perdóname amigo... pero este es tu hogar!"... Sehun no quiso preguntar que era esa nota, pues ya se lo suponía, él menor se cubrió con una capa abrigada miró a Hoseok fríamente.

-¿Dónde están los demás?-

-Xiumin y Kris, nos esperan a orillas del río debían conseguir caballos, Lay y Yoongi, están afuera vigilando - fueron las escuetas palabras del mayor.

Jungkook sabía a la perfección, que si se proponían escapar, podrían hacerlo, odió no estar equivocado, simplemente nadie los descubría en algunos momentos se vio tentado en hacer algún ruido que alertara a los guardias, pero sabía que no lo haría.

Se acercaron rápidamente a la entrada por la que ellos habían ingresado, Jungkook sentía que su cabeza empezaba a palpitar, estaba oscuro apenas se alejaron un poco más de la ciudad encendieron una antorcha.

Llegaron justo frente a la parte posterior de la cascada, era una visión realmente hermosa,el pequeño se detuvo un momento a verla.

-¡Hoseok!... - Jungkook hablo firme, aunque su cuerpo empezaba a temblar, sus compañeros lo miraron - ¡Realmente... no quiero ir!-

-¡¡¡Alteza!!! - decían sorprendidos Lay, Sehun y  Yoongi.

-¡ME ALEGRA ESCUCHAR ESO! - la voz sobresaltó a los jóvenes, Osiris se encontraba justo detrás de ellos.

Jungkook lo miró asustado, sus caballeros desenvainaron sus espadas igual lo hizo el menor, al ver como aparecían de entre las tinieblas los guerreros de Osiris totalmente listos para pelear.

Jungkook miró al mayor quien con un gesto detuvo el ataque de sus guerreros, este miró al joven el lugar era a penas alumbrado por la antorcha que portada Yoongi. Hubo un incómodo silencio que rompió Sehun

-¿Qué haremos su alteza?-

Jungkook no apartaba la vista de Osiris, y pudo ver que sus labios se movieron, dando a entender un... "Quédate a mi lado"...

-¡Saben... que hacer! - dijo el príncipe con unas solitarias lágrimas saliéndole de sus ojos - ¡Rendirnos! - dijo al fin.

-¡No le enseñé a rendirse! - Hoseok tomó al pequeño en brazos y saltó con él a la cascada, bajo la atónita mirada de los hombres pertenecientes a Averno, justo en el momento en que Yoongi avienta la antorcha también al agua ocasionando que el lugar quede totalmente a oscuras, momento que Sehun pudo aprovechar para salir... mientras que tanto Lay como Yoongi, fueron capturados.

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